El Parlamento catal¨¢n aprueba la supresi¨®n Barcelona y Sevilla sede la Corporaci¨®n Metropolitana barcelonesa
El Parlamento catal¨¢n aprob¨® ayer la ley que suprime la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona (CMB), organismo que agrupaba a la capital catalana y a los 26 municipios de su ¨¢rea de influencia inmediata, que se ocupaba esencialmente de la aplicaci¨®n y desarrollo de su norma urban¨ªstica com¨²n, el Plan General Metropolitano.
La aprobaci¨®n se produjo gracias a los 76 votos de Con-verg¨¨ncia i Uni¨® (CIU) y de Esquerra Republicana (ERC) y con la oposici¨®n de 37 diputados socialistas y comunistas. Alianza Popular (seis votos) se abstuvo a pesar de que inicialmente se hab¨ªa mostrado a favor de la supresi¨®n de la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona. La abstenci¨®n de Alianza Popular fue explicada por su portavoz en el debate, Josep Curto, corno una protesta por "un funesto error pr¨¢ctico y funesto error pol¨ªtico".La mencionada ley atribuye a los 26 municipios capacidad para elaborar planes generales locales y crea dos entes metropolitanos encargados de prestar y coordinar el transporte p¨²blico, en un caso, y el tratamiento de residuos y abastecimiento de aguas, en el otro.
El presidente de la Generalitat y l¨ªder de Converg¨¦ncia i Uni¨®, Jordi Pujol, no intervino en el debate de esta ley, pese a los esfuerzos de los diputados socialistas para conseguir que subiera a la tribuna y explicara a la C¨¢mara las razones de su decisi¨®n de suprimir la CMB. Los argumentos dados por Ram¨®n Camp, el diputado de la coalici¨®n nacionalista que defendi¨® el texto de la ponencia, no convencieron a ning¨²n grupo de la oposici¨®n, ni a sus aliados de ERC. Heribert Barrera explic¨® en nombre de los republicanos su voto a favor de la ley porque, a su juicio, exist¨ªa el riesgo de que la CMB debilitara el poder de la Generalitat, pero critic¨® la soluci¨®n adoptada, singularmente por lo que respecta a la normativa urban¨ªstica.
98 kil¨®metros cuadrados
La defensa de la CMB corri¨® a cargo de los socialistas, que acusaron a Pujol de imponer mediante la mayor¨ªa absoluta de que dispone en el Parlamento, una ley que no ha contado con ning¨²n aval t¨¦cnico solvente, a la que se han opuesto los alcaldes de los ayuntamientos afectados, en los que reside la mitad de la poblaci¨®n de Catalu?a, y sin. ning¨²n c¨¢lculo econ¨®mico de lo que va a suponer su aplicaci¨®n.
"Con esta ley se consigue reducir Barcelona a los 98 kil¨®metros cuadrados de su t¨¦rmino municipal estricto, lo cual la deja en una proporci¨®n de 6 a 1 en relaci¨®n a Madrid, que tiene 600 kil¨®metros cuadrados para tres millones de habitantes", dijo el portavoz socialista, Llu¨ªs Armet, "con lo que se impide que pueda ejercer su bicapitalidad en Espa?a y se consigue borrarla de la lista de las 39 ciudades m¨¢s; importantes del mundo".En un intento, que result¨® vano, de provocar la subida del presidente de la Generalitat a la tribuna, Armet afirm¨® que "ahora, a fines del siglo XX, el presidente Jordi Pujol ha vuelto a levantar murallas en torno a Barcelona".
Todos los grupos del Parlament, excepto Converg¨¦ncia iUni¨®, consideran que, con independencia de la opini¨®n que les merezca la supresi¨®n de la CNIB, la respuesta dada a las necesidades del ¨¢rea metropolitana es insuficiente.
El portavoz de CiU admiti¨® en el debate que para atender algunas de las prestaciones que daba la Corporaci¨®n Metropolitana de Barcelona podr¨¢n crearse mancomunidades de municipios y consorcios entre la Administraci¨®n auton¨®mica y la local, lo que fue interpretado por la oposici¨®n como el reconocimiento de las lagunas de la ley.
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