El porvenir de la era telem¨¢tica
La mayor¨ªa de analistas coincide en se?alar que una de las principales consecuencias de la moderna transformaci¨®n tecnol¨®gica es la transformaci¨®n de la informaci¨®n en un elemento central de los m¨¢s diversos sectores de la sociedad.La informaci¨®n constituye hoy un factor clave de transformaci¨®n no s¨®lo de la cultura o de la pol¨ªtica, sino tambi¨¦n, y aun principalmente, de la econom¨ªa, del trabajo, de la tecnolog¨ªa, de la estrategia militar, de las ciencias contempor¨¢neas. En el tr¨¢nsito de la sociedad preindustrial a la sociedad industrial, la energ¨ªa y el capital sustituyeron el protagonismo de la fuerza natural y de las materias primas. En el tr¨¢nsito actual hacia la sociedad posindustrial, la informaci¨®n tiende a sustituir el protagonismo del capital y de la energ¨ªa.
La informaci¨®n ha dejado de ser un objeto de estudio exclusivo de los soci¨®logos de la comunicaci¨®n (ahora comunic¨®logos). La sociedad moderna ha visto un proceso de transformaci¨®n de su sistema comunicativo tan r¨¢pido que la misma expresi¨®n "nuevas tecnolog¨ªas" resulta equ¨ªvoca. Los ¨²ltimos 25 a?os han sido testigos por lo menos de dos nuevas tecnolog¨ªas en las comunicaciones.
Unas m¨¢s antiguas nuevas tecnolog¨ªas que se refieren a la implantaci¨®n y r¨¢pida expansi¨®n masiva de los medios audiovisuales -en Espa?a, por ejemplo, no se puede hablar de difusi¨®n masiva de la televisi¨®n hasta 1966.
EL CONSENSO POL?TICO
Aquellas m¨¢s antiguas nuevas tecnolog¨ªas determinaron una transformaci¨®n de la comunicaci¨®n y tambi¨¦n de la sociedad porque afectaron indirectamente a diversos de sus principales ¨¢mbitos: la cultura, el comportamiento dom¨¦stico, el consumo, el consenso pol¨ªtico.La segunda y m¨¢s reciente transformaci¨®n de la informaci¨®n, de la denominada era telem¨¢tica, es a¨²n m¨¢s profunda y est¨¢ destinada a una mayor trascendencia en la historia de la humanidad. Las principales transformaciones se producen ahora fuera del sistema comunicativo estrictu sensu. Su desarrollo obedece a l¨®gicas distintas de las estrictamente comunicativas y culturales (econ¨®micas, tecnol¨®gicas, militares, principalmente), pero afectan en profundidad al sistema comunicativo nacido de la anterior transformaci¨®n audiovisual.
Pero no ha de resultar f¨¢cil hacer una prospectiva rigurosa de esta transformaci¨®n. Ya hemos dicho que las nuevas tecnolog¨ªas nacen fuera y se imponen desde l¨®gicas ex¨®genas a los mass media. Por otra parte, no es menos cierto que distintos condicionantes sociales, econ¨®micos o incluso disposiciones jur¨ªdicas impulsan o impiden su implantaci¨®n en el campo concreto de los mass media.
Siempre que se trata de hacer una prospectiva sobre la implantaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas es del todo indispensable hacer algunas consideraciones o puntualizaciones sobre las condiciones de su implantaci¨®n efectiva.
En materia de nuevas tecnolog¨ªas debe se?alarse en primer lugar la imposibilidad de llegar a conclusiones generalizables a toda la sociedad y a todas las sociedades. Las conclusiones generalizadas en este terreno son falsas o irresponsables, porque olvidan una variable fundamental: el nivel de desarrollo y el contexto propio de cada sociedad.
La implantaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas se producir¨¢ de forma desequilibrada. Tanto a nivel mundial (pa¨ªses desarrollados, pa¨ªses subdesarrollados) como en los diversos sectores sociales (implantaci¨®n en el sector bancario y m¨ªnima aplicaci¨®n en la administraci¨®n de justicia).
Nada m¨¢s ficticio, por ejemplo, que las previsiones sobre c¨®mo ser¨¢n las casas del futuro, cuando para ello se consideran los inventos m¨¢s vanguardistas, aunque no hayan pasado siquiera su fase de fabricaci¨®n del prototipo industrial.
Nada menos riguroso que experimentaciones de feria como las que se han hecho sobre la televisi¨®n por cable, y que confunden la investigaci¨®n y la experimentaci¨®n rigurosas con la exhibici¨®n y la promoci¨®n. Puede hablarse de tendencias, cuya aplicaci¨®n, y m¨¢s a¨²n su generalizaci¨®n, depender¨¢ de factores diversos de desarrollo, cuyo reconocimiento s¨®lo ser¨¢ posible poniendo en marcha programas rigurosos de investigaci¨®n.
La inform¨¢tica, impulsada por intereses de sectores ajenos a las instituciones de comunicaci¨®n convencionales -de los mass media-, ha puesto en manos de los gestores de la informaci¨®n nuevos y grandes recursos para resolver sus problemas de gesti¨®n de la informaci¨®n: almacenamiento, procesamiento y recuperaci¨®n autom¨¢tica de toda clase de datos, incluidas im¨¢genes y sonidos previamente transformados digitalmente.
Pero estos recursos tecnol¨®gicos han visto hasta hoy un campo muy reducido de aplicaciones en la comunicaci¨®n social. Las principales aplicaciones de la inform¨¢tica al sector de la informaci¨®n se han producido en el ¨¢mbito de la gesti¨®n y de la producci¨®n profesional, pero no se han dejado sentir, por el momento, en los ¨¢mbitos de la participaci¨®n, del acceso o del pluralismo.
LA RECONVERSI?N INICIADA
Las empresas period¨ªsticas han iniciado su reconversi¨®n y se han convertido en empresas multimedia. Los procesos de producci¨®n de informaci¨®n se han transformado con el tratamiento y la composici¨®n autom¨¢tica de textos o con las nuevas formas de producci¨®n audiovisual asistida por ordenador. Es cierto que la inform¨¢tica s¨®lo ha contribuido a reforzar las instituciones de comunicaci¨®n existentes, disminuyendo, incluso, la autonom¨ªa de sus profesionales, m¨¢s controlables ahora a trav¨¦s de sus terminales que antes, a trav¨¦s de sus antiguas m¨¢quinas de escribir.Ahora bien, el campo de aplicaciones sigue abierto, incluso con algunas tendencias que parecen favorables a la extensi¨®n y popularizaci¨®n de su uso. Quedan a¨²n por resolver los problemas del di¨¢logo entre los usuarios comunes (no expertos) y las m¨¢quinas.
Este problema podr¨¢ ser resuelto con los ordenadores de quinta generaci¨®n. El abaratamiento del hardware y el aprendizaje en el manejo del software pueden permitir los primeros usos no institucionales de la aplicaci¨®n inform¨¢tica.
En cualquier caso -rechazando la simplicidad de la alternativa optimismo / pesimismo-, una actitud pol¨ªtica democr¨¢tica ya no puede renunciar al esfuerzo generalizado para hacer posible esta reapropiaci¨®n.
En el caso de las transformaciones en el sector de las telecomunicaciones -fibras ¨®pticas y sat¨¦lites de comunicaci¨®n-, las consecuencias positivas y negativas aparecen con mayor evidencia que en el caso de las aplicaciones de la inform¨¢tica.
Las transformaciones en el sector de las telecomunicaciones producen: una sustancial ampliaci¨®n de la capacidad de los canales; la aparici¨®n de nuevos procesos de comunicaci¨®n, con la posibilidad generalizada de interactividad; la apertura a nuevos alcances o espacios de comunicaci¨®n, en todas las distintas dimensiones; la unificaci¨®n, en una red digital de servicios integrados, de los diversos procesos de transmisi¨®n informativa.
Hasta hoy, la aplicaci¨®n de estos nuevos recursos tambi¨¦n parece haber favorecido unos pocos y determinados sectores, concretamente los de la difusi¨®n transnacional de la informaci¨®n-cultura y la centralizaci¨®n de la gesti¨®n de las grandes instituciones.
Ahora bien, tambi¨¦n aqu¨ª cabe preguntarse por las contradicciones y las posibilidades no exploradas. El dise?o de una pol¨ªtica de comunicaci¨®n, o cuanto menos una correcta prospectiva, deber¨¢ atender no a una sola, sino a todas las posibilidades abiertas por la transformaci¨®n de las telecomunicaciones.
Es posible que el recuerdo del estereotipo de la homogeneizaci¨®n cultural y de la unidireccionalidad de la informaci¨®n que definieron a la comunicaci¨®n de masas industrial ejerza a¨²n su influencia sobre los analistas que tienden a prestar su atenci¨®n ¨²nicamente a la influencia del factor transnacional, sin percibir otras posibilidades abiertas por los nuevos procesos de comunicaci¨®n, particularmente la interactividad y la creaci¨®n de espacios locales, microcomunicativos.
Con la mentalidad de que es indispensable considerar las contradicciones en su uso y los desequilibrios en su aplicaci¨®n, y aun con el ¨²nico compromiso de hablar de tendencias, podemos se?alar hasta seis grandes repercusiones de las nuevas tecnolog¨ªas sobre el sistema comunicativo.
Con el uso de los sat¨¦lites, rebajando el valor / coste de la transmisi¨®n, las nuevas tecnolog¨ªas han hecho disminuirla importancia de la distancia f¨ªsica entre los polos de comunicaci¨®n.
Ello ha posibilitado y ha facilitado la extensi¨®n de la transmisi¨®n internacional (mundial) de informaci¨®n y ha transnacionalizado no s¨®lo la cultura de masas, sino, m¨¢s en general, toda la difusi¨®n de informaci¨®n: t¨¦cnica, cient¨ªfica, econ¨®mica, militar.
En la actualidad, los pa¨ªses punteros en tecnolog¨ªa son quienes transmiten m¨¢s informaci¨®n. Es posible pensar que en el futuro estos pa¨ªses conozcan sobre el resto del mundo m¨¢s que lo que el propio resto del mundo conozca sobre s¨ª mismo.
Pero tambi¨¦n es importante destacar que el desarrollo tecnol¨®gico no crear¨¢ ¨²nicamente espacios transnacionales, sino que, gracias al concurso de las redes de comunicaci¨®n integrada y a la supervivencia de las viejas redes convencionales (¨¦ter, cable), permitir¨¢ la multiplicaci¨®n de espacios microcomunicativos (urbanos, locales, regionales).
En el futuro, la valoraci¨®n de la capacidad informativa de una comunidad (sea pol¨ªtica, cultural, cient¨ªfica o profesional) deber¨¢ considerar el equilibrio de los espacios local y transnacional de informaci¨®n, el acceso a las fuentes internacionales y la circulaci¨®n de informaci¨®n en cada contexto social y geogr¨¢fico. El equilibrio en el flujo informativo depender¨¢ m¨¢s que nunca del equilibrio entre ambos factores.
EL SOPORTE F?SICO
Factores tan estructurales o condicionantes tan irreversibles como la crisis de la energ¨ªa y la inflaci¨®n del valor de las materias primas reducir¨¢n al m¨ªnimo posible los procesos de informaci¨®n con soporte f¨ªsico (papel).Es previsible que en el futuro se multiplique la pantallizaci¨®n de la recepci¨®n comunicativa. Las pantallas de alta definici¨®n, a diferencia de las pantallas que ahora conocemos, permitir¨¢n niveles de percepci¨®n ¨®ptimos para la lectura y la recepci¨®n de los nuevos servicios texto / visuales (v¨ªdeo y teletexto).
La pantalla dom¨¦stica ser¨¢ el punto de recepci¨®n de numerosos servicios de videocomunicaci¨®n: televisi¨®n convencional, mensajer¨ªa, control a distancia, prensa electr¨®nica, trabajo, etc¨¦tera.
Con todo, y muy en contra de las actuales promesas propagand¨ªsticas, los sectores que se ver¨¢n m¨¢s r¨¢pidamente afectados por esta reconversi¨®n ser¨¢n, sin duda, los de la informaci¨®n que podemos denominar pr¨¢ctica, y entre la que se encuentra la informaci¨®n t¨¦cnica y profesional.
Todas las previsiones coinciden en se?alar que las nuevas tecnolog¨ªas impulsar¨¢n los sistemas de transmisi¨®n individualizados e interactivos de informaci¨®n y determinar¨¢n la progresiva limitaci¨®n de los procesos de transmisi¨®n generalizada y unidireccional.
La fragmentaci¨®n de la recepci¨®n ser¨¢ un fen¨®meno que se generalizar¨¢ en todos los ¨¢mbitos de la informaci¨®n. Esta fragmentaci¨®n, que ya ha empezado a producirse en la televisi¨®n convencional con la multiplicaci¨®n de la oferta de canales y con la aparici¨®n de la llamada televisi¨®n a la carta, tambi¨¦n se producir¨¢ en su mayor grado en los procesos de informaci¨®n t¨¦cnica, que, por definici¨®n, son procesos interactivos de informaci¨®n selectiva.
La posibilidad de interactividad har¨¢ disminuir en alguna medida los actuales procesos de mediaci¨®n informativa, aquellos en los que el periodista hace de mediador entre el lector y las fuentes de datos. El trabajo de los gestores de informaci¨®n t¨¦cnica consistir¨¢ m¨¢s en un trabajo de investigaci¨®n y de documentaci¨®n que en un trabajo period¨ªstico de divulgaci¨®n.
Todos los profesionales y t¨¦cnicos, de las distintas especialidades y ramas, ser¨¢n, en este nuevo sentido, periodistas, automediadores entre las fuentes de datos y sus necesidades de informaci¨®n. De lo anterior puede deducirse la aparici¨®n de nuevas formas de financiaci¨®n, y de nuevas formas de control, de la transmisi¨®n de informaci¨®n. El acceso a la informaci¨®n a trav¨¦s de los self -media permite el peaje informativo, la informaci¨®n pagada por contador.
Esta previsi¨®n de una multiplicaci¨®n de la informaci¨®n de peaje ya ha despertado el inter¨¦s del capital privado, no s¨®lo por la creaci¨®n de estos nuevos bancos de informaci¨®n, sino incluso por las redes de telecomunicaciones, introduciendo en este sector una lucha por la privatizaci¨®n. Las v¨ªas con una mayor demanda de flujo informativo ser¨¢n m¨¢s baratas que las v¨ªas de escasa demanda; se abrir¨¢ as¨ª un nuevo frente para el desequilibrio social e internacional de la informaci¨®n.
La multiplicaci¨®n de la informaci¨®n de peaje implicar¨¢ a su vez notables cambios en la publicidad, y muy especialmente en el sector de la informaci¨®n t¨¦cnica y profesional, en la que la publicidad encontrar¨¢ una nueva forma de persuasi¨®n: la presentaci¨®n de un producto o de un servicio justo y s¨®lo en el momento y en el lugar en el que deba producirse la toma de decisiones.
Los nuevos gestores de la informaci¨®n deber¨¢n adaptarse a las condiciones de redacci¨®n o de expresi¨®n que ahora exige el tratamiento autom¨¢tico de textos. Los contenidos deber¨¢n ajustarse -someterse- a las exigencias de los procesos de archivo, procesamiento autom¨¢tico, r¨¢pida recuperaci¨®n y lectura en pantalla.
Las consecuencias de este proceso no ser¨¢n ¨²nicamente negativas, como se acostumbra a se?alar: empobrecimiento y tecnificaci¨®n del lenguaje, repetici¨®n, nuevas formas de control. Pueden tambi¨¦n preverse resultados positivos. Un buen ejemplo de ello puede ser el del futuro uso de la traducci¨®n autom¨¢tica, que ahora se sit¨²a en el horizonte del a?o 2000, distancia que para estas grandes cuestiones debe considerarse un futuro cercano, y que puede abrir nuevos e importantes recursos para la defensa de lenguas menos difundidas, como el catal¨¢n o el euskera.
Pero para que ello sea posible, para abrir procesos de apropiaci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas, es necesario que, desde ahora, la investigaci¨®n y la experimentaci¨®n se canalicen hacia estos fines.
NUEVAS FORMAS DE USO
Es cierto que las nuevas tecnolog¨ªas son dise?adas y llegan hasta nosotros con unas tendencias de aplicaci¨®n que s¨®lo responden a los intereses de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y a¨²n en unos pocos terrenos. Pero esto no puede ni debe significar un determinismo absoluto.La experimentaci¨®n social sobre nuevas tecnolog¨ªas, la b¨²squeda de nuevas formas de uso o, si se quiere, de formas de uso propias constituye uno de los principales terrenos, un terreno irrenunciable, de la intervenci¨®n social en nuestros d¨ªas.
La democratizaci¨®n de la comunicaci¨®n es hoy incompatible con el secreto oficial o de partido sobre las grandes opciones -l¨¦ase LOC, LOT, TV privada.- Es incompatible con el control o la ocultaci¨®n propagand¨ªstica del debate social sobre estas materias. Pero tambi¨¦n es incompatible con la pasividad de la lamentaci¨®n y la cr¨ªtica generalista.
La democratizaci¨®n de la comunicaci¨®n hoy exige libertad para la experimentaci¨®n -l¨¦ase televisi¨®n local-, recursos para que los grupos sociales puedan explorar todas las posibilidades de creatividad y de uso abiertas por las nuevas tecnolog¨ªas: posibilidades de descentralizaci¨®n, de multiplicaci¨®n de flujos, de creaci¨®n de espacios restringidos, de creatividad, de interactividad.
En definitiva, de algo que sigue siendo fundamental en la democracia: la participaci¨®n.
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