El potaje de los lugares comunes
Una de las dificultades para acercarse al minimalismo, en cualquiera de sus expresiones, es su aparente aridez.Muriel Bader presenta una danza que retoma algunos aspectos, los m¨¢s periclitados de la corriente, y sobre ellos monta unas escenas que no pasan de ser bocetos de trabajo, meras proposiciones sobre las que habr¨ªa que edificar la obra terminada. Se ve el plumero de aquella f¨®rmula m¨¢gica que en Espa?a empieza dejar tard¨ªos estragos: "V¨ªstase usted de negro, mezcle unas carrerillas por el escenario, dos rebotes sobre el tapiz, unos silencios (mientras m¨¢s largos, mejor), y ya est¨¢".
En literatura, la investigaci¨®n reciente lleva los or¨ªgenes del minimalismo hasta Kerouac y Hemingway. Que por postular no quede. En danza, la corriente neoyorkina de los a?os sesenta se lleva la palma, con una lista infinita de nombres que encontraron reflejo en la danza francesa y centroeuropea de los a?os setenta. ?ste es un tema que fascina hoy a los te¨®ricos, llegando a establecer cuadros sin¨®pticos de los primeros viajes de Pina Bausch a Nueva York o del n¨²mero de alumnos parisienses de los Dupuy por aquellos a?os. Rizando el rizo, podemos llegar, hacia atr¨¢s, hasta Bauhaus, y con un poco de buena voluntad, a Petipa (codas de fouettes, arabesques en Bayadera).
Muriel Bader (Suiza)
Quatre poings un bonjour Bader/ Jurg Fehr (piano en directo); con Muriel Bader y Patricia L¨®pez; luces: Alain Fressanges. Teatro Zorrilla. Valladolid, 15 de mayo.
La econom¨ªa de pasos exige genialidad en el concepto. De no haberlo, se consuma el crimen contra el espectador. ?sta es la ra¨ªz del bostezo.
Hoy d¨ªa hay mucha danza referencial, como literatura de literatura, con demas¨ªa de imitaci¨®n y hasta crueldad, al someter al p¨²blico a estrechos ciclos de repeticiones. Se estructuran piezas a partir de un ejercicio que tiene m¨¢s de mim¨¦tico que de inventivo. Es el caso de la Bader, que lo hace en secuencias de 6, 12 y hasta 36 veces. Su partenaire ocasional, Patricia L¨®pez, hija de zaragozanos nacida en Tolousse, hace lo que puede, pero no llega a haber una uni¨®n eficaz entre ellas. Ambas, envueltitas en abundante carne, tienen formaciones diferentes, y esta evidencia desluce la coordinaci¨®n b¨¢sica.
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