_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Art¨ªculos estrictamente de opini¨®n que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opini¨®n han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opini¨®n de personas ajenas a la Redacci¨®n de EL PA?S llevar¨¢n, tras la ¨²ltima l¨ªnea, un pie de autor ¡ªpor conocido que ¨¦ste sea¡ª donde se indique el cargo, t¨ªtulo, militancia pol¨ªtica (en su caso) u ocupaci¨®n principal, o la que est¨¦ o estuvo relacionada con el tema abordado

Sobre el retorno del mercenariado

Un texto de Rafael S¨¢nchez Ferlosio es siempre un acontecimiento. Uno de los escritores m¨¢s ins¨®litos del panorama literario espa?ol de la posguerra, Ferlosio es tambi¨¦n un intelectual cuya hondura ha provocado algunos de los ensayos m¨¢s l¨²cidos y pol¨¦micos sobre la vida cotidiana espa?ola. El autor de Homil¨ªa del rat¨®n (Ediciones El Pa¨ªs) y Mientras los dioses no cambien nada ha cambiado (Alianza) aborda aqu¨ª lo que ¨¦l llama "el retorno del mercenariado" y plantea la disyuntiva entre un ej¨¦rcito compuesto por una tropa ciudadana o por otra totalmente mercenaria.

Estos d¨ªas de atr¨¢s se ha celebrado en Segovia una reuni¨®n de militares y soci¨®logos sobre el tema y bajo el t¨ªtulo de Problemas del servicio militar en la sociedad espa?ola actual. Pido disculpas por anticipado si mi comentario malinterpreta o es injusto con lo que all¨ª se dijo o se pas¨® en silencio, pues no dispongo de otros datos sobre la reuni¨®n que los recogidos en una rese?a period¨ªstica (diario Ya, 19 de marzo de 1987); pese a lo cual, querr¨ªa que este texto fuese recibido como un intento de participaci¨®n en el debate nacional sobre defensa que el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa Jos¨¦ Jim¨¦nez Blanco propuso incoar y provocar a partir de aquella misma reuni¨®n de Segovia.El catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa Amando de Miguel se declar¨® -siempre seg¨²n la rese?a- partidario de "no limitar la edad de ingreso" en el Ej¨¦rcito y de "no impedir el acceso a las mujeres". Mi personal opini¨®n, contraria a la ley que ha rebajado a los 18 a?os la edad militar, ya la he razonado en otra parte, y s¨®lo me queda preguntar aqu¨ª: ?Se han comparado los porcentajes de suicidio durante el servicio militar relativos a la ¨¦poca en que ¨¦ste se hac¨ªa a los 21 a?os con los relativos a los a?os en que lleva haci¨¦ndose a los 18? Me extra?ar¨ªa que un soci¨®logo como Amando de Miguel hubiese pasado por alto esta cuesti¨®n, a menos que la comparaci¨®n no haya arrojado un resultado significativo; sea como fuere, nada dice al respecto la rese?a. En lo que toca al acceso de mujeres a las clases de tropa dir¨¦ que, si ello responde al hecho de que ¨¦sta sea una reivindicaci¨®n propugnada, al parecer, por algunos sectores feministas, no entiendo el sentimiento de agravio comparativo que pueda haber, si es que lo hay, tras ella. La exclusi¨®n de las mujeres del servicio militar es una de las pocas diferencias entre sexos que s¨®lo desde una actitud irreflexiva puede sentirse como ofensivamente discriminatoria, pues, si lo fuese, no habr¨ªa de considerarse menos ofensivo para las mujeres cualquier texto de anatom¨ªa humana que registrase el dato fisiol¨®gico del mayor desarrollo muscular de los varones adultos con respecto a las mujeres adultas. As¨ª, mientras los medios de guerra no est¨¦n tan absolutamente automatizados que en su manejo no cuente ya para nada la fuerza muscular o la resistencia para un esfuerzo f¨ªsico prolongado, parece fuera de lugar llamarse a agravio por semejante exclusi¨®n. De hecho, y sin que a ninguna mujer se le haya pasado ni remotamente por las mientes ofenderse por ello, el m¨¢s riguroso apartheid intersexual se mantiene, y justamente por id¨¦ntico motivo, en ese subproducto lateral de la guerra que es el deporte de competici¨®n. Se me dir¨¢ que aqu¨ª la reivindicaci¨®n femenina ha consistido en el acceso de las mujeres a la pr¨¢ctica misma del deporte, de la que antes estaban excluidas; pero pi¨¦nsese a ver si en una guerra en la que las mujeres no tuviesen los papeles auxiliares que ahora tienen, sino, como la reivindicaci¨®n parece pretender, un verdadero papel de combatientes, se avendr¨ªa el enemigo a mantener el caballeresco apartheid intersexual de las competiciones deportivas o no intentar¨ªa m¨¢s bien buscar, en cada caso, la combinaci¨®n m¨¢s ventajosa para aniquilar cuanto antes, al menor coste posible, y sin avergonzarse de ning¨²n abuso, los regimientos femeninos.

Sin embargo, el asunto es, a mi juicio, bastante m¨¢s profundo de lo que en este plano actual y pr¨¢ctico pueda parecer, y hasta el extremo parad¨®jico de que la reivindicaci¨®n en cuesti¨®n entra en contradicci¨®n consigo misma precisamente seg¨²n, aquel sesgo y en aquella medida en los que tiene raz¨®n. En efecto, cuando Her¨¢clito dijo: "Guerra de todos es padre, de todos rey, y a los unos los se?al¨® dioses; a los otros, hombres; a los unos hizo esclavos, a los otros, libres" (versi¨®n de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo), bien pudo, a mi juicio, a?adir, y acaso con el mismo fundamento: "A los unos hizo mujeres; a los otros, varones". Quiero decir que, ya sea que se acepte o se rechace una interpretaci¨®n racionalista de su origen (seg¨²n la cual el var¨®n habr¨ªa sido el destinado a la guerra a causa de lo moment¨¢neo de su intervenci¨®n en la funci¨®n reproductora frente a la prolongada duraci¨®n del tiempo de gestaci¨®n en las mujeres, diferencia que hac¨ªa residir, no en el n¨²mero de varones, sino en el n¨²mero de mujeres supervivientes, la capacidad de renovaci¨®n y de perpetuaci¨®n demogr¨¢fica de un pueblo tras la guerra), es de este destino guerrero reservado a los varones de donde se derivan y se desarrollan, a mi parecer, todas las dem¨¢s discriminaciones y subordinaciones a las que, desde tiempo inmemorial, han sido sometidas las mujeres. Si en la invenci¨®n de la guerra est¨¢ la causa de la invenci¨®n de los varones y de las mujeres como dos especies humanas socialmente diferenciadas, la reivindicaci¨®n por parte de las mujeres de su derecho a tomar parte en la guerra tiene su sesgo de raz¨®n en cuanto que recusando su exclusi¨®n de ella apunta certeramente al propio origen de su segregaci¨®n y sumisi¨®n, pero es tambi¨¦n, del mismo golpe, contradictoria o parad¨®jica, en la medida en que es precisamente desde esa misma condici¨®n de mujeres, que solamente deben a la guerra, desde donde reclaman su derecho a tomar parte en ella, o sea -como si se pudiese estar a la vez en dos lugares-, justamente en aquello que originariamente decidi¨® que acabasen por verse reducidas a semejante condici¨®n.

PREFERENCIAS

Mi acuerdo con Amando de Miguel, en cuanto a preferir la conscripci¨®n obligatoria frente al mercenariado, se reduce a la mera preferencia, para apartarse del todo en las razones. Por toda raz¨®n en favor del servicio militar obligatorio, lo ¨²nico que la rese?a ha recogido de la exposici¨®n de De Miguel (y si hay en ello injusticia, c¨²lpese al propio autor de la rese?a) es la d¨¦bil e inconsistente alegaci¨®n, que viene entre comillas, de que "en Espa?a todo lo que es voluntario no funciona". Huera y tramposa logomaquia, por cuanto, aprovech¨¢ndose de que como sin¨®nimo de mercenario se use tambi¨¦n el eufemismo de decir voluntario, juega con el valor m¨¢s general de voluntario, para esgrimirlo en la frase comentada. La contraposici¨®n que habr¨ªa que hacer valer aqu¨ª, con m¨¢s fuerte asidero que la de De Miguel, ser¨ªa m¨¢s bien la de empresa privada / empresa p¨²blica, pues el mercenariado, en cuanto clase de tropa formada por particulares tomados a contrata -y no, como el servicio obligatorio, por individuos conscriptos en su condici¨®n p¨²blica y pol¨ªtica de ciudadanos-, m¨¢s bien se equiparar¨ªa, bajo ciertos respectos, a una empresa privada. Pi¨¦nsese, por ejemplo, en que, mientras la conscripci¨®n obligatoria tiene que aceptar forzosamente todos los ciudadanos risicamente ¨²tiles, sin poder excluir a ninguno de ellos hasta tanto no haya cumplido el tiempo de permanencia prefijado, por el contrario, las facultades de selecci¨®n del personal que, con el sistema del mercenariado, se ofrecer¨ªan a los cuadros de oficiales ser¨ªan probablemente parejas a las ofrecidas a los patronos de empresas privadas bajo el m¨¢s amplio r¨¦gimen de despido libre, o incluso superiores, ya que, en contexto castrense, nociones como las de "falta de esp¨ªritu", "indisciplina" o "baja performance" alcanzan connotaciones de culpabilidad desconocidas en el contexto laboral, y que podr¨ªan llevar (todo sea por la patria) hasta a expulsiones sin indemnizaci¨®n. La conscripci¨®n obligatoria quedar¨ªa, pues, paralelamente, comparada con la empresa p¨²blica, y no creo remachar sobre un prejuicio y una tradici¨®n injustos si, desde esa comparaci¨®n, remito a De Miguel a la consideraci¨®n de cu¨¢n m¨ªseramente han funcionado casi siempre en Espa?a todas las cosas confiadas a la Administraci¨®n p¨²blica. En contra de su opini¨®n, creo, por tanto, que, desgraciadamente, un ej¨¦rcito con clase de tropa mercenaria no s¨®lo funcionar¨ªa bastante mejor que el actual ej¨¦rcito de conseripci¨®n obligatoria -como la empresa privada es m¨¢s eficiente que la p¨²blica-, sino que, adem¨¢s, ser¨ªa, militarmente, m¨¢s eficaz. Y quedo dispensado de consignar aqu¨ª las razones de que -a despecho de ventajas tales- haya dicho "desgraciadamente", pues ya han sido explicadas en otro lugar. Me limitar¨¦ a decir ¨²nicamente que, si ha de hablarse de "dignidad" de los soldados, como, al parecer, se ha hablado en la reuni¨®n de Segovia, no veo c¨®mo se podr¨ªa hablar de "dignidad" respecto de una tropa formada por particulares tomados a contrata, si el otro t¨¦rmino de la comparaci¨®n es un ej¨¦rcito de ciudadanos incorporados a filas en su condici¨®n p¨²blica y pol¨ªtica de tales; el abismo es tan grande que "dignidad" deja de poder significar lo mismo en uno y otro caso.

Para la afirmaci¨®n gen¨¦rica de una superioridad militar de principio de los ej¨¦rcitos mercenarios sobre los ej¨¦rcitos de ciudadanos -y no s¨®lo en estos tiempos de tecnolog¨ªa sofisticada-, me remito a un autor tan documentado y tan fiable como Max Weber; si bien en esto debe de influir no poco la diferencia de si se combate en defensa de la patria, como Atenas y Platea en Marat¨®n, o se combate en empresas exteriores, sean guerras de conquista o de piques de orgullo entre potencias. Desde luego, en el siglo y medio que va desde el Garellano hasta Rocroi, tiempo durante el cual los tercios espa?oles mantuvieron la reputaci¨®n de ser el mejor ej¨¦rcito de Europa, la clase de tropa se nutr¨ªa por particulares tomados a contrata, o, como entonces se dec¨ªa, por soldados que "sentaban plaza", esto es, por mercenarios. Las levas hechas por conscripci¨®n obligatoria (aunque no universal, sino uno de cada 12, por ejemplo, en la de 1495), o, en el lenguaje de aquel tiempo, "por mandamiento o autoridad del pr¨ªncipe", parece ser que fracasaron siempre, a pesar de la preferencia que, seg¨²n Diego de Salazar (Tratado de re militari, 1536), sent¨ªa por esta forma de reclutamiento el propio Gran Capit¨¢n, y de la profunda repugnancia que, a tenor de las palabras que Salazar pone en su boca, manifestaba, en cambio, por el mercenariado: "Los que voluntar¨ªamente militan no son de los mejores, antes de los peores de una provincia, porque todos o los m¨¢s viven ociosos, y sin freno, y sin religi¨®n, fugitivos del dominio del padre, blasfemadores, jugadores, escandalosos y mal criados, porque no son de otra manera los que quieren tener la guerra por oficio". A juzgar por lo que sobre sus hechos posteriores ha llegado hasta nosotros, tal cual, o acaso peor, debi¨® de ser, en mayor parte, la catadura social de la canalla que sent¨® plaza de soldado, para nutrir los nav¨ªos de los empresarios particulares, hidalgos, armadores o hasta nobles, que, m¨¢s acaudalados, lograban contratar a su nombre y a su riesgo cualquier concesi¨®n real para ir a descubrir y conquistar a la otra orilla del Atl¨¢ntico. No muy distinto debi¨® de ser tampoco el retrato moral de los 12.000 landsquenetes alemanes a los que la muerte del duque de Borb¨®n quit¨® la ¨²ltima traba para precipitarse a la imperial empresa del Saco de Roma. Si la defensa de la patria hace tal vez aguerrido y hasta temerario al m¨¢s honesto y manso de los ciudadanos, s¨®lo la otra clase de chusma militar, aut¨¦ntica hampa en armas, es la que sirve para desplegar y confirmar imperios.

"TIMEO DANAOS..."

Perm¨ªtaseme ahora tan s¨®lo una alusi¨®n a mis razones en favor de la conscripci¨®n obligatoria (y de cuya exposici¨®n en este texto me dispensa el haberlas alegado ya en otro lugar), pues me topo de pronto con una informaci¨®n, aportada a la reuni¨®n de Segovia -siempre seg¨²n la ya citada rese?a period¨ªstica- por el general Cano Hevia, que no podr¨ªa venir m¨¢s al encuentro de mis propias previsiones. La informaci¨®n, citando literalmente, dice as¨ª: "(El teniente general Juan Cano Hevia) se?al¨® que las ideolog¨ªas pol¨ªticas sobre el tema han cambiado a lo largo de los a?os. En Francia", a?adi¨®, "ahora es la derecha la que est¨¢ a favor del sistema de reclutamiento voluntario". ?Desde cu¨¢ndo? -osar¨ªa yo preguntarme en este punto-, ?desde la guerra de las Malvinas, tal vez? ?0 m¨¢s bien desde mayo del 68? "Un militarismo verdaderamente consciente de las cosas", he escrito en otra parte, "partidario, adem¨¢s, de la autonom¨ªa militar, estar¨ªa deseando deshacerse de los espa?oles larg¨¢ndoles la papela de la licencia absoluta en cuanto sociedad civil, hasta lograr un ej¨¦rcito totalmente desnacionalizado, y bendecir¨ªa, por tanto, el auge de los mov¨ªrnientos de objetores de conciencia, por cuanto no trabajan sino a su favor (...). Del mismo modo, un pacifismo y antimilitarismo realmente consciente de las cosas, en vez de estar clamando por el reconocimiento en el derecho de la objeci¨®n de conciencia, dir¨ªa, por el contrario (y por usar su estilo): '?Exenci¨®n del servicio de las armas a la ciudadan¨ªa y entrega de los fusiles a particulares tomados a contrata por la instituci¨®n militar? ?No, gracias!". Ya que no hay que olvidar que en el servicio obligatorio el conscriptor es el poder civil, mientras

Sobre el retorno del mercenariado

que en el mercenariado la patronal contratante ser¨ªa la instituci¨®n militar. En el actual movimiento mundial de regresi¨®n pol¨ªtica hac¨ªa el autoritarismo, acelerado por el militarismo y el neonacionalismo reaganiano y alentado por el nuevo eje Roma-Washington, parece que los capitostes de los Estados democr¨¢ticos -y empezando por la derecha, como es de suponer- se van espabilando en cuanto a localizar los puntos, a la vez vulnerables e indoloros, por los que, sin esc¨¢ndalo alguno y hasta con la ignorante gratitud de la ciudadan¨ªa, podr¨ªan menoscabar la mediatizaci¨®n popular de la autoridad estatal por los llamados "controles democr¨¢ticos", tanto m¨¢s cacareados cuanto menos efectivos. Y uno de esos puntos es precisamente el de ofrecer a la ciudadan¨ªa el caramelo envenenado de la abolici¨®n del servicio militar obligatorio. "Timeo Danaos et dona ferentes" ser¨ªa el latinajo que m¨¢s conviene aqu¨ª.Por ¨²ltimo, me extra?a grandemente que la rese?a no diga una palabra sobre si se ha tocado siquiera en la reuni¨®n -y tal como, a mayor abundamiento, la especial presencia de soci¨®logos dar¨ªa lugar a suponer- el aspecto social m¨¢s relevante de la disyuntiva entre mercenariado y conscripci¨®n universal obligatoria, y que es tambi¨¦n el nudo del ovillo, al que tal vez vengan a dar al fin todos los hilos del asunto en cuesti¨®n. Se trata de saber qu¨¦ tipo social se crea en el mercenario, en tanto que individuo, y cu¨¢les ser¨¢n los rasgos sociol¨®gicos del nuevo grupo social constituido por el mercenariado, cu¨¢l su forma de ubicaci¨®n en el conjunto de la sociedad entre la que se mueva, cu¨¢l la fisonom¨ªa con que aparecer¨¢ a los ojos de sus conciudadanos, cu¨¢les el trato, el aprecio, el menosprecio, la distancia o cercan¨ªa por los que se regir¨¢n sus relaciones. Los militares tienden a pensar casi exclusivamente en t¨¦rminos de su funci¨®n profesional, dominada por el principio de eficacia a ultranza, en campo de combate (e independientemente de que tal principio se manifieste en ellos mucho m¨¢s a me nudo como est¨¦ril y est¨®lida obsesi¨®n que como relajada y abierta sensatez), y son propensos a olvidar la responsabilidad de las repercusiones que el manejo de enteros bloques de la sociedad bajo el solo criterio funcional de su capacitaci¨®n para la guerra puede tener en los dem¨¢s aspectos de la vida humana. Deseo prevenir con ello contra la posibilidad de que, en esta disyuntiva entre la opci¨®n por la conscripci¨®n obligatoria y la opci¨®n por la constituci¨®n de un nuevo ej¨¦rcito con las clases de tropa totalmente nutridas por particulares tomados a contrata, sea el crudo y puro principio de eficacia, junto con los criterios econ¨®micos, quien tome la preeminencia, cuando no incluso la exclusiva, frente a cualquier otro posible factor de decisi¨®n. Antes por el contrario, digo que ning¨²n criterio debe absolutamente primar en ning¨²n caso sobre la consideraci¨®n del atentado sociol¨®gico y moral que la sustituci¨®n, por el ej¨¦rcito de la actual clase de tropa ciudadana por otra totalmente mercenaria podr¨ªa comportar para la propia sociedad de la que ese mismo ej¨¦rcito suele gustar de proclamarse, tan enf¨¢ticamente, defensor.

Ser¨ªa probablemente injusto, o al menos atrevido, atenerse literalmente a lo que -a tenor del texto de Salazar, citado m¨¢s arriba- hemos visto que pasaba en el siglo XVI, para aplicarlo sin m¨¢s al d¨ªa de hoy, pero s¨ª que me parece enteramente v¨¢lido para retener de ello al menos una cosa: no, desde luego, el contenido de la caracterizaci¨®n, pero s¨ª el hecho de que la simple decisi¨®n de "sentar plaza de soldado" o de apuntarse a la Legi¨®n comporta ya, forzosamente, por s¨ª misma, alguna suerte de cribado previo de autoselecci¨®n social. Aunque parece bastante inveros¨ªmil que ni ahora ni en el siglo XVI los rasgos sociales previos del futuro soldado de fortuna tengan por fuerza que configurar una fisonom¨ªa tan exclusiva y tan un¨ªvoca como la que, en raz¨®n de su intenci¨®n pol¨¦mica, presenta Salazar, tampoco parece que pueda ser, en modo alguno, cualquier tipo totalmente indefinido e indefinible en el despliegue entero del espectro social quien tome tal opci¨®n, sino m¨¢s bien, a mi entender, tipos bastante caracterizados y entresacados de muy pocas bandas del espectro y tirando a estrechas, aunque no necesariamente pr¨®ximas, sino tambi¨¦n notablemente separadas (en la tipolog¨ªa psicol¨®gica de las vocaciones religiosas, valga la semejanza, se juntan inocentes alegr¨ªas ang¨¦licas con hoscas pesadrumbres de pecado). Sea como fuere, este factor de una marcada preselecci¨®n social del n¨²cleo destinado a nutrir las filas mercenarias es ya una determinaci¨®n que no puede ser ignorada en modo alguno, por cuanto delimita ya los t¨¦rminos de posibilidad del cuerpo social que va a configurar. Pero no hay que creer tampoco, en modo alguno, que, con la descripci¨®n de tal tipolog¨ªa de rasgos previos a la incorporaci¨®n y que la determinan, tenemos ya, ni aproximadamente, el retrato completo, en cuerpo y alma, del flamante soldado de fortuna. Antes, por el contrario, conviene encarecer la extraordinaria importancia de lo que viene a a?adir sobre ese rostro en crudo la plena incorporaci¨®n e integraci¨®n en un grupo social extremadamente caracterizado, compacto y homog¨¦neo, y, en consecuencia, no menos extremamente segregado del resto de la sociedad. Una cosa es, por ejemplo, la asocialidad que caracterizaba a una gran parte de los individuos que acabar¨ªan por acudir al bander¨ªn de enganche de la Legi¨®n mientras actuaban todav¨ªa en la calle, como individuos aislados y carentes de v¨ªnculos corporativos, y otra muy diferente aquello en lo que dicha asocialidad originaria llegar¨ªa a convertirse tras la incorporaci¨®n e integraci¨®n en un grupo social aglutinado, bajo la f¨¦rula de la disciplina, por el m¨¢s omn¨ªmodo y acendrado encuadramiento de todos los rasgos personales en unos un¨ªvocos rasgos corporativos.

?A M? LA LEGI?N!

No fue el menor de los aciertos del fundador de la Legi¨®n espa?ola el de recoger precisamente la asocialidad o antisocialidad, que ¨¦l mismo supondr¨ªa harto frecuente y vigorosa entre los enganchados, no para reeducarla, sino para transfigurarla en el m¨¢s s¨®lido factor de cohesi¨®n corporativa. No tengo ahora a mano textos literales, pero recuerdo bien que uno de los llamados "esp¨ªritus" de la Legi¨®n es el que manda que si, en cualquier circunstancia, un legionario grita "?A m¨ª la Legi¨®n!", cualquier otro legionario. que le oiga acudir¨¢ inmediatamente a ¨¦l y lo defender¨¢ contra quien fuere, con raz¨®n o sin ella. El lugar ideal en el que la literatura legionaria ha situado siempre la funci¨®n y el cumplimiento de este m¨¢gico grito de "?A m¨ª la Legi¨®n!" ha sido siempre el campo de batalla, y es posible que all¨ª fuese tambi¨¦n donde lo situase, aunque en ¨²ltima instancia, su inventor. Y digo "en ¨²ltima instancia" porque no veo c¨®mo podr¨ªan cuadrar con ello las palabras con raz¨®n o sin ella con que acaba -y esto lo recuerdo bien- el enunciado del "esp¨ªritu" en cuesti¨®n. Parece, en efecto, que el campo de batalla es, por definici¨®n, y hasta por excelencia, el lugar en el que toda posible cuesti¨®n de raz¨®n o sinraz¨®n ha sido dada definitivamente por zanjada y en que ya no ha lugar siquiera a mencionarla. "Con raz¨®n o sin ella" no puede, pues, referirse al enemigo del campo de batalla; y, por su propio sentido, nos remite a un conflicto surgido en medio del tr¨¢fago de la sociedad en que se vive; a una noche de s¨¢bado y a una vulgar reyerta de taberna o de prost¨ªbulo. Nada m¨¢s dr¨¢sticamente asocial o antisocial, m¨¢s autosegregatorio del grupo social al que se pertenece, al parque, de reflejo, m¨¢s expulsivo del resto de la sociedad, que la previa, ciega, incondicional solidaridad de ese con raz¨®n o sin ella, que de convertirse en norma de los dem¨¢s grupos sociales, mayores o menores, destruir¨ªa en media tarde la entera sociedad. No de otro modo fue como el fundador de la Legi¨®n acert¨® a recoger los incipientes ahorros de antisocialidad de los inscritos, para reunirlos como un ¨²nico capital com¨²n de todo el cuerpo y proyectarlos contra el exterior, potenciando de este modo la inicial antisocialidad de cada uno como un incomparable factor de cohesi¨®n corporativa. Es muy posible que la cohesi¨®n as¨ª lograda tuviese su eficacia en el campo de batalla. Pero, ?a costa de qu¨¦? A costa de rebajar a un grado extremo de miseria humana y social al grupo as¨ª formado, con respecto a la sociedad civil entre la que se mueve y a cuya defensa se dice consagrado.

Am¨¦n de la execrable antisocialidad del factor de cohesi¨®n corporativa consistente en sentirse y reafirmarse tanto m¨¢s estrechamente unos y los mismos cuanto m¨¢s fuerte sea el sentimiento de autosegregaci¨®n con respecto a la propia sociedad entre la que se vive, el grupo social constituido por los soldados de fortuna forma en seguida, en torno suyo, como su contexto propio, toda una atm¨®sfera de marginalidad: la delincuencia menor, la prostituci¨®n, el vicio, el juego, la droga y el alcohol componen la inevitable corte de par¨¢sitos o comensales que a todas partes acompa?a al mercenario. Mas, he aqu¨ª que, por otro lado, parad¨®jicamente, la legitimaci¨®n que, a causa de las funciones marciales asumidas, recibe de los poderes p¨²blicos una hez social que por id¨¦nticos rasgos adjetivos habr¨ªa sido, en cualquier otro caso, objeto de proscripci¨®n y persecuci¨®n, es un espaldarazo de simb¨®lica pero no menos efectiva integraci¨®n social, que no puede dejar de suscitar toda la ambig¨¹edad de un espejismo, a menos que integraci¨®n y marginalidad no sean al cabo sino unas mismas, ambivalentes, aguas sucias que subterr¨¢neamente se mezclan y confunden, descubri¨¦ndose que la tan preconizada y premiada integraci¨®n no es otra cosa que un hampa coronada por un cono de luz, y que la marginalidad, tan denostada, no es, a su vez, sino el efecto de sombra producido por un descentramiento del foco carism¨¢tico. El que maneja el faro es el Estado, por cuanto sola su raz¨®n se erige por criterio autorizado para dictaminar, sobre la base de unos mismos, id¨¦nticos rasgos sociol¨®gicos, cu¨¢ndo debemos sentir que nos hallamos ante un asocial de callej¨®n y cu¨¢ndo, en cambio, ante un h¨¦roe de la patria.

La responsabilidad primera y principal de quienes reflexionen sobre un posible reclutamiento mercenario deber¨ªa ser la de no perder jam¨¢s de vista, anteponi¨¦ndola a cualquier otra perspectiva, la consideraci¨®n de qu¨¦ clase de grupo social es el que puede fraguar bajo el sistema del mercenariado, qu¨¦ mecanismos de acci¨®n y de respuesta pueden llegar a generarse a partir de la tendencia inicial a la autosegregaci¨®n entre su grupo y el resto de la sociedad en la que se mueve. Ante cualquier posible aumento de eficacia o de fuerza defensiva cuya adopci¨®n comporte, aun en ¨ªnfimo grado, da?ar, envilecer, escandalizar o corromper la propia sociedad cuya defensa se procura, toda debilidad se vuelve indiferente, o bien aprende el lenguaje de la hipocres¨ªa, porque lo cierto es que todos sab¨¦is perfectamente que cualquier nueva forma de mercenariado no har¨¢ sino reproducir una vez m¨¢s, y sea cual fuere el color de su uniforme, las mismas, degradantes, encanalladas, infrahumanas lacras, cuyo hedor de milenios se?ala todav¨ªa el rastro hist¨®rico de los soldados de fortuna.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
soxtry.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
maw-pr.com
zaaksen.com
ypxsptbfd7.com
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
onlinenewsofindia.com
worldgraphic-team.com
bnsrz.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
webmanicura.com
osostore.com
softsmob.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
odskc.com
inzziln.info
leaiiln.info
cq-oa.com
dqtianshun.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
bartoysdirect.com
taquerialoscompadresdc.com
aaoodln.info
amcckln.info
drvrnln.info
dwabmln.info
fcsjoln.info
hlonxln.info
kcmeiln.info
kplrrln.info
fatcatoons.com
91guoys.com
signupforfreehosting.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
topsedu.xyz
xmxm7.com
x332.xyz
sportstrainingblog.com
autopartspares.com
readguy.net
soniasegreto.com
bobbygdavis.com
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
qazwsxedcokmijn.com
parabis.net
terriesandelin.com
luxuryhomme.com
studyexpanse.com
ronoom.com
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
snn01.com
hope-kelley.com
bancodeprofissionais.com
zjccp99.com
liturgycreator.com
weedsmj.com
majorelenco.com
colcollect.com
androidnews-jp.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
nova-click.com
abeautifulcrazylife.com
diggmobile.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
sizam-design.com
kakakpintar.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
bamthemes.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com
avgo.top