30 ayuntamientos de Salamanca se movilizan contra la instalacion de un laboratorio de residuos radiactivos

Cerca de 30 pueblos del oeste de Salamanca han iniciado una campa?a de lucha, precedida de varias asambleas ciudadanas, contra el laboratorio experimental de residuos radiactivos que la Empresa Nacional de Residuos (Enresa) ha previsto instalar en la comarca. A estas alturas, 20 d¨ªas despu¨¦s de que surgiera el rumor, estos municipios han firmado un documento pidiendo la declaraci¨®n de los pueblos como zona no nuclear. Las corporaciones han asegurado que no conceder¨¢n licencias para instalaciones de este tipo ni permitir¨¢n la circulaci¨®n de veh¨ªculos con productos radiactivos.

Entre las primeras medidas que han tomado los ayuntamientos amenazados por esta medida figura el establecimiento de un contacto con 56 c¨¢maras municipales portuguesas y diputados que se oponen a la instalaci¨®n. Todos hablan ya de cementerio o dep¨®sito nuclear. Pero el principal problema es la falta de informaci¨®n oficial. "El silencio enturbia la mente de un pueblo. El pueblo tiene que reaccionar. Y al reaccionar, a veces, tira por las bravas", explicaba recientemente, al finalizar una asamblea de alcaldes y concejales, el presidente de la corporaci¨®n de Saucelle, el socialista Francisco Vallejo, que lamentaba la actitud de los responsables de la Administraci¨®n callados en todo este tiempo.En Salamanca se vivi¨® con sobresalto la noticia que lleg¨® a trav¨¦s de los peri¨®dicos el 19 de febrero pasado: Enresa pensaba construir un laboratorio experimental financiado en parte por la CEE. Durante d¨ªas se habl¨® de varios municipios. El temor, nunca alejado, de que se construyera en la provincia un cementerio nuclear se reaviv¨® inmediatamente.

Las ¨²ltimas noticias apuntan a que el proyecto, conocido ya en la zona como Instalaci¨®n Piloto Experimental Subterr¨¢nea (IPES), puede haber sido desestimado por la Comunidad Econ¨®mica Europea en vista de la oposici¨®n portuguesa. Pero la zona de Los Arribes del Duero est¨¢ sembrada de pintadas y pancartas. Los alcaldes creen que puede instalarse en un t¨²nel de ventilaci¨®n de la central de Iberduero en Aldead¨¢vila.

Proyecto de 2.000 millones

Enresa hab¨ªa presentado a finales de septiembre un proyecto de IPES para investigar con granito. Otros dos planes similares cuentan con el visto bueno de la CEE: uno de la Rep¨²blica Federal de Alemania para experimentar en salinas y otro de B¨¦lgica, en formaciones arcillosas. El proyecto espa?ol costar¨ªa unos 2.000 millones de pesetas, de los que la CEE aportar¨ªa 700.Los ayuntamientos han reclamado informaci¨®n al presidente del Gobierno, al de la Junta de Castilla y Le¨®n, a Enresa, a Iberduero, se han dirigido al Defensor del Pueblo y han solicitado entrevistas con todos los representantes de instituciones p¨²blicas.

El presidente de la Diputaci¨®n, Juan Jos¨¦ Melero, por su lado, asegur¨® que el proyecto no es un cementerio nuclear ni almac¨¦n y que carece de riesgos para el medio ambiente o las personas. El objetivo de Enresa es, seg¨²n Melero, "avanzar en el estudio de reintegraci¨®n de este tipo de productos a la naturaleza en las mismas condiciones en que se hallaban", puesto que se trata de "un laboratorio de investigaci¨®n para conocer el comportamiento de las rocas gran¨ªticas como aislante en relaci¨®n con el uranio".

En la zona selecionada se encuentra la central hidroel¨¦ctrica de Aldead¨¢vila, de Iberduero, la m¨¢s potente de las espa?olas y una de las utilizadas con mayor aprovechamiento de Europa. La empresa contin¨²a construyendo nuevas instalaciones anejas a las anteriores en Saucelle.

La franja fronteriza de Espa?a con Portugal tiene un inter¨¦s especial para la energ¨ªa nuclear. En Saelices el Chico, al suroeste de la provincia, la Empresa Nacional del Uranio (ENUSA) explota las minas de uranio m¨¢s importantes de Espa?a. Cerca de Los Arribes, entre Ledesma y Salamanca, se encuentra la f¨¢brica de Juzgado, que suministra combustible de uranio a la mayor parte de las centrales nucleares espa?olas.

Nunca en Salamanca hab¨ªa surgido un movimiento de estas caracter¨ªsticas, al que se han sumado numerosas asociaciones ciudadanas. Desde grupos culturales o de la tercera edad, hasta cooperativas vin¨ªcolas de la zona est¨¢n constituyendo comit¨¦s locales antinucleares. Estos sectores son los m¨¢s radicales y los que, sin paliativos, llaman al proyecto cementerio nuclear.