Cristianos y paganos

Me sorprendi¨® muy gratamente la publicaci¨®n en EL PA?S del 22 de febrero del art¨ªculo de Anthony Burgess Somos a la vez cristianos y paganos. Y ello no s¨®lo por lo acertado de sus an¨¢lisis, sino especialmente por lo que de novedad supone reexaminar el legado ideol¨®gico del paganismo, secularmente escarnecido por piadosos apologistas cristianos de toda condici¨®n. No son pocos los predicadores que todav¨ªa claman contra una sociedad pagana y hedonista.Y, en efecto, no les falta raz¨®n. Se hacen norma de vida en las sociedades democr¨¢ticas modernas la libertad de pensamiento y costumbres, la pluralidad ideol¨®gica, la necesidad de fomentar la cultura y el conocimiento y el derecho a una existencia plena, libre de toda coacci¨®n y de la inutilidad del sufrimiento. Todos estos valores, imprescindibles en cualquier r¨¦gimen de libertad, son nociones netamente paganas que nada tienen que ver con el cristianismo, sino que, como bien se?al¨® Bertrand Russell (Por qu¨¦ no soy cristiano, Edhasa, Barcelona, 1986, p¨¢gina 48), s¨®lo se alcanzaron en denodada lucha contra ¨¦l.

Por todas estas consideraciones, resultan bastante comprensibles las manifestaciones del se?or Palero (EL PA?S, 1 de marzo de 1987), en las que, tras criticar el art¨ªculo de Burgess con una serie de afirmaciones tan categ¨®ricas como faltas de una argumentaci¨®n m¨ªnimamente contrastable, concluye atribuyendo a los creyentes la prerrogativa de realizar la verdadera interpretaci¨®n del cristianismo. Tal muestra de dogmatismo y cerraz¨®n mental constituye el mejor alegato en favor de la tolerancia recuperada de nuestro paganismo. La historia camina mejor con los palos de ciego del investigador imparcial que con las certezas de los iluminados.- Juan Francisco Galind.