Morena: gol o autogol con el Cuau
La gobernadora de Morelos, Margarita Gonz¨¢lez, inaugura una saludable pr¨¢ctica. Ha decidido investigar a su predecesor. Parece una obviedad, pero supone todo un cambio de paradigma
El d¨ªa de la toma de posesi¨®n de Claudia Sheinbaum en la C¨¢mara de Diputados uno de los personajes que m¨¢s se afan¨® en tomarse una fotograf¨ªa con la flamante presidenta fue Cuauht¨¦moc Blanco, legislador oficialista y exgobernador de Morelos. Ten¨ªa sus razones.
Otrora ¨ªdolo futbol¨ªstico, personaje no carente de excesos dentro y fuera de las canchas deportivas, Blanco entr¨® a la pol¨ªtica en 2018 arropado por el pragmatismo de un movimiento que en su ascenso crey¨® que todo val¨ªa con tal de, al fin, ganar el poder presidencial.
Aunque no fue postulado por Morena, L¨®pez Obrador vio la irrupci¨®n de Blanco en la campa?a por la gubernatura de Morelos como la oportunidad de dar un golpe m¨¢s al viejo sistema. Las nulas prendas del americanista para la pol¨ªtica, y no se diga para gobernar, fue lo de menos.
Morena cobij¨® al novel gobernador y le toler¨® cualquier tipo de exceso o insuficiencia. La ingobernabilidad de Morelos, presa de desbordados c¨¢rteles ¡ªque saben aprovecharse de los vac¨ªos de poder¡ª pas¨® factura a una sociedad que soport¨® encerrada y en la impotencia.
La elecci¨®n en 2024 de la izquierdista Margarita Gonz¨¢lez como gobernadora de Morelos puso fin a la larga noche del experimento cuauhtemista, esa donde sus pol¨¦micos manejadores y parientes gobernaban mientras ¨¦l se hac¨ªa fotos con presuntos narcotraficantes.
Morena tard¨® demasiado en corregir su error en Morelos. La inseguridad en vastas regiones, y el deterioro de infraestructura en ciudades como Cuernavaca, son prueba de que no sali¨® gratis el obradorista ¡°todo vale¡± con tal de que pierdan los adversarios.
Y si bien el expresidente todav¨ªa se dio el lujo de ofender a las y los morelenses al otorgar una candidatura a diputado federal para Blanco, ese exceso en algo se compens¨® con una gobernadora de car¨¢cter, con conciencia del reto y buena relaci¨®n con la presidenta.
Margarita Gonz¨¢lez ha dado motivo de hablar en este a?o porque ha avanzado en una agenda que supone toda una novedad en el oficialismo: su equipo ha presentado denuncias de presuntos il¨ªcitos cometidos por la Administraci¨®n de Cuauht¨¦moc Blanco.
La gobernadora de Morelos inaugura de esa forma una saludable pr¨¢ctica. Ha decidido investigar a su predecesor. Parece una obviedad en un r¨¦gimen democr¨¢tico, el ejercicio indispensable de un gobernante, pero supone todo un cambio de paradigma en el actual.
Una de las virtudes de las alternancias de partido en un puesto p¨²blico era que se posibilitaba auditar la administraci¨®n que se heredaba. Qu¨¦ mejor incentivo para un pulcro desempe?o que el saber que se puede ser fiscalizado por el siguiente gobernante.
En cambio, si gana el mismo partido ¡ªy eso aplica al PRI, al PAN, a MC y desde luego a Morena¡ª, suelen intervenir otros considerandos. Funciona m¨¢s la omert¨¤ o, si acaso, la b¨²squeda de chivos expiatorios. Por ello, lo emprendido por Margarita, es prometedor.
M¨¢xime si durante seis a?os ¡ªde 2018 a 2024¨C el presidente de la Rep¨²blica fue totalmente refractario a cualquier denuncia o esc¨¢ndalo estatal, cerrado a permitir o a alentar que un gobernante estatal fuera sometido a controles pol¨ªticos externos.
En su libro Autocracy Inc., Anne Applebaum recuerda un caso en la Venezuela de Hugo Ch¨¢vez. En 1989, al a?o de llegar al poder, su cercano colaborador Jes¨²s de Urdaneta le llev¨® un informe de supuestos actos indebidos de cuadros del gobierno chavista.
Urdaneta crey¨® que los se?alados terminar¨ªan fuera del r¨¦gimen. El que result¨® corrido fue ¨¦l. Para la autora, se mandaba el mensaje de ¡°si eres leal, puedes robar¡±. Ch¨¢vez, dice Applebaum, apost¨® a que es m¨¢s f¨¢cil manipular funcionarios corruptos que funcionarios honestos.
L¨®pez Obrador nunca permiti¨® que el discurso de honestidad de su movimiento se viera tiznado por un proceso de investigaci¨®n a un pol¨ªtico suyo. De esa forma desalent¨® cualquier intento opositor para someter a un gobernante de Morena, que hasta premios recibieron a pesar de desastrosas actuaciones, como la del exgobernador de Chiapas Rutilio Escand¨®n, recientemente nombrado c¨®nsul en Miami (decisi¨®n ¨¦sta operada por Claudia Sheinbaum).
Con su decisi¨®n de iniciar investigaciones formales a su famoso predecesor, Margarita Gonz¨¢lez ha metido un gol. El balonazo legal, incluso en su etapa inicial, ya estrell¨® la p¨¢tina de ¡°libre de pecado¡± que se le quiere poner a todo cuadro del obradorismo.
Puede ser ¡ªno hay que prejuzgar su inocencia¡ª que Cuauht¨¦moc Blanco libre las acusaciones. Tampoco se deben alentar cacer¨ªas de brujas. Pero el mero hecho de que Margarita Gonz¨¢lez se permita y se comprometa a auscultar es un avance, un m¨¦rito que no se debe convertir en defecto.
Porque si ocurre que todo es una faramalla, o si incluso las pesquisas se hacen mal o sin el debido rigor, entonces el gol que ya se anot¨® Margarita Gonz¨¢lez se va a convertir en autogol, en un embarazoso trance que puede incluso comprometer la buena fama de Sheinbaum.
Las y los morelenses se merecen estar mejor que en el sexenio anterior. Un paso indispensable para ello es que se investiguen delitos e incluso negligencia de parte del anterior gobierno. Y que se apliquen los respectivos castigos. Sin ello, cualquiera dentro del morenismo y no solo en Morelos, podr¨ªan creer que ¡°si eres leal, puedes robar¡±.
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