Al¨ª Kassen, 'Abu Yihad'
El 'correo' de la Embajada espa?ola en Beirut es un shi¨ª practicante
Al¨ª Kassen, Abu Mad, nunca se queja. Si las cosas le salen bien, da gracias a Dios, al hamdulillah. Si le salen peor, tambi¨¦n. Todos los d¨ªas, Abu Yihad, un musulm¨¢n shi¨ª de 39 a?os, padre de seis criaturas, atraviesa una docena larga de controles militares y milicianos y se presenta en el -paso de Kafaat, en la l¨ªnea verde o frente de batalla que divide Beirut en dos. Entrega y recoge valijas diplom¨¢ticas, sobres, paquetes, peri¨®dicos, enseres personales o cualquier clase de objetos y mensajes que intercambien la Embajada espa?ola, situada en el sector cristiano, y su antena del lado musulm¨¢n.
Cuando alguno de los corresponsales espa?oles pretende realizar en Beirut oeste movimientos m¨¢s arriesgados de lo corriente, recurre a Abu Mad. El conductor shi¨ª no tiene ni idea del castellano, as¨ª que las conversaciones son en una divertida mezcla de ¨¢rabe e ingl¨¦s, con mucha gesticulaci¨®n."Abu Yihad, h¨¢bleme de Dios".
"S¨®lo hay un Dios, m¨ªster: Allah, aujad. Para todos: musulmanes, cristianos y jud¨ªos. ?l no mira las apariencias. ?l ve directamente en los corazones".
"?Un cristiano puede ganar el para¨ªso?".
"Claro. Si ha vivido como Dios manda".Abu Yihad naci¨® en Basurie, una aldea del sur de L¨ªbano. Su padre, un labrador pobre, emigr¨® a Beirut a trabajar como mozo en el puerto. Abu Yihad entr¨® en la Embajada espa?ola en 1970. Entonces era limpiador, pero los acontecimientos b¨¦licos revelaron sus dotes como intr¨¦pido y seguro conductor.
Reza cinco veces al d¨ªa, jam¨¢s prueba el alcohol, cumple con el Ramad¨¢n, y s¨ª los viernes no va a la mezquita es porque siempre tiene faena. Pero Abu Yihad no es un integrista, y le escandaliza que algunos de sus correligionarios- secuestren extranjeros en L¨ªbano.
Musa Sadr, el gigante barbudo que despert¨® a la comunidad shi¨ª libanesa de su letargo secular, es el h¨¦roe favorito del correo de la Embajada espa?ola. "Musa Sadr era muy, muy bueno. ?l no quer¨ªa esta guerra. Hizo muchas huelgas de hambre para que terminara", dice Abu Yihad , que de repente se ha puesto muy serio. En consecuencia, seg¨²n ¨¦l, Gaddafl ya tiene asegurada su plaza en el infierno. Al coronel libio se le atribuye la desaparici¨®n y muerte del im¨¢n Sadr.
Es el que menos cobra y de los que m¨¢s arriesgan en la representaci¨®n diplom¨¢tica espa?ola en Beirut, calificada por su titular de embajada de campa?a. Todos los movimientos los realiza con su propio coche, un Renault 12 gris, que en Europa casi no servir¨ªa ni como chatarra.
Pero Abu Yihad , regordete, mostachudo, de ojos chispeantes, calla y vuelve a sonre¨ªr. Antes de ganar el para¨ªso celestial se contentar¨ªa tan solo con sacar adelante a su prole y, bueno, tambi¨¦n con visitar ese lejano y desconocido pa¨ªs para el que trabaja.
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