Los cinco documentos anteriores
La primera enc¨ªclica de Juan Pablo II, Redemptor hominis (1979), defend¨ªa la dignidad humana y condenaba los atentados contra la persona, la tortura, la falta de libertad, el terrorismo y los totalitarismos. El Papa se mostr¨® conservador respecto a las nuevas directrices teol¨®gicas surgidas en Europa y en el Tercer Mundo, y pesimista ante las conquistas humanas del presente siglo.
En la segunda, Dives in misericordia (1980), el Papa present¨® en clave b¨ªblico-teol¨®gica, a partir de la par¨¢bola del hijo pr¨®digo, una defensa de la misericordia divina frente a las insuficiencias del concepto de justicia humana, para proteger al hombre contempor¨¢neo de las graves amenazas a las que se enfrenta.
La enc¨ªclica Laborem exercens (1981), que trat¨® el tema del trabajo y las relaciones sociales, trajo aires nuevos a la doctrina de la Iglesia cat¨®lica sobre la llamada cuesti¨®n social. En su escrito el Papa arremeti¨® contra el liberalismo y el colectivismo mostr¨¢ndose partidario de la cogesti¨®n y la autogesti¨®n.
En su cuarta enc¨ªclica, Slavorum apostoli (1985), dedicada a los santos eslavos Cirilo y Metodio, Juan Pablo II dirigi¨® sus oraciones para que las autoridades pol¨ªticas no consideren las creencias religiosas como obst¨¢culo para la consecuci¨®n del bien com¨²n, e hizo un llamamiento para la uni¨®n cultural y civil de Europa basada en la fe cristiana.
Juan Pablo II public¨® su quinta enc¨ªclica el 18 de mayo de 1986. Dominum et vivificantem, quiz¨¢ la m¨¢s pol¨ªtica de todas, estuvo dedicada al papel central del Esp¨ªritu Santo en la vida de la Iglesia. En ella defini¨® al marxismo como "resistencia al Esp¨ªritu Santo".
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