Las cenizas del director de 'Ciudadano Kane' se inhuman hoy en la finca de Antonio Ord¨®?ez
?Estuvo Orson WeIles en Ronda? Hay pruebas fehacientes de que as¨ª fue, pero una cierta apat¨ªa de la poblaci¨®n ante la inhumaci¨®n, hoy, de sus cenizas en la finca particular del torero Antonio Ord¨®?ez parecen conferir un halo de misterio al tr¨¢nsito del director de Ciudadano Kane por la bella ciudad malague?a donde Ernest Hemingway gest¨® Un verano sangriento. Don Ernesto es mucho m¨¢s conocido en Ronda que Welles, que s¨®lo se mov¨ªa en los c¨ªrculos personales de Ord¨®?ez. Un veterano fot¨®grafo ronde?o, Miguel Mart¨ªn, lo ilustra claramente: "Por cada foto de Orson Welles vendemos 10 de Hemingway".
La ciudad de Ronda lleg¨® a sensibilizarse hace dos veranos con el mano a mano entre Antonio Ord¨®?ez y Luis Miguel Domingu¨ªn, protagonistas de Un verano sangriento, en un encuentro organizado por la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo que tuvo como mayor virtud la de reunir a los dos enfrentados diestros. Ahora, sin embargo, la ciudad vive de espaldas a la llegada de las cenizas de Orson Welles y se desconoce cu¨¢l fue la relaci¨®n real del cineasta con Ronda. Curiosamente, la llegada de los restos de Welles se produce dos meses despu¨¦s de que se haya cerrado el ¨²nico cine de la ciudad, el cine Merced, donde sus propietarios tienen intenci¨®n de construir.
Viaje de Randolph Hearst
Puede que su deseo, desvelado por su hija Beatrice, de reposar eternamente en Ronda tenga su origen en el viaje que el magnate de la Prensa W. Randolph Hearst realiz¨® a Europa en 1919 para proveerse de obras de arte. Hearst, trasunto del protagonista de Ciudadano Kane, incluy¨® Ronda en su periplo y se qued¨® prendado de las torres mud¨¦jares de la catedral ronde?a. Quiso llev¨¢rselas, pero como no pudo tuvo que conformarse con fotografiarlas y coronar la fachada de su residencia con sendas r¨¦plicas. Orson WeIles conoci¨® seguramente este viaje y pudo estar en su pensamiento a la hora de esbozar su p¨®stumo deseo.De, cualquier forma, su relaci¨®n fue m¨¢s con el torero Antonio Ord¨®?ez y su entorno personal que con la ciudad. Parece que s¨®lo pis¨¦ sus calles para contemplar dos corridas de toros, en 1960 y en 1964, a lo que Ord¨®?ez replica: "Hemingway s¨®lo fue a una corrida". El alcalde de la ciudad, Juli¨¢n de Zulueta, ?o lleg¨® a conocerle: "No ha pasado por mis manos ning¨²n escrito suyo ni conozco que haya dejado en la ciudad una secuela especial".
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