Luz y danza

El programa del d¨ªa de San Isidro en el Auditorio de la Casa de Campo no logr¨® llenar el recinto, pese a su atractivo. Todav¨ªa hab¨ªa polvo en el ambiente de los bailes promovidos el d¨ªa anterior por la Orquesta Mondrag¨®n, cuando Danza Invisible saltaron al escenario para demostrar que tambi¨¦n se puede conectar con propuestas menos evidentes. Su m¨²sica es un pop bastante peculiar, con duras y sencillas guitarras que sostienen canciones de estructura nada f¨¢cil muy bien cantadas y llevadas por Javier Ojeda y con el ritmo garantizado por la bater¨ªa de Ricardo Teixido. El quinteto tiene un d?recto muy trabajado, recientemente han publicado un doble elep¨¦ en vivo, y la aspereza de sus composiciones no impidi¨® que el p¨²blico participase encantado.Luz gusta si gusta Luz, porque es precisamente encanto. Es una artista que necesita atenci¨®n, porque su atractivo se muestra en detalles apenas perceptibles. En un ligero movimiento de cabeza o en los matices al interpretar canciones que no enganchan f¨¢cilmente, pero que defiende a cuerpo descubierto con una energ¨ªa admirable y el magn¨ªfico guitarrista Paco Palacios a su vera. Luz deslumbrar¨¢ cuando el p¨²blico aprenda a mirar a los ojos.