Oono, en un "teatro subterr¨¢neo'' de Madrid

"Bajar aqu¨ª (al Centro Cultural de la Villa), con esa cortina de agua que suena como m¨²sica c¨®smica, ha sido como volver al vientre de mi madre". Esta fue una de las primeras frases que dijo Kazuo Oono, el bailar¨ªn japon¨¦s de 82 a?os, cofundador de la escuela Butoh, tratando de acercar su trabajo a los periodistas mediante unas palabras que muchas veces no contestaba directamente.

Oono reconoce que con frecuencia no puede encerrar en palabras sus ideas sobre la danza: "No hay un concepto fijo de esta danza, ni un m¨¦todo estrecho que marque pasos. Hay, sin embargo, mucho de espiritualidad, y esto es algo que trato de inculcar a mis disc¨ªpulos. A mi escuela en Jap¨®n acude gente de todas las partes del mundo".

Oono se presenta en la programaci¨®n del Festival de Teatro de Madrid con dos espect¨¢culos: Homenaje a La Argentina y El mar Muerto.

En esta ¨²ltima pieza danza junto a su hijo y disc¨ªpulo, Yoshito Oono, quien mantuvo, durante el encuentro con la Prensa, un respetuoso silencio ante el discurso de su padre. Oono manifest¨®: "Ha sido una sorpresa encontrarme un teatro subterr¨¢neo". Como si no pudiera resistirlo, el artista japon¨¦s levant¨® de su butaca y comenz¨® a gesticular, agitar los brazos y hacer alguna casi impercepcible contracci¨®n para manifestar los movimientos que en cada caso siempre son diferentes: "Hay cosas que el maestro no puede ense?ar y s¨®lo la propia persona puede descubrir y transmitir".

Sus recuerdos de Antonia Merc¨¦, La Argentina, le llevan al a?o 1929: "La ¨²nica vez que la vi estaba en el ¨²ltimo piso del teatro Imperial de Tokio. Aquel encuentro fue decisivo en mi vida".