Don Mendo
La otra noche estuve en el estreno de Don Juan, de Moli¨¨re en georgiano, por una compa?¨ªa rusa. La televisi¨®n sovietica y la agencia Tass me preguntaron mi opini¨®n. Deliciosa la desmitificaci¨®n de Moli¨¨re, seg¨²n la desmitificaci¨®n de Don Juan que hace Moli¨¨re Pero nuestro h¨¦roe nacional no es Don Juan, sino Don Mendo El Don Mendo de Mu?oz Seca lleva dos a?os en un teatro madrile?o, con Sazatornil y Vicky Lusson. Quiere decirse que no ha cambiado el humor (el humor malo, que no es malhumor) del pueblo espa?ol. Pero quiere decirse, sobre todo, que no han cambiado los principios catedralicios del espa?ol pre/2000, ya que siguen funcionando en ¨¦l como revancha y como transgresi¨®n. El ¨²ltimo Don Mendo de la vida nacional ha sido naturalmente don Manuel Fraga, siempre dispuesto a vengar honores y honras. Los que han venido despu¨¦s no pasan de extras y coristas. A Mu?oz Seca se le saca de la c¨¢rcel en un autob¨²s de fascistas cuando la guerra en Madrid, y se le asesina como a Garc¨ªa Lorca. Quiere decirse que el esp¨ªritu espadach¨ªn de Don Mendo hab¨ªa tocado a alguien a primera sangre. Hay que convivir con la Espa?a de Don Mendo/Fraga o no llegaremos nunca al picnic ideol¨®gico. S¨®lo que las gachilillas se van por su lado, con eso de la pasarela Cibeles, los double face y las simetr¨ªas de Pedro del Hierro, que fija la asimetr¨ªa de la pierna en lo m¨¢s l¨ªrico del muslo. Im¨¢n pas¨® un modelo de Animado que le dejaba todo el sost¨¦n fuera. Estrella G. nos desti?e de sexy. Lo cual, don Pedro, que, como dijera su contempor¨¢neo Rub¨¦n, ya no hay princesas que cantar. S¨®lo hay modales que fotografiar.?Y c¨®mo va a hipotecar Don Mendo sus valores raciales y su valor genital en un maniqu¨ª que cobra por horas?
Por su parte, Carmen Romero, presidenta, ha hablado en Legan¨¦s de los problemas espec¨ªficos de la mujer actual, dejando impl¨ªcitamente sentado que no hay que esperar a que se les resuelva Don Mendo. Por eso Don Mendo ha dimitido, se ha retirado del siglo, ha dejado hu¨¦rfana a AP. Porque no le queda m¨¢s p¨²blico que el de Calder¨®n. Ahora hay como una pululaci¨®n de Don Mendos peque?itos, como Mancha o Garc¨ªa Tiz¨®n, pero el ¨²nico que se sab¨ªa entero el libreto de Mu?oz Seca era Fraga. Cuevas es todo lo contrario de Don Mendo. Cuevas no mueve la espada por la honra, sino por la n¨®mina. Y se le nota, mucho. Ahora hay una campa?a en pro del traslado de los restos de La Chata a Madrid. Infanta de los madrile?os, musa de Buy¨¦s, primog¨¦nita de Isabel II, la Chata es la ¨²ltima madrile?a que puede corporalizar los ideales castos de Don Mendo, que son los de Don Quijote, pero en ripio. La derecha de Don Mendo se queja de que en el Parlamento falta oratoria, de aqu¨¦lla que rameaba los discursos de Mart¨ªnez de la Rosa o Romanones. La oratoria vana es la espada fundamental del legendario Don Mendo espa?ol.
Esto de que los tecn¨®cratas de izquierda/derecha lean n¨²meros le tienen desorientado. Asimismo, las Cortes decidieron no celebrar el aniversario de la Pepa o Cortes de C¨¢diz, que aquello s¨ª que fue un frorilegio. Constituci¨®n de 1812, Espa?a elocuente, la m¨¢s alta ocasi¨®n que vieran los siglos para los nacionales de izquierda/derecha. Alli qued¨® muy bien Don Mendo/Mancha no va a ser ni siquiera jefe de la oposici¨®n.
Lo m¨¢s parecido que nos queda en Espa?a a Don Mendo, en c¨ªnico, es don Jaime de Mora, que, por cierto, quiere ser alcalde de Marbella. Y no lo har¨ªa mal.
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