Gary Hart tira definitivamente la toalla
Gary Hart, el candidato dem¨®crata mejor situado para llegar a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre de 1988, se retir¨® ayer de la campa?a derrumbado por persistentes historias de su infidelidad matrimonial, dudas sobre su credibilidad y car¨¢cter, cuantiosas deudas, una ca¨ªda libre en los sondeos y falta de apoyo por parte de sus hasta ahora partidarios pol¨ªticos.
"He cometido errores, quiz¨¢ grandes, pero no malos, porque soy humano", afirm¨® un Hart desafiante hacia la clase pol¨ªtica, la Prensa y el sistema electoral norteamericano, al anunciar su retirada. Pas¨® por alto sus problemas sexuales, limit¨¢ndose a decir que no puede seguir sometido a un "intolerable" e injusto escrutinio de su persona.Hart, 50 a?os, graduado en Teolog¨ªa y Derecho y ex senador, que s¨®lo hace 25 d¨ªas inici¨® su campa?a como una cruzada para recuperar un nuevo idealismo en Am¨¦rica, anunci¨® su retirada en Denver (Colorado), en una dram¨¢tica declaraci¨®n televisada al pa¨ªs en directo por las principales cadenas, que interrumpieron su programaci¨®n. El esc¨¢ndalo sexual de Hart ha eclipsado la investigaci¨®n parlamentaria del Irangate. Hart dijo que "no soy un hombre derrotado. Estoy orgulloso de lo que he logrado y hubiera sido un buen presidente".
El abandono de Hart deja a los dem¨®cratas, que creen posible lograr la Casa Blanca impulsados por las consecuencias del esc¨¢ndalo Irangate, en absoluto desconcierto. La campa?a de 1988 se presenta ahora como la m¨¢s abierta de la historia contempor¨¢nea de Estados Unidos, con siete candidatos en el Partido Dem¨®crata de los que s¨®lo uno, el reverendo de raza negra, Jesse Jackson, llega al 10% de popularidad.
Hart adopt¨® la decisi¨®n definitiva de arrojar la toalla en la madrugada del jueves, cuando The Washington Post present¨® a los miembros de su campa?a pruebas de que el candidato hab¨ªa mantenido una larga y reciente relaci¨®n extramarital con una mujer de Washington. Confrontado con este hecho, que le convierte en reincidente en cuestiones de adulterio tras la revelaci¨®n, realizada por The Miami Herald, de que pas¨® el pasado fin de semana con la joven actriz Donna Rice, Hart se hundi¨® y decidi¨® abandonar su carrera pol¨ªtica.
Uno de los asesores de Hart llam¨® al director del Post, Benjamin Bradlee, para pedirle que no publicara el nombre de la amante del pol¨ªtico dem¨®crata, a lo que el periodista contest¨® que nunca hab¨ªa pensado hacerlo. Horas antes hab¨ªa realizado un penoso canto de la fortaleza de su matrimonio, deteriorado por dos separaciones temporales anteriores, presentando a su mujer como una mujer fuerte y ¨¦sta, a su vez, diciendo que "Gary no miente".
Hart, en s¨®lo una semana, ha protagonizado el m¨¢s espectacular caso de autodestrucci¨®n pol¨ªtica que recuerda la historia electoral de este pa¨ªs. Enfrentado a la revelaci¨®n de The Miami Herald, contraatac¨® denunciando a la Prensa, a la que pidi¨® que se examinara a s¨ª misma, y al sistema pol¨ªtico.
Durante varios d¨ªas, Hart, que admiti¨® que haber cometido un error pero no una inmoralidad, "no me acost¨¦ con Donna", se dedic¨® a negar los detalles de su encuentreo, sin darse cuenta de que lo que la opini¨®n p¨²blica estaba cuestionando no era su moral, sino su falta de criterio para resolver una situaci¨®n dif¨ªcil. Finalmente, abrumado por el esc¨¢ndalo, comenz¨® un proceso de verdades a medias e incluso abiertas mentiras, afirmando que . no me rendir¨¦, porque la causa no es la presidencia, sino el futuro de nuestro pa¨ªs".
Este esc¨¢ndalo sexual ha confirmado los peores presagios sobre los problemas de car¨¢cter de Hart, un hombre que anteriormente se cambi¨® de nombre (de Hartpence a Hart) y trampe¨® su edad, cuestiones que nunca fue capaz de explicar ya en la campa?a de 1984, cuando luch¨® por la designaci¨®n dem¨®crata con Walter Mondale. Ning¨²n miembro importante del Partido Dem¨®crata ha salido esta semana en defensa de Hart y, ayer, algunos de sus amigos confiaron que los problemas de car¨¢cter de Hart eran "una bomba esperando a estallar".
La realidad es que, en las ¨²ltimas horas, Hart, quien, por otra parte, es un hombre inteligente, bien preparado, se hab¨ªa convertido en el hazmerre¨ªr de Am¨¦rica. Su historia era pasto de caricaturistas, hab¨ªa ca¨ªdo 14 puntos en los sondeos en una semana y, si hace s¨®lo un mes aparec¨ªa como claro vencedor contra George Bush si las elecciones se celebraran ahora, ayer Bush le superaba ya ampliamente.
Ahora, Gary Hart deber¨¢ resolver el grave problema de 1,3 millones de d¨®lares (m¨¢ de 160 millones de pesetas) que debe de la campa?a de 1984 m¨¢s las deudas contra¨ªdas en la actual. Para ello, anulado para siempre de la vida p¨²blica, le queda su profesi¨®n de abogado y su capacidad para escribir novelas de espionaje, de las que ya ha producido dos.
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