Ante un panorama incierto
Con la ley General de Sanidad vigente creemos obligado y responsable un an¨¢lisis sobre la situaci¨®n, objetivos y alternativas. Objetivo b¨¢sico es la creaci¨®n de un sistema sanitario p¨²blico, unificado y descentralizado a nivel de comunidades aut¨®nomas.Consideramos preciso, para que dicha reforma se lleve a cabo, la puesta en marcha ya de los necesarios esfuerzos aplicativos con el concurso de los interesados. Los problemas con que se enfrenta la sanidad espa?ola podemos agruparlos en los tres apartados siguientes:
1. Insuficiente cobertura de la demanda de servicios sanitarios p¨²blicos producida por:
- Crecimiento de la poblaci¨®n atendida: 80%. en 1980; 95%. en 1986.
- Disminuci¨®n en pesetas constantes del presupuesto sanitario de la Seguridad Social.
- Progresivo empobrecimiento del sector sanitario con respecto a otros par¨¢metros del gasto, referidos al producto interior bruto y a los pa¨ªses de nuestra ¨¢rea.
2. Falta de atenci¨®n al cambio producido en la tipificaci¨®n de la demanda asistencial. Por ejemplo:
- En cuanto a la reforma psiqui¨¢trica.
- A la insuficiencia de camas para enfermos cr¨®nicos, etc¨¦tera.
3. Malos resultados de la pol¨ªtica de gesti¨®n con que se ha pretendido reconducir el incremento del gasto sanitario y paliar la reducci¨®n presupuestaria del sector:
- Sigue existiendo desorgailizaci¨®n en la ordenaci¨®n, tramitaci¨®n y realizaci¨®n de las prestaciones asistenciales.
- Escasa o nula integraci¨®n de la asistencia hospitalaria y ambulatoria.
- Se han congelado las plantillas a la baja.
- Desmotivaci¨®n de los ciudadanos y de los trabajadores por su exclusi¨®n de la participaci¨®n profesional y democr¨¢tica en la toma de decisiones, en estructuras de tan alto contenido t¨¦cnico y social. Sustituci¨®n por unas estructuras de direcci¨®n de corte empresarial.
- Progresiva y alarmante descapitalizaci¨®n de nuestras instituciones sanitarias por falta de inversiones ordenadas y suficientes.
- Insuficiente implantaci¨®n de medios y procedimientos para la recogida de datos y su evaluaci¨®n.
No ha existido una verdadera definici¨®n de los problemas estructurales, funcionales y econ¨®micos que subyacen en el sector sanitario para proceder a su estudio y a la propuesta de soluciones alternativas. Y s¨ª ha habido, por el contrario, excesivos relevos de los responsables sanitarios.
Hasta la publicaci¨®n del Real Decreto 1943/1986, la pol¨ªtica planificadora del Ministerio de Sanidad y Consumo ha aparecido claramente disociada de la de las entidades gestoras. Tras esta norma, a nuestro entender dictada con gran retraso, querr¨ªamos ver una,decisi¨®n pol¨ªtica de asumir unitariamente las competencias en materia sanitaria. La paulatina p¨¦rdida de competencias del Insalud, sin abordar con decisi¨®n la integraci¨®n de las redes sanitarias p¨²blicas y con la presencia de un sector privado mucho m¨¢s ¨¢gil en sus realizaciones, puede complicar m¨¢s a¨²n la mara?a ya existente. Adem¨¢s de las competencias que en sanidad tienen Catalu?a y Andaluc¨ªa, hay paquetes important¨ªsimos de ben6ficiarios del subsistema que son pr¨¢cticamente gestionadosaut¨®nomamente por entidades como Muface, Isfas, etc¨¦tera.
En este contexto, sectores radicalizados de dispares ideolog¨ªas o indemostrada representatividad se lanzan a movilizaciones y huelgas. Hay quiza un nexo com¨²n en ellos, y es un tufo corporativista bastante acentuado, pero en todo caso el maridaje se nos ocurre francamente antinatural.
El dise?o ideol¨®gico y legal de la reforma sanitaria se llev¨® a cabo en la anterior legislatura, y es ahora cuando realmente comienza su implementaci¨®n pr¨¢ctica. Oponerse a aqu¨¦lla es el ¨²ltimo tren que los sectores m¨¢s inmovilistas de la clase m¨¦dica tienen para conservar, e incluso afianzar, sus privilegios. Privilegios amparados en un sistema dise?ado precisamente a la medida de esos intereses. Se trata, si cabe, de subvertir a¨²n m¨¢s el sistema y, ampar¨¢ndose en criterios seudot¨¦cnicos, buscar una mayor privatizaci¨®n de la asistencia sanitaria, eso s¨ª, financiada con fondos p¨²blicos. Lo que tambi¨¦n se oculta es el empecinamiento en querer mantener el poder pol¨ªtico de la clase m¨¦dica.
Nuestra alternativa
Nos sorprende, por ¨²ltimo, que quienes habitualmente se han amparado en el ejercicio de su profesi¨®n puedan lanzarse a una huelga como la actual y que se presentan bajo unas apariencias que ocultan, o al menos ¨¦sta es nuestra reflexi¨®n, intereses de muy distinta laya.
En la Uni¨®n General de Trabajadores pensamos que para hacer frente a los problemas sanitarios expuestos sumariamente en este art¨ªculo son necesarias las siguientes medidas, algunas ya en marcha:
1. Incremento de las partidas presupuestarias destinadas a gastos de salud.
2. Asunci¨®n de todas las competencias del Estado en materia de salud por el Ministerio de Sanidad y Consumo, con los traspasos presupuestarios pertinentes.
3. Integraci¨®n real de todas las redes p¨²blicas sanitarias y establecimiento urgente de los mecanismos de coordinaci¨®n necesarios que tornen en hecho la virtualidad de derecho del sistema nacional de salud.
4. Establecimiento urgente de un acuerdo interinstitucional entre Administraci¨®n y sindicatos que sirva de hilo conductor de la reforma contenida en la ley General de Sanidad y evite los continuos vaivenes hasta ahora padecidos, dando adem¨¢s estabilidad al sector durante su desarrollo.
5. Acuerdo urgente por parte de la Administraci¨®n y los sindicatos de un sumario de ¨ªtems a incluir en el estatuto marco, as¨ª como un proyecto de calendario para su realizaci¨®n.
6. Abordaje inmediato de un nuevo sistema retributivo.
7. Democratizaci¨®n de los ¨®rganos de direcci¨®n de los hospitales y ¨¢reas de salud.
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