John Hooper

John Hooper lleg¨® a Espa?a en 1976, como corresponsal del diario brit¨¢nico The Guardian, y durante tres a?os vivi¨® parte del proceso de transici¨®n de la dictadura a la democracia. Sobre su experiencia, m¨¢s el an¨¢lisis de la historia reciente de este pa¨ªs, escribi¨® luego un libro, Los espa?oles (un retrato de la nueva Espa?a). Su edici¨®n de bolsillo, aparecida este a?o en el Reino Unido, ha figurado en la lista de libros m¨¢s vendidos. El historiador e hispanista Paul Preston la ha considerado como "una obra a tener en cuenta por cualquiera que quiera conocer Espa?a como realmente es".

John Hooper, de 36 a?os, encajar¨ªa con la imagen del ingl¨¦s flem¨¢tico que sorbe el te mientras a su alrededor todo se hace pedazos. Habla en un correcto castellano, lento y preciso. Sonr¨ªe bastante, y, en consecuencia, resulta simp¨¢tico. Antes de venir a Espa?a estuvo en Chipre, como corresponsal de la BBC. All¨ª tuvo que aguantar el tipo entre dos comunidades opuestas y muy radicalizadas. En una ocasi¨®n vio en la calle una simp¨¢tica horca bajo la cual luc¨ªa un cartel: "Muerte para el corresponsal de la BBC".Por todo esto, Hooper lleg¨® a Espa?a y percibi¨®, pese a los problemas, una atm¨®sfera de tranquilidad. Hab¨ªa aprendido un poco de extra?o espa?ol con un extra?o fascista griego. Los primeros d¨ªas dec¨ªa servidor en vez de por favor. Durante los tres a?os que trabaj¨® en Espa?a, se dedic¨® casi exclusivamente a informar para The Guardian sobre los cambios pol¨ªticos. Apenas pudo escribir nada sobre la vida cotidiana, por lo que regres¨® a su pa¨ªs "con la sensaci¨®n de que no hab¨ªa contado la historia m¨¢s importante". Y esa historia es la que ha tratado de mostrar en su libro, rebosante de datos de todo tipo. Hay fragmentos con t¨ªtulos curiosos, como Guti's reforms (Las reformas del teniente general Guti¨¦rrez Mellado), Ahora Hacienda somos todos o El desmadre sexual.

Seg¨²n Hooper, en el exterior existe una imagen confusa sobre Espa?a, en el sentido de que no se entiende que un pa¨ªs haya pasado tan de repente de una dictadura a una democracia muy libre. La explicaci¨®n de este aparente enigma est¨¢, seg¨²n Hooper, en que la sociedad real ya se hab¨ªa transformado antes de la muerte de Franco.

Sin embargo, cree que la democracia espa?ola "puede que est¨¦ todav¨ªa en v¨ªas de maduraci¨®n", y lo que le reprocha es el incumplimiento de las leyes; la falta de confianza por parte de los pol¨ªticos en un pueblo con voluntad participativa y, lo que considera m¨¢s inquietante como brit¨¢nico, "la falta de comunicaci¨®n entre el Ejecutivo y el Parlamento". Respecto a la vida cotidiana le sorprenden los grandes contrastes entre el mundo urbano y el rural. En el libro un cap¨ªtulo se dedica a La revoluci¨®n sexual, y Hooper mantiene que los j¨®venes espa?oles son menos sexistas ahora que los de pa¨ªses como Francia o la propia Gran Breta?a. Y eso pese a una tradici¨®n de machismo presente incluso en expresiones idiom¨¢ticas. "Hijo de puta", se lee, "es un insulto serio, mientras De puta madre s¨ªgnifica algo fant¨¢stico".

John Hooper, casado con la periodista Lucinda Evans, se ocupa ahora, en The Guardian, de las cuestiones de energ¨ªa y comercio exterior. Se ha aficionado a Espa?a, viene dos o tres veces al a?o y sospecha que ¨¦sta no ser¨¢ la ¨²ltima obra que escriba sobre el pa¨ªs. En Espa?a varias editoriales tuvieron la oportunidad de publicar el libro. Al final, ser¨¢ una empresa argentina la que lo edite.