Croacia, entre Dios y el 'c¨¦sar'
JUAN F. ELORRIAGA ENVIADO ESPECIALNo se nota la crisis econ¨®mica en el restaurante privado Kordic, de Zagreb, capital de Croacia, una de las seis rep¨²blicas federadas yugoslavas. Camareros de pajarita van y vienen, poniendo y quitando baberos blancos a clientes que los manchan con la salsa cara de los d¨¢tiles de mar y otras exquisiteces del Adri¨¢tico. Una comida con vino de la casa sale por 5.000 pesetas, que es lo que gana en dos d¨ªas un general yugoslavo. Este templo de la gula adri¨¢tica est¨¢ situado junto a la catedral de Zagreb, en el barrio santo del Kaptol, sede del dios cat¨®lico croata que tantas fricciones ha tenido con los c¨¦sares yugoslavos.
El obispo auxiliar de Zagreb, Djuro Koksa, recibe amable y dicharachero al periodista, pero no quiere hablar ni de Dios ni del c¨¦sar. Koksa se hizo famoso cuando declar¨® hace tiempo ante la televisi¨®n austriaca que "el pueblo croata no es un elefante que se pasea por la tienda yugos lava de cristal y porcelana". Sonr¨ªe ante ese recuerdo y comenta que la idea de una federaci¨®n de los eslavos del Sur fue precisamente patrocinada por un colega suyo, el obispo Strossmayer, ya en el siglo XIX.La fama de elefante rompeyugoslavias le viene a Croacia de cuando el cat¨®lico ustachi Ante Pavelic vende su alma al diablo hitleriano en el a?o 1941 y funda el Estado independiente de Croacia. En 1934, Pavelic hab¨ªa sido condenado a muerte por un tribunal franc¨¦s en Aix-en-Provence, acusado de haber organizado en Marsella el asesinato del rey Alejandro de Yugoslavia, de la dinast¨ªa serbia de los KaradjordJevic. Por aquellas fechas, de los 300 generales del Ej¨¦rcito real s¨®lo tres eran croatas. La dinast¨ªa y la Iglesia ortodoxa serbias hac¨ªan y deshac¨ªan en el reino de Yugoslavia. As¨ª, el patriarca serbio ortodoxo excomulg¨® a losdiputados que votaron en 1937 a favor del concordato con el Vaticano. Entre 1941 y 1945, la revancha ustachi fue horrenda: miles de serbios, jud¨ªos, gitanos y croatas de izquierda murieron en el campo de la muerte de Jasenovac, y se practicaron reconversiones forzosas al catolicismo de los ortodoxos serbios.Un interlocutor cat¨®lico croata prefiere el Estado yugoslavo a los experimentos liberalizadores de Hungr¨ªa, la URSS o Polonia. "Que digan lo que digan, pero no, gracias, yo me quedo con este mal menor. Oigo muchas alabanzas de esos reg¨ªmenes, pero sus iglesias est¨¢n infiltradas por la polic¨ªa. Aqu¨ª, en cambio, la polic¨ªa est¨¢ a la puerta de las iglesias, fichando fieles para que nunca puedan entrar en una academia militar. Y ?por qu¨¦ un croata cat¨®lico y leal a Yugoslavia no puede ser general?, me pregunto yo".Misas por televisi¨®n
Dice que el tema no es si se le va a permitir o no a la Iglesia retransmitir por televisi¨®n la misa dominical. "Ser¨ªa iluso intentar competir con los programas que ofrecen los v¨ªdeos y los sat¨¦lites de hoy; lo que la Iglesia quiere es m¨¢s libertad en todos los sentidos, para beneficiarse de ella junto a los dem¨¢s segmentos de la sociedad".El jefe de las relaciones del Gobierno croata con las iglesias se llama Zdenko y se apellida Svete (santo, en serbocroata). Dice que ¨²ltimamente las relaciones entre la Iglesia y las autoridades van bien y que "el Papa vendr¨¢ cuando ello sea social y eclesi¨¢sticamente ¨²til".Afirma que parte de la Iglesia cat¨®lica no ve con buenos ojos la llegada del jefe del Estado vaticano, y de cuando en cuando montan alg¨²n incidente. "Pero cada vez hay menos pol¨ªtica de p¨²lpito, aunque a la Iglesia cat¨®lica sigue gust¨¢ndole identificarse con la naci¨®n croata, casi nos prometen a los croatas la formaci¨®n de un pueblo celestial de ultratumba".En Yugoslavia el Estado no supervisa, como en otros pa¨ªses, la elecci¨®n de obispos, apunta Svete. Est¨¢ de acuerdo con los curas en que un cat¨®lico no puede militar en la Liga de los Comunistas. "Tan absurdo como eso ser¨ªa el que yo pidiera un puesto en la Conferencia Episcopal". Hace dos a?os algunos obispos pusieron el grito en el cielo ante la emisi¨®n por la televisi¨®n yugoslava de la serie brit¨¢nica sobre los Borgia. "Pero hay que reconocer que, desde el punto de vista de la moral, somos mucho m¨¢s cat¨®licos que las televisiones europeas occidentales: no hay programas aterradores ni pornogr¨¢ficos". A falta de estad¨ªsticas oficiales, opina que el 80% de los croatas est¨¢ bautizado, aunque s¨®lo un 5% ser¨ªa practicante.
Risto Mrdjen es secretario de los sindicatos croatas y asegura, en su despacho de Zagreb, que las huelgas no van dirigidas contra el sistema de la autogesti¨®n. No obstante, los mineros huelguistas de la cuenca hullera de Labin han recibido telegramas oportunistas de adhesi¨®n de partidos croatas del exilio. Ante la dura pol¨ªtica salarial del Gobierno de Mikulic, en los tres primeros meses de este a?o se han producido en Croacia 90 huelgas, contra s¨®lo 31 en todo 1979.
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