Polic¨ªa y justicia
Mientras nos encontr¨¢bamos de vacaciones, el pasado verano, en un pueblecito de L¨¦rida, enviamos a mi hijo a Barcelona para recoger unos objetos personales a nuestro domicilio habitual. Hizo el viaje el jueves con la intenci¨®n de volver al pueblo el s¨¢bado, pero el viernes, mientras paseaba por los alrededores de nuestro domicilio en Barcelona, se sent¨® en un portal a fumar un cigarrillo. En esos momentos pas¨® por su lado una joven que crey¨® reconocer en nuestro hijo al mismo joven que ocho d¨ªas antes la hab¨ªa robado con intimidaci¨®n en un paso subterr¨¢neo, y telefone¨® a la polic¨ªa, que detuvo a mi hijo. Vieron que llevaba la documentaci¨®n en regla, pero lo encerraron en los calabozos de la comisar¨ªa. Despu¨¦s de ¨ªnterrogarle y de que mi hijo se declarara inocente, le llamaron cinico y le intimidaron.A nosotros se nos dio aviso el mismo viernes de su detenci¨®n, y el s¨¢bado por la ma?ana ya nos hab¨ªamos personado en la comisar¨ªa, donde estaba detenido. Al preguntar por el motivo de la detenci¨®n, los polic¨ªas se contradec¨ªan sobre los motivos. Al final logramos saber que hab¨ªan ingresado a nuestro hijo en la c¨¢rcel Modelo, despu¨¦s de seguir el it¨ªnerar¨ªo y visitar el Palacio de Justicia. Para defender el caso tuvimos que nombrar a un abogado y un procurador de pago para ir m¨¢s r¨¢pido, porque de oficio se alargaba mucho m¨¢s, y traer a cinco testigos del pueblo para que justificaran que el d¨ªa 8 de julio, d¨ªa del supuesto robo, mi hijo estaba en el pueblo de L¨¦rida.
Pero ah¨ª no se acab¨® todo. En ese pueblo hab¨ªan cambiado de nombre varias calles, de claro significado franquista, en los ¨²ltimos a?os; entre ellas, la, nuestra. Mi hijo, al declarar, dio el nombre antiguo de la calle, que es el que se sigue utilizando entre los vecinos, y al ir la Guardia Civil encargada de investigar el caso al pueblo y ver que no concordaba el nombre de la calle, por estar en el r¨®tulo la nueva y no la que es m¨¢s popularmente conocida por los vecinos, se limit¨® a se?alar en el parte que la calle en que declaraba vivir no exist¨ªa, a pesar de que los vecinos, al enterarse de que un guardia civil estaba haciendo un parte, acudieron a ¨¦l para decirle que lo hab¨ªan visto m¨¢s de uno v m¨¢s de dos y para aclararle lo ¨¢e la calle, contestando ¨¦ste que el parte ya estaba hecho y que daba igual.
Al final se ha demostrado la inocencia de mi hijo. Y yo me pregunto ahora: ?qui¨¦n le paga los cinco inolvidables d¨ªas que mi hijo ha pasado en la Modelo? ?Qui¨¦n paga los gastos de este error policial y judicial? Nosotros estamos jubilados y mi hijo est¨¢ en paro. ?Qu¨¦ hubiera pasado de no tener pruebas tan claras de inocencia? ?Qu¨¦ habr¨ªa pasado si mi hijo no hubiera podido demostrar que no estaba en Barcelona ese d¨ªa? Pues con los m¨¦todos que utiliz¨® la polic¨ªa para identificarle, con la ligereza con que analizan las causas los jueces, con la desgana con que investiga la Guardia Civil, seguramente estar¨ªa todav¨ªa en la c¨¢rcel, y me temo que no es el ¨²nico caso. Y yo pregunto tambi¨¦n: ?es
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que la denuncia de cualquier persona, que se puede confundir, puede ser suficiente para detener a un chico? ?Es que la polic¨ªa no trata de identificar en qu¨¦ medida las denuncias son correctas o quiz¨¢ corresponden a un loco o a una hist¨¦rica? Y es que esto viene a demostrar que la lucha contra la inseguridad ciudadana y la de lincuencia no se logra con muchas detenciones, sino con el funcionamiento profesional de la polic¨ªa y los jueces.-
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