Vuelve en la sobremesa la segunda parte del serial australiano 'Retorno a Ed¨¦n'
La segunda parte de Retorno a Ed¨¦n, miniserie australiana estrenada por Televisi¨®n Espa?ola en octubre de 1985, y que obtuvo un alto ¨ªndice (8,3) de aceptaci¨®n de audiencia, ocupar¨¢ el espacio de sobremesa que deja vacante Hotel. La nueva entrega es una versi¨®n serializada de 22 cap¨ªtulos con un estilo narrativo cercano a las conocidas soap norteamericanas (Dallas, Dinast¨ªa) ambientadas en el mundo de las altas finanzas.
Retorno a Ed¨¦n se emite hoy por TVE-1 a las 15
35.
La historia se recupera despu¨¦s de siete a?os. Stephanie Harper (Rebeca Gilling) sigue casada con el doctor Dan Marshall (James Smillie) y es propietaria de un imperio financiero basado en la explotaci¨®n minera. Su antigua amiga Jilly Stewart (Peta Toppano, que sustituye a Wendy Hughes) sale de la c¨¢rcel y descubre que es hermanastra de Stephanie. Movida por la venganza, Jilly intrigar¨¢ para acabar con Stephanie y recuperar una fortuna que considera tambi¨¦n suya.La primera parte de Retorno a Ed¨¦n obtuvo un gran ¨¦xito de audiencia en Europa y consigui¨® meter la cabeza con acierto en estaciones independientes de Estados Unidos. Los productores, McElroy & McElroy, optaron por rentabilizar la miniserie y la convirtieron en una obra de 22 horas con ribetes folletinescos. Los costos eran m¨¢s baratos (en proporci¨®n a las horas de programa), y el serial pod¨ªa ser facturado para cubrir mayor tiempo de emisi¨®n. Del proyecto original sobreviven los protagonistas (a excepci¨®n del cambio efectuado en la figura de Jilly), mientras que los guiones se reparten entre Keith Aberdein, Betty Quinn, David Phillips, John Allsop, Michael Laurence (creador de la idea original), y la direcci¨®n corre a cargo de John Power, Tim Burstall y Kevin Dobson.
Retorno a Ed¨¦n ha tenido la virtud de magnetizar telespectadores en el extranjero sin artistas famosos, con los m¨¦ritos propios de la historia que cuenta y el correcto embalaje de la producci¨®n.
Mercado internacional
El vac¨ªo econ¨®mico creado en la industria audiovisual australiana por la subida de los costes de producci¨®n (un 250% en los tres ¨²ltimos a?os), a consecuencia de las ayudas oficiales y del boom generado por ¨¦stas, y los ingresos que se obtienen por tarifas de televisi¨®n (que han aumentado ¨²nicamente un 15%), ha debido ser colmado con las ventas internacionales. En este contexto, vender en el escaparate norteamericano se ha convertido en consigna oficial.En el cine basta comprobar los ¨¦xitos de Mad Max o la reciente sorpresa de Paul Hogan con su Cocodrilo Dundee. En televisi¨®n la cosa es un poco m¨¢s complicada. En Estados Unidos, los programas australianos no pasan de ser subvencionados por algunas cadenas de cable (HBO, principalmente), o de competir en la arena de la sindicaci¨®n. Por lo ¨²ltimo corri¨® la suerte de Retorno a Ed¨¦n. La miniserie obtuvo un ¨¦xito moderado, los productores no se lo pensaron dos veces e intentaron el abordaje en una de las tres grandes cadenas.
Como m¨¦rito a la portezuela entreabierta, los productores McElroy & McElroy han conseguido para la CBS The last frontier, una historia ambientada en la Australia contempor¨¢nea, que cuenta con la presencia de la actriz Linda Evans (Dinast¨ªa), obligado pasaporte para sacar las im¨¢genes en el horario de m¨¢xima concentraci¨®n de audiencia.
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