La Guardia Civil sostiene violentos enfrentamientos con obreros para liberar al nuevo consejero de Obras P¨²blicas
Ocho personas resultaron heridas graves y 60 de car¨¢cter leve, entre ellas varios guardias civiles, en la localidad c¨¢ntabra de Reinosa, en los incidentes registrados tras la violenta liberaci¨®n de Enrique Antol¨ªn, consejero de Obras P¨²blicas y Transportes del Gobierno vasco, que ayer pudo tomar posesi¨®n de su cargo en Vitoria despu¨¦s de permanecer retenido 21 horas por trabajadores de Forjas y Aceros de Reinosa, SA. Durante los violentos enfrentamientos, en los que se lleg¨® al cuerpo a cuerpo, varios guardias civiles fueron golpeados y desarmados por los obreros. A ¨²ltima hora de la tarde no hab¨ªan sido localizados un subfusil y una pistola de los guardias, que no hicieron uso de sus armas de fuego, seg¨²n el director de la Guardia Civil, quien calific¨® de "actitud vand¨¢lica" las agresiones a los guardias, de quienes elogi¨® su comportamiento de ayer "en defensa de los derechos y libertades".
Antol¨ªn era presidente del consejo de administraci¨®n de la empresa -que ha presentado a sus empleados un plan de reconversi¨®n con una notable reducci¨®n de plantilla- hasta que el PSOE acord¨® nombrarle para un puesto en el Ejecutivo aut¨®nomo vasco.Alrededor de las ocho de la ma?ana, unos 300 guardias civiles, varios de ellos de la Unidad Especial de Intervenci¨®n (UEI) -similares a los geo-, se hallaban concentrados junto a la industria. Ante el despliegue, los obreros hac¨ªan sonar las sirenas de la f¨¢brica para advertir a la poblaci¨®n de Reinosa de la inminencia del asalto.
Mientras algunos efectivos dispersaban a los obreros a la entrada de la industria con disparos de pelotas de goma y botes de humo, los miembros de la UEI trepaban por la tapia del recinto fabril en el lugar m¨¢s pr¨®ximo al aislado edificio de control de calidad, donde pasaron la noche los 23 miembros del comit¨¦ de empresa, Antol¨ªn y ocho cargos directivos.
Fernando Fuente, miembro del comit¨¦ de empresa refiri¨® a EL PA?S el momento del asalto al edificio que ellos llaman bunker, donde estaban encerrados los directivos: "Los guardias civiles, vali¨¦ndose de un hacha, derribaron la puerta de madera blindada con l¨¢minas de plomo y en seguida penetr¨® un sargento que preced¨ªa a unos 20 guardias. Arrinconaron entonces a todo el grupo, del que surgi¨® Antol¨ªn para decirles: 'Yo soy'. Acto seguido le sacaron al exterior, mientras a los trabajadores les retiraban los carn¨¦s de identidad con instrucciones de que pasaran a recogerlos al mediod¨ªa en el cuartelillo".
Mientras la refriega prosegu¨ªa por el centro de Reinosa entre manifestantes, obreros y guardias, Antol¨ªn, que milita en el PSOE desde 1977, abandonaba la ciudad con direcci¨®n a Santander, adonde lleg¨® poco antes de 10.00 horas. Ana Mar¨ªa Garayo, su mujer, le prepar¨® el traje de la toma de posesi¨®n, la ducha y un caf¨¦ negro; un cuarto de hora despu¨¦s estaba en la carretera, camino de Vitoria, en un autom¨®vil proporcionado por el delegado del Gobierno en Cantabria, Antonio Pallar¨¦s.
Cuerpo a cuerpo
La lucha entre guardias y obreros se desarroll¨® con enorme crudeza, a veces cuerpo a cuerpo, por el centro de la ciudad, durante casi dos horas. Los dos m¨¦dicos de guardia en el ambulatorio de la Seguridad Social hubieron de recurrir a compa?eros reclutados por las radios locales. Un joven traumat¨®logo declar¨®: "El ambulatorio se convirti¨® en un caos, todo invadido de personas dolientes que se arracimaban por pasillos y escaleras. Prestamos asistencia a unos 50 heridos, con mayor abundancia, tal vez, de guardias civiles. Las lesiones eran m¨¢s o menos las mismas: impacto de piedras entre los agentes, mientras los civiles sufr¨ªan impactos de pelotas de goma y botes de humo y, asimismo, lesiones en la cabeza". Diez personas, cinco guardias civiles y cinco paisanos, se encontraban ingresadas anoche, en el centro Marqu¨¦s de Valdecilla, en Santander, la mayor¨ªa con heridas graves.
Unos y otros, trabajadores y guardias, en sus charlas con los m¨¦dicos de Reinosa, se acusaron de brutalidad inconcebible; algunos guardias fueron perseguidos y apedreados, durante largos minutos, por las calles de la ciudad. Nueve de ellos, en calidad de prisioneros, fueron introducidos en el interior de la factor¨ªa, flanqueados por los trabajadores que m¨¢s tarde les liberaron.
Varios guardias perdieron sus armas o les fueron arrebatadas. Dos de las armas fueron recuperadas por la polic¨ªa municipal en el peque?o estanque de los jardines. Un adolescente recogi¨® en la calle otra de las armas y un tra- Pasa a la p¨¢gina siguiente Viene de la p¨¢gina anterior bajador se la quit¨® para entregarla a un agente municipal. Las armas ten¨ªan rotas la culata.
Veinte guardias fueron acorralados en el fondo de una calle privada y sin salida no lejos del cuartel donde, al parecer, intentaban refugiarse reculando ante la ofensiva de los obreros, que no cesaban de lanzar piedras y otros proyectiles. La escaramuza le sorprendi¨® a Rosa Mar¨ªa Matesanz, mujer del trabajador de Forjas y Aceros Ram¨®n Gonz¨¢lez, en la escalera de la casa n¨²mero 2, donde los guardias en retirada trataban infructuosamente de obtener de los vecinos autorizaci¨®n para acceder a las ventanas y desde all¨ª repeler la agresi¨®n. Rosa Mar¨ªa consinti¨® en abrir la puerta de su piso para que le introdujeran a uno de los agentes heridos.
"Actitudes vand¨¢licas"
El director general de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, declar¨® por la noche que los guardias fueron agredidos "de forma incivilizada" y "con actitudes vand¨¢licas" por el solo hecho "de defender los derechos de los ciudadanos". A?adi¨® Rold¨¢n que "hay que felicitarse" porque los guardias, abandonando "actitudes formales y tradicionales" del Cuerpo, no hicieron uso de las armas de fuego a pesar de que fueron agredidos brutalmente, por lo que "merecen el respeto de los ciudadanos" frente a quienes "han agredido a la democracia".
Antol¨ªn afirm¨® a su llegada a Vitoria que el suceso era lamentable. Indic¨® que la situaci¨®n deb¨ªa haberse enfocado desde otro punto de vista y consider¨® que el comit¨¦ fue superado por los acontecimientos, ya que "no pudo mantener la autoridad sobre los trabajadores".
El miembro del Ejecutivo aut¨®nomo, seg¨²n informa Jos¨¦ Mar¨ªa Vitoria, calific¨® de "limpia, r¨¢pida y eficaz" la acci¨®n de la Guardia Civil para liberarlo.
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