'La fronda universitaria'
Sorprende e irrita el editorial La fronda universitaria, que apareci¨® el 23 de marzo en EL PA?S, precisamente un peri¨®dico que no se caracteriza por dar cancha a los estudiantes cuando intentan difundir su descontento a trav¨¦s de sus p¨¢ginas.Es cierto que han pasado tres a?os y medio desde que lleg¨® la ley de Reforma Universitaria (LRU) al Parlamento, y ahora es cuando cuajan las protestas, centrando el problema en la no participaci¨®n en los planes de estudio.
Pero tambi¨¦n es verdad que se pueden dar muchas explicaciones para que tanto los estudiantes como algunos profesores no reaccionaran a tiempo, y sobre todo en bloque, cuando, sin entrar a fondo en su valoraci¨®n, se aprob¨® sin previo debate. Porque consultar no es formar una comisi¨®n m¨¢s o menos clandestina y cuidadosamente elegida entre personas afines. S¨®lo una vez aprobada fue presentada al miniclaustro -siendo rector el se?or Bustelo-, y ¨¦se fue todo el debate (al menos en la universidad Complutense).
Las famosas ¨¢reas de conocimiento, la formaci¨®n de los departamentos, la funcionarizaci¨®n de los profesores, la jubilaci¨®n anticipada, etc¨¦tera, han producido conatos de protesta aqu¨ª y all¨¢, que se han ido paliando como se ha podido.
Estos ¨²ltimos a?os hemos vivido y estamos viviendo serios problemas internacionales y nacionales: movilizaciones contra la OTAN, el desarme, la reconversi¨®n, el paro, los pantanos.... que nos mantienen permanentemente ocupados; y tampoco hay que olvidar la desmovilizaci¨®n que supuso la subida al poder de un Gobierno socialista, creando expectativas de cambio.
Ahora, cuando la LRU est¨¢ pasando del Bolet¨ªn Oficial del Estado a las aulas, los estudiantes se dan cuenta de su alcance y el conflicto se generaliza. Los cauces de participaci¨®n no est¨¢n claros, y la imposici¨®n desde arriba hace que la gente termine pensando que no es posible continuar con ese despotismo, contra el que nos rebelamos.
La LRU no ha propiciado cauces de participaci¨®n ni en los claustros -donde la presencia de los alumnos es muy escasani en las juntas de facultad -donde el decano o autoridad de turno suele impedir la expresi¨®n de opiniones, por importantes que sean, alegando que no est¨¢n en el orden del d¨ªa-. Por otra parte, la informaci¨®n previa a cualquier claustro o junta y la posterior a su celebraci¨®n, para los que est¨¢n representados all¨ª, es escasa y sigue el modelo parlamentario de no dar cuenta hasta la pr¨®xima elecci¨®n. Con respecto a los planes de estudio, el debate debiera haber comenzado pregunt¨¢ndose qu¨¦ tipo de Universidad se quiere, a qu¨¦ sociedad va dirigida y qu¨¦ funci¨®n va a cumplir en ella la Universidad. Una vez decidido ad¨®nde vamos, empezar¨ªamos a pensar c¨®mo vamos.
Hemos sabido que se estaban gestando los planes de estudio, desde junio del a?o pasado, a trav¨¦s de amigos o por filtraciones. Los rumores empezaron a ser m¨¢s persistentes en octubre, y las listas de las asignaturas troncales se han pasado tres veces, con escas¨ªsimas modificaciones.
A ra¨ªz de las primeras filtraciones, seg¨²n las cuales se suprim¨ªa la asignatura de Biolog¨ªa en el plan de ciencias biol¨®gicas, un total de 350 profesores de nueve facultades solicitamos su inclusi¨®n como asignatura troncal; la contestaci¨®n fue que se trataba de una falsa alarma. En el momento actual disponemos de un borrador en el cual no s¨®lo consta la lista de las asignaturas troncales, sino tambi¨¦n los cr¨¦ditos asignados a cada una de ellas y las ¨¢reas de conocimiento a que deben pertenecer, adem¨¢s de su contenido.
Para dejar bien zanjado el tema, el pasado 12 de marzo se celebr¨® una reuni¨®n de la llamada conferencia de decanos, en la que se aprob¨® el borrador con liger¨ªsimas modificaciones. ?Cu¨¢l va a ser entonces la participaci¨®n de estudiantes y profesores que no ocupan cargos? No existe demagogia ni manipulaci¨®n cuando decimos que nos los dan hechos.
En cuanto a los expertos a que alude el editorialista, y que constituyen los grupos de trabajo nombrados por el Gobierno, no es cierto que casi todos sean catedr¨¢ticos, que en s¨ª no es decir mucho; existen otras connotaciones que los definen como ser representantes de la industria qu¨ªmica, farmac¨¦utica, de la CEOE... Los llamados expertos no son neutrales; tienen sus intereses, y ¨¦stos se reflejan en su trabajo.
En cuanto a la defensa de los intereses corporativos, tengo que decir que son los ¨²nicos que se consens¨²an para evitar tensiones, como ahora se dice. Me temo que la supresi¨®n de cursos y asignaturas va en este sentido.
Por lo dem¨¢s, muchos de nosotros, conocedores de otros tiempos, s¨ª a?oramos un debate asambleario antes de formular cualquier propuesta, y , como a otros colectivos, no nos gusta una reconversi¨®n a nuestras espaldas.
Deseamos una Universidad m¨¢s humanista, m¨¢s formativa y m¨¢s competente. Que tiene poco que ver con la competitividad de zancadilla.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.