Los mineros de Labin cumplen un mes en huelga en Yugoslavia
La huelga de las minas de carb¨®n de Labin, en Croacia, cumpli¨® ayer un mes de duraci¨®n y se convirti¨® un el conflicto m¨¢s largo de Yugoslavia desde 1945. La jornada de ayer estuvo marcada por la pol¨¦mica ante un refer¨¦ndum convocado por el consejo obrero de las minas para decidir el futuro de la huelga. Fuentes de los huelguistas declararon por la tarde que la mayor¨ªa de los picadores no hab¨ªan acudido a las urnas. A ra¨ªz de los recortes salariales decretados por el Gobierno, los paros laborales se han multiplicado en todo el pa¨ªs. En 1986 hubo 696 huelgas, y s¨®lo en los tres primeros meses de este a?o se han registrado 400.Tras haberse producido hace cuatro d¨ªas un paulatino retorno de los mineros a sus puestos de trabajo, el d¨ªa 6 se volvi¨® al paro total de los 1.800 trabajadores;incluidos los comunistas. De ellos, el sector intransigente est¨¢ formado por gran parte de los 1.240 mineros de fondo. ?stos amenazaron el jueves con romper las urnas y boicotear un refer¨¦ndum en el que tem¨ªan ser neutralizados por el personal t¨¦cnico y administrativo de la mina.
Hasta hace unos a?os, los mineros ven¨ªan en segundo lugar de la escala salarial yugoslava, pero ahora han pasado al noveno. La televisi¨®n yugoslava recordaba que tanto en Estados Unidos como en la Uni¨®n Sovi¨¦tica los mineros est¨¢n mejor pagados que la media de periodistas o ingenieros. La base salarial de los huelguistas de Labin se sit¨²a en torno a las 18.000 pesetas mensuales, y muchos no llegan a cobrar en total m¨¢s de 30.000. El a?o pasado, las autoridades cedieron ante una huelga similar y temen ahora que nuevas concesiones inspiren una marea de huelgas mineras.
El sector duro exige el aumento de la base salarial m¨ªnima hasta los 200.000 dinares (40.000 pesetas) y la expulsi¨®n del director y los ejecutivos. Frane Ivic, presidente del Consejo Obrero Central, declaraba hace unos d¨ªas que "no se puede dar m¨¢s de lo que se tiene en caja".
Ni la polic¨ªa ni los ¨®rganos de defensa popular han reprimido hasta ahora la huelga, si bien algunos mineros dan cuenta de intentos de intimidaci¨®n. De momento, huelguistas y autoridades coinciden en que el movimiento no es pol¨ªtico.
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