Ante la opini¨®n

LOS INTENTOS del presidente Gonz¨¢lez de comunicarse con la opini¨®n p¨²blica ¨¢ trav¨¦s de la televisi¨®n oficial no son nuevos. En su primer mandato como jefe de Gobierno hizo un ensayo, poco afortunado, de charlas ante -la chimenea y, sin duda, prefiri¨® no repetirlo, dada la escasa fortuna que cosech¨¦. Ayer volvi¨® a ponerse bajo los focos con una nueva f¨®rmula, menos hier¨¢tica y, por tanto, m¨¢s tragable para el telespectador. De ninguna manera m¨¢s cre¨ªble. Es imposible regalar al presidente de un Gobierno que mantiene el monopolio televisivo, y al frente de ¨¦l a una militante de su partido, la presunci¨®n de que se somete a una entrevista no preparada de antemano. Daba igual que el programa fuera en directo: en ning¨²n caso las preguntas. le sorprendieron o pudieron inconiodarle. La promesa de que entrevistas como ¨¦sta se reiterar¨¢n cada dos meses no hace sino confirmar los deseos presidenciales de huir de las conferencias d¨¦ prensa peri¨®dicas y generales -al estilo de otros pa¨ªses europeos, tan citados, por cierto, por Felipe Gonzalez. La repetici¨®n de la entrevistadora amenaza con convertir a ¨¦sta, ante la opini¨®n, en una especie'de segunda portavoz del Ejecutivo, y muy cualificada, y con desproveerla de toda credibilidad como moderadora en su otro programa,'el debate al que son invitados representantes de todas las tendencias.Hechos estos reparos, hay que decir que Felipe Gonz¨¢lez estuvo formalmente bien, aunque un punto demag¨®gico, en la entrevista. Convencido de su capaci dad did¨¢ctica, abus¨¦ de ella, y quiz¨¢ menospreci¨® los conocimientos del espa?ol medio sobre el significado de la inflaci¨®n y cosas de ese g¨¦nero. Por lo dem¨¢s, rindi¨® ?ulto al tremendismo cuando puso el ejemplo de que a alguien se le pod¨ªa ocurrir pedir al Gobierno que le regalara la catedral de Burgos, y si no, quemarla. Es precisamente este aire demasiado elemental de sus ex plicaciones el que amenaz¨® con dar al traste con lo convincente de su argumentaci¨®n respecto a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gabinete. La comodidad de las pregun tas no le permitieron lucir, adem¨¢s, su probada habili dad dial¨¦ctica. La entrevistadora pas¨® de puntillas so bre las exigencias por parte de UGT de recambio, en el equipo econ¨®mico gubernamental, y nos quedamos sin sab¨¦r los motivos por los que el presidente, que sufri¨® t anto con las huelgas de Semana Santa, ha esperado a la Feria de Abril para dec¨ªrselo a los ciudadanos. Por lo dem¨¢s, poco o nada hay que objetar al fondo de su argumentaci¨®n. Tiene raz¨®n, cuando insiste en que la lucha anffinflacionista es primordial para la econom¨ªa espa?ola y la tiene cuando pone de relieve el abuso co metido por parte de trabajadores de empresas p¨²blicas de servicios.