Los editores espa?oles destacan el car¨¢cter humano de la Feria del Libro Infantil de Bolonia

Los editores espa?oles presentes en la feria internacional del libro de Bolonia coinciden en destacar las "dimensiones humanas" de un certamen hecho a la medida de un sector editorial que en los ¨²ltimos 10 a?os ha triplicado su capacidad de producci¨®n. Lejos de ser un valor abstracto, este car¨¢cter humano en las relaciones es el que permite estrechar acuerdos para las coproducciones y ventas de derechos, basadas m¨¢s en la confianza rec¨ªproca entre editores que en una legistac¨ª¨®n internacional que permita mantener un control estricto de las ediciones.

"Bolonia mantiene el encanto de lo artesano", manifestaba ayer Antonio Basanta, director del Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil inscrito en la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez de Salamanca. El encanto y acaso, tambi¨¦n la necesidad de lo artesano.El libro infantil y juvenil tiene sus peculiares leyes de mercado que Joan Capdevila, director de la secci¨®n infantil de Ariel, resum¨ªa de la siguiente manera: "El libro adulto es al libro infantil lo que los 100 metros lisos son a la marat¨®n. La curva de explotaci¨®n de una novela es muy corta, dura el tiempo que el t¨ªtulo se comenta entre la gente y en los medios de comunicaci¨®n. El perfume, de Patrick S¨¹skind, lleva ya m¨¢s de 200.000 ejemplares vendidos con lo poco que hace que est¨¢ en el mercado. En cambio, un libro infantil puede alcanzar es cifra tras 10, 12 o 15 a?os de permanencia en el mercado, a raz¨®n de no m¨¢s de 12.000 ejemplares vendidos por a?o".

De ah¨ª dervia quiz¨¢ la menor espectacularidad peiod¨ªstica del sector del libro infantil y juvenil, aunque no su menor vitalidad. Javier Ab¨¢solo, director del Centro del Libro y de la Lectura del Ministerio de Cultura, se?alaba a este respecto: "De los 36.000 nuevos t¨ªtulos editoriales del a?o 1986, 6.000 aproximadamente -cito de memoria- pertenecen a la l¨ªnea infantil y juvenil, incluidas las reediciones y las traducciones representan un 40% de la producci¨®n total. Es, pues, un sector fuerte que en los ¨²ltimos a?os ha demostrado contar con muy buenos profesionales".

Ilustradores

La presencia espa?ola en Bolonia es importante, como demuestra la participaci¨®n de siete dibujantes espa?oles en la exposici¨®n de ilustradores paralela a la feria. Ayer mismo, la revista literaria, El Urogallo presentaba un n¨²mero especial dedicado a la producci¨®n espa?ola para editores extranjeros presentes en Bolonia. "En Espa?a vamos conociendo lo que se hace fuera, pero lo que se hace en Espa?a se conoce a¨²n poco en el mundo", opina Mariano Navarro jefe de redacci¨®n de la publicaci¨®n.Si en el sector de la narrativa infantil y juvenil la afirmaci¨®n es certamente v¨¢lida, no lo es tanto en el sector del libro ilustrado, conocido bien fuera de Espa?a: colecciones como Las trillizas, de Ariel; La chalupa, de La Galera; El pa¨ªs de..., de Parram¨®n; o obras como Un atillo de cerezas, (de Mar¨ªa Puncel y Viv¨ª Escriv¨¢ en Ediciones SM, han merecido las atenciones de varios editores extranjeros que los espa?oles hacen constar en sus stands como argumento central para posteriores intercambios comerciales.Jordi Ubeda, presidente de la Associaci¨® d'Editors en Llengua Catalana, cuyo stand ha constitido la base para 20 editores presentes en Bolonia, manifestaba a este respecto que "nuestra capacidad para la ilustraci¨®n es conocida hoy en el mundo globalmente, mientras que hasta hace apenas cuatro a?os a¨²n nos mov¨ªamos de forma individual".

En este mismo sentido se pronunciaba el presidente de la Organizaci¨®n Espa?ola para el Libro Infantil, Jorge Delk¨¢der: "Desde el punto de vista gr¨¢fico estamos consiguiendo captar la atenci¨®n de los editores extranjeros", aunque para ¨¦l, "el libro infantil en Espa?a est¨¢ a¨²n considerado un subproducto. Los editores compramos a¨²n mucho m¨¢s de lo que vendemos".

Los editores espa?oles que producen para el mercado exterior coinciden en preferir la f¨®rmula de la coedici¨®n. La com¨²n aspiraci¨®n es la coedici¨®n en su estado puro: venta al editor extranjero de libros acabados, impresos en Espa?a -donde existe un mercado muy favorable en este sentido-, con ilustraciones propias y el texto en negro traducido por el editor-cliente.

Esta f¨®rmula no siempre es viable, derivando hacia otras que van desde el alquiler de las cuatricrom¨ªas hasta la cesi¨®n de derechos por un determinado per¨ªodo, pasando por un intercambio de derechos en el caso de que dos editoriales est¨¦n rec¨ªprocamente interesadas en el mismo producto.