'Yonquis' en la carretera de Villaverde

La primera lista de lugares frecuentados por camellos provoc¨® un curioso baile de palabras. Todo empez¨® en el apartado dedicado a Orcasitas. "Yanquis en la carretera de Villaverde", dec¨ªa la denuncia. Un diario madrile?o tradujo directamente: "Americanos en la carretera de Villaverde". Hab¨ªan inventado, de la noche a la ma?ana, una base norteamericana en el Rancho del Cordob¨¦s.Otros medios, entre ellos este peri¨®dico, creyeron que se trataba de un error mecanogr¨¢fico y se inclinaron por "yonquis en la carretera de Villaverde". No descubrieron nada nuevo.

El error era bien distinto. Ni yanquis, ni yonquis, sino sanquis (viviendas prefabricadas). En la jerga del drogadicto, la s se ha estirado hasta convertirse en y.

Pero, al margen de errores y an¨¦cdotas, las listas presentadas al Congreso son el sedimento de muchos meses de observaci¨®n de personas, pisos y lugares de venta. Trabajos en los que han tenido un papel fundamental los propios ex toxic¨®manos y ex camellos.

Otros miembros de la coordinadora han comprobado estos hechos antes de divulgarlos. Tambi¨¦n se cont¨® con la colaboraci¨®n de los vecinos. En algunos barrios, la droga est¨¢ en la puerta de enfrente.

Las reacciones de los camellos han sido muy distintas: desde la amenaza directa, a la confesi¨®n resignada. Ana Mar¨ªa M. R., de 22 a?os, est¨¢ entre estas ¨²ltimas. La joven vive en el piso bajo de la calle de Borja, 8, que figuraba en la primera lista entregada en el Congreso. Ana Mar¨ªa admiti¨® que compraba hero¨ªna y luego la vend¨ªa en papelinas para sacar de 2.000 a 3.000 pesetas diarias. La joven, soltera y con dos hijos, afirma que no tiene otro medio de vida.

Y es que la droga en los barrios ya no es s¨®lo un problema de orden p¨²blico, sino un fen¨®meno que impregna la vida cotidiana. Se hace dificil distinguir a primera vista entre culpables e inocentes.

"?Qui¨¦n va a pensar mal de la se?ora Mar¨ªa"?, declaraba un ex toxic¨®mano. La se?ora Mar¨ªa es una anciana, de unos 80 a?os, que subsiste gracias a la venta de jeringuillas a los yonquis. Las compra en las farmacias a 50 pesetas y las vende por el doble. As¨ª va tirando.