Papandreu y la Iglesia

EL CONFLICTO entre el Gobierno del PASOK y la Iglesia ortodoxa de Grecia sobre la nacionalizaci¨®n de determinados bienes de ¨¦sta se ha enconado gravemente. Contrariamente a una tradici¨®n muy arraigada, las jerarqu¨ªas de la Iglesia se han negado a tomar parte, al lado de las autoridades del Estado, en los actos oficiales del 25 de marzo en recuerdo de la revoluci¨®n de 1821 contra la dominaci¨®n turca. La colisi¨®n Iglesia-Estado parece cada vez m¨¢s una batalla pol¨ªtica entre el Gobierno socialista y la derecha, cuyo principal partido, Nueva Democracia, apoya ruidosamente a la Iglesia. Despu¨¦s de encierros y otros actos de protesta se anuncian manifestaciones contra el Gobierno de car¨¢cter masivo.Este nuevo estallido se produce en un momento en el que Papandreu tiene que hacer frente a serios problemas econ¨®micos y sociales. Del inicial programa del PASOK, en el que la elevaci¨®n del nivel de vida de las capas m¨¢s pobres era tema prioritario, el Gobierno ha pasado a una pol¨ªtica de austeridad y bloqueo de salarios, contra la cual la reacci¨®n obrera y sindical, con huelgas y demostraciones, ha alcanzado gran amplitud. Por otra parte, Grecia tiene una situaci¨®n inc¨®moda en el plano internacional. Las relaciones con EE UU son tensas, y Papandreu anul¨® la etapa en Atenas del reciente viaje mediterr¨¢neo de Weinberger despu¨¦s de unas declaraciones de ¨¦ste favorables a Turqu¨ªa en el problema de Chipre.No resulta f¨¢cil comprender las causas que han movido al PASOK a tomar, en estos momentos, la iniciativa de una expropiaci¨®n de bienes eclesi¨¢sticos. La experiencia de numerosos pa¨ªses demuestra que los grupos religiosos tienden a identificar su poder¨ªo terrestre con sus fines espirituales, y reaccionan con extraordinaria sensibilidad cuando son afectados sus intereses materiales. La desamortizaci¨®n del siglo XIX en Espa?a, cuyo fundament¨® moral pocos ponen hoy en duda, fue considerada en su tiempo como obra de Sat¨¢n dirigida contra la fe cat¨®lica. Por otra parte, la Iglesia ortodoxa es Iglesia estatal en Grecia. La Constituci¨®n vigente, aprobada en 1975, despu¨¦s de restablecerse la democracia, la reconoce como "Iglesia dominante" y recoge incluso algunos de sus dogmas y su funcionamiento aut¨®nomo. Ese lugar de la Iglesia tiene ra¨ªces hist¨®ricas, sobre todo a causa de su papel en la lucha contra la dominaci¨®n turca, que la identific¨® con la causa nacional. La demanda de separaci¨®n de la Iglesia y el Estado ha sido muy minoritaria en Grecia.La ley del Gobierno Papandreu responde a una filosof¨ªa totalmente distinta: puesto que el Estado paga a la Iglesia una asignaci¨®n cuantiosa, lo equivalente a unos 13.000 millones de pesetas, y que los popes son de hecho funcionarios, se trata de reforzar el control estatal sobre la administraci¨®n de los bienes eclesi¨¢sticos, y de nacionalizar determinadas tierras, que la Iglesia no utiliza para sus fines propios, entreg¨¢ndolas a cooperativas o municipios. No parece dudoso que, desde el punto de vista de la justicia social, sea esta la mejor soluci¨®n. Cabe considerar reprobable la venta de esas tierras por la Iglesia para realizar beneficios cuantiosos. No es convincente el argumento de la Iglesia de que desea donar esas tierras directamente a los agricultores, ya que nunca ha hecho tal cosa.

La distribuci¨®n de las 130.000 hect¨¢reas que van a ser expropiadas no puede ayudar de modo sustancial a resolver los problemas sociales. Si el prop¨®sito del Gobierno es, como muchos piensan, utilizar un gesto anticlerical para izquierdizar su imagen en el momento en que es acusado de derechizar su pol¨ªtica econ¨®mica, la receta puede ser peligrosa. El anticlericalismo como bandera de la izquierda puede ser un bumer¨¢n. Nuevos nubarrones se acumulan en el horizonte ya sombr¨ªo del Gobiemo Papandreu.