?Por qu¨¦ me miras as¨ª?

Las mujeres separadas o divorciadas, tanto da para el caso, somos mujeres con diferente matiz que no llevamos, por supuesto, una se?al en la frente como el afortunado Ca¨ªn de Manuel Vicent; escribo afortunado ya que Vicent, afortunadamente, es hombre de prodigiosa benevolencia y de gran imaginaci¨®n pr¨¢ctica.Las mujeres separadas no somos aquellas a las que ha dejado el novio, ni viceversa, ?qu¨¦ va! Somos las que cierto d¨ªa firmamos (casi siempre por amor) una papela ante la sociedad, ante esos ojos que, sobre todo en capitales peque?as y de barullo, nos miraban todos los d¨ªas, y que con sonrisa infantil nos ve¨ªan crecer.

Escribo para todos esos ojos que, desatinada e incr¨¦dulamente, miran, esos ojos que nos marginan con ut¨®pica delicadeza; y ya no maduro mi carta con las separadas o divorciadas con hijo o hijos, que nos encontramos en otro escal¨®n; las de los ni?os somos las de largos paseos siempre solas, las que poblamos los tiovivos y los parques con mucha arena.

?Por qu¨¦, si no, en muchas capitales hay asociaciones de mujeres separadas? ?Por qu¨¦ se asocian? ?Por qu¨¦ se agrupan? La sociedad, por lo que noto, desmembra a sus miembros cuando las cosas no suceden como debieran suceder. La culpa en seguida se desparrama, y el adjetivo separada o divorciada en segui-

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da da a luz un nombre- Julia E. Cadavid.