Feminista-radical
Muy bueno lo suyo, do?a Rosa. Me considero un rendido admirador suyo y suelo disfrutar leyendo su columna sabatina, mordaz y cr¨ªtica, con temas dignos de la misma (desde la tortura y la podredumbre pol¨ªtica hasta algunas que otras visceralidades dislocadas).Pero lo de los condoneros (EL PA?S del s¨¢bado 21 de marzo) desprende un tufillo feminista-radical que me da un pel¨ªn que pensar. Quiz¨¢ no sea yo el m¨¢s cualificado para recordarle (pero lo har¨¦) que lo de la salubilidad de la gomita es algo bastante relativo: frigidez femenina, impotencia masculina, inflamaciones vaginales y disfunciones sexuales varias (sin contar con los trastornos ps¨ªquicos por la p¨¦rdida de sensibilidad en el coito, tanto en el hombre como tambi¨¦n, de verdad, do?a Rosa, tambi¨¦n, en la mujer), y creo que son bastante equiparables a los m¨¢s atroces da?os que puedan causar p¨ªldoras y DIU, que, al parecer, de adalides de la liberaci¨®n sexual han pasado a convertirse en los jinetes del apocalipsis anticonceptivo.
En cuanto a lo de la "prueba de fuego del amor", riamos por no llorar, y es que a lo mejor, qui¨¦n sabe, si nos da por plantearla a la inversa, nos salen unos resultados la mar de jugosos (aunque, eso s¨ª, un poco desconsoladores para los que defienden la extensi¨®n universal de la omnicomprensi¨®n femenina).
Aunque lo parezca, do?a Rosa, esto no es el despecho del machista, y es que, por suerte para todos (o casi todos, porque es posible que alguien se muera de hambre por falta de argumentos ret¨®ricos), creo que el macho ib¨¦rico se trata de una especie en v¨ªas de extinci¨®n.
Y que usted y yo, entre gomas, p¨ªldoras y DIU, lo veamos.-
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