El Real Madrid pas¨® con lo justo
El Madrid gan¨® con lo justo. Con un inolvidable gol de Butrague?o y otro de Sanchis, consigui¨® dejar atr¨¢s al Estrella Roja gracias al peso de los goles marcados fuera de casa. El partido fue intenso y de gran calidad. El Madrid s¨®lo lo control¨® durante los primeros 20 minutos; despu¨¦s, el Estrella Roja manej¨® mejor el bal¨®n en la media, pero fue inofensivo en el ataque. El p¨²blico estuvo algo m¨¢s fr¨ªo de lo que suele en los partidos de este tipo. Hugo fue aplaudido en sus intervenciones.El partido empez¨® con aires muy prometedores. El Madrid, que se plant¨® en el campo con una defensa de tres jugadores
Chendo y Camacho marcando al hombre y Gallego como libre-, una l¨ªnea media en cuyo centro trataban de completarse un marcador, Sanchis, y un lanzador, Juanito, y con tres puntas, sali¨® jugando con gran frescura. Tocaba bien, hac¨ªa circular r¨¢pidamente el bal¨®n y parec¨ªa llamado a hacer un partidazo.
A los cinco minutos, adem¨¢s, una maniobra sensacional de Butrague?o llev¨® la euforia a las gradas. El partido empezaba con olor a goleada. El Estrella Roja se desarticulaba no porque estuviese mal situado sobre el campo, sino porque los madridistas acertaban en los pases, se mov¨ªan con rapidez y sab¨ªan encontrarse en cualquier zona del campo. La colaboraci¨®n entre Juanito y Gordillo en una banda y las subidas de Michel por la otra daban lugar a jugadas bien definidas prometedoras todas eilas de algo.
Cuando ten¨ªa el bal¨®n el equipo yugoslavo, el Madrid que, sin duda, tem¨ªa que la pregonada y real debilidad de su defensa ofreciera ventajas para los contraataques, no le presionaba en su campo, sino que re troced¨ªa para esperarle cerca del ¨¢rea de Buyo. El Madrid prefiri¨® abiertamente ceder un porcentaje de iniciativa al rival a discutirle la posesi¨®n de la pelota y ahogarle en la salida.
Pero, a fuerza de dejarle to car el bal¨®n con metros para pensar, el Madrid corr¨ªa el riesgo de permitir que el Estrella Roja se creciera. Y eso fue ocurriendo paulatinamente. Pasados los primeros 20 minutos, el equipo yugoslavo empez¨® a sentirse a gusto y a jugar muy bien entre el centro del campo y la media punta. Por momentos, el Madrid quedaba borrado.
Cuando se lleg¨® al descanso, la aficion del Madrid estaba algo desconcertada. El gol de Butrague?o no ten¨ªa compa?eros, el Estrella Roja hab¨ªa cogido el bal¨®n como si fuera sulvo y estaba ah¨ª, latente, la debilidad de la defensa. Ante Buyo se hab¨ªa producido alg¨²n sobresalto. Hugo interven¨ªa poco en el juego y hab¨ªa una frialdad desacostumbrada en el amibiente.
En la segunda mitad, el Estrella Roja se dedic¨® de salida a tocar m¨¢s y m¨¢s lentamente el bal¨®n, casi con arrogancia, y eso provoc¨® algunos pitos de la afici¨®n madridista contra el equipo. La reacci¨®n fue de encorajinamiento. El Madrid se sinti¨® burlado y sali¨®, por fin, al medio campo a pelear por la posesi¨®n de la pelota. A partir de esos momentos, el partido gan¨® en br¨ªo, rapidez e intensidad.
De ah¨ª hasta el final se produjo una fase de lucha intensa, cargada de una dureza que desnud¨® la incapacidad del ¨¢rbitro, que hasta entonces hab¨ªa parecido buerio. Las ocasiones estuvieron repartidas, pero el Estrella Roja. siempre dej¨® la impresi¨®n de que le faltaba capacidad de creaci¨®n en los ¨²ltimos metros. De hecho, su mejor delantero, Mrkela, hab¨ªa sido sustituid,o en el descanso por detener en exceso el bal¨®n sin conseguir nunca nada realmente peligroso a cambio de ello. El Madrid, por su parte, aunque pele¨® m¨¢s por la pelota y apret¨® algo, nunca se arriesg¨® en las subidas ni ofreci¨® al rival la posibilidad de que le colara un contraataque.
En medio de esa segunda mitad surgi¨® como un fogonazo unajugada perfecta de Chendo, que se fue bien por la derecha y cruz¨® un centro para el frentazo de Sanchis. El Estrella Roja intent¨® irse arriba, pero, seg¨²n fueron pasando los minutos y acerc¨¢ndose el final, se comprob¨® que no ten¨ªa m¨¢s fuerza ni m¨¢s esp¨ªritu. que el Madrid.
El partido se fue consumiendo hasta el final entre la emoci¨®n del resultado, la brillantez de algunos contraataques del Madrid -el Estrella Roja tuvo que defenderse con la trampa. del fuera de juego y con algunas entradas da?inas- y el temor a que el Estrella Roja cazara un gol en cualquier rnomento. Pero el Estrella Roja parece un equipo capaz de jugar meses sin, marcar un gol, siempre que no le ofrezcan la posibilidad de un. contraataque.
?Y Hugo? Hugo entr¨® m¨¢s en juego en la, segunda parte, hizo algunas jugadas buenas, recibi¨® mucha le?a y dio la cara. Incluso fue a un choque, cerca del final, del que pudo salir gravemente lesionado. Su profesionalidad sali¨® a flote en esta dif¨ªcil prueba, pero su presencia influy¨®, sin duda, en que; en el ambiente se notara cierta frialdad. El aficionado madridista a¨²n se encuentra at¨®nito ante la decisi¨®n del mexicano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.