Apoyo abrumador al Partido Nacional, del presidente Botha, en las elecciones de Sur¨¢frica
La minora blanca de Sur¨¢frica se pronunci¨® ayer por la continuidad y vot¨® de forma ¨¢brumadora por el Partido Nacional, del presidente Pieter W. Botha, en el poder desde 1948, en unas elecciones generales en las que el electorado se decant¨® claramente hacia la derecha y o la extrema derecha y rechaz¨® de forma contundente el cambio ofrecido por la oposici¨®n liberal blanca. La derrota de las posiciones liberales ha sido tan contundente que el t¨ªtulo de la oposici¨®n oficial ha pasado del Partido Federal Progresista (PFP) a la extrema derecha, representada por el Partido Conservador.
Las elecciones para cubrir 164 de los 166 esca?os de la C¨¢mara blanca del Parlamento tricameral (dos diputados fueron proclados autom¨¢ticamente al ser los ¨²nicos contendientes), se celebraron el mi¨¦rcoles en todo el pa¨ªs en medio de una protesta pac¨ªfica por parte de m¨¢s de un mill¨®n de trabajadores y estudiantes negros por lo que las organizaciones -nacionalistas calificaron de "farsa electoral blanca".La protesta, calificada de "¨¦xito" por parte del Frente Democr¨¢tico Unido, la principal organizaci¨®n convocante junto con la Confederaci¨®n de Sindicatos Surafricanos, se llev¨® a cabo a pesar de las draconianas medidas de excepci¨®n previstas en el estado de emergancia vigente desde el 12 de junio del pasado a?o, que convierte en delito la mera convocatoria de una protesta y a pesar del sacrificio eco n¨®mico que supuso para los tra: bajadores no cobrar dos d¨ªas.
La mayor¨ªa negra
El mensaje de la mayor¨ªa negra y de la opini¨®n p¨²blica internacional, a favor de una negociaci¨®n con los dirigentes representantivos negros, no parece haber influido en lo m¨¢s m¨ªnimo a los yo tantes de la minor¨ªa blanca, que supone s¨®lo el 17% de los m¨¢s de 30 millones de habitantes de Sur ¨¢frica, y que han preferido, como en el chiste de Lourdes, quedarse como est¨¢n.Una vez m¨¢s, las continuas apelaciones al swart gevaar (el peligro negro) y a la amenaza comt¨ªnista hechas una y otra vez por el Partido Nacional, en una agria campa?a electoral, caracterizada-por las difamaciones m¨¢s des caradas, han hecho mella en un electorado afrikaner, compue sto en su mayor¨ªa por una abultad n¨®mina gubernamental y un pro letariado agr¨ªcola e industrial que se siente amenazado en sus intereses vitales por una crecien te clase media negra.
En un clima de enfrentamientos internos y de acoso interna cional, las posiciones defendidaspor el PFP a favor de la liberaci¨®n de Nelson Mandela y de los dem¨¢s presos pol¨ªticos, de la negociaci¨®n. con el Congreso Nacional Africano y otras organizaciones prohibidas para discutir una constituci¨®n democr¨¢tica para todos los surafricanos no encontraron ecola pesar del apoyo de un grupo importante de intelectuales, deportistas, actores y hombres de negocios, afrikaner, que hasta estas elecciones hab¨ªan apoyado al Gobierno. '
Para muchos, el PFP todav¨ªa es considerado como una formaci¨®n snob , integrada principalmente por "unos ricos descendientes delos colonialistas ingleses".
Los resultados no dejan lugar a dudas sobre lo que la mayor¨ªa de los blancos desea y a quienes apoya. El Partido Nacional ha lo grado 123 esca?os; el Partido Conservador (la formaci¨®n de extrema derecha encabezada por Andries Truernicht y escindida en 1982 del partido del Gobiernopor considerarlo demasiado liberal), 22; el Partido Federal Progresista, 19; su aliado en Natal, 1, y los independientes, 1.
El l¨ªder del PFP, Colin Eglin, no ocult¨® su decepci¨®n por el "retroceso" que el resultado supone para su partido y para "el con-' cepto de una alianza de modera-, dos en Sur¨¢frica". Sin embargo, Eglin se mostr¨® "todav¨ªa m¨¢s preocupado" por el avance de los conservadores.
De los tres candidatos independientes procedentes de las filas del Partido Nacional que s¨¦ presentaron a las elecciones, s¨®lo uno,Wynand Malan, gan¨®. Malan retuvo el esca?o de Randbourg, en Johanesburgo, que representaba por el partido del Gobierno.
El ex embajador surafricano en Londres, el doctor Denis Worrall, estuvo a punto de provocar la sorpresa de estas elecciones y derrotar al peso pesado y ministro de Desarrollo Constitucional Chris Heunis.
S¨®lo 39 votos separaron a Worrall de la victoria. La tercera independiente, la ex profesora de sociolog¨¢ Esther Lategan, perdi¨® en Stellenbosch ante el candidato del Gobierno.
La p¨¦rdida de votos y de escaflos por parte de los liberales del PFP y de sus aliados del NRP, en la provincia de Natal significa no s¨®lo la conversi¨®n de los conservadores en la oposici¨®n oficial, sino un term¨®metro de la opini¨®n p¨²blica blanca,
La alianza PFP-NRP perdi¨®, esca?os precisamente en Natal, donde defend¨ªa la puesta en vigor a nivel provincial de una Indaba o asamblea multirracial, cuyos miembros ser¨ªan elegidos por sufragio universal, y en aquellos barrios urbanos inicialmente s¨®lo para blancos convertidos en grises por la emigraci¨®n tolerada dejiegros, mestizos e indios.
La defensa por parte de los candidatos del PFP del mantenimiento del modus vivendi actual en esos barrios sell¨® su derrota.
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