La Administraci¨®n teme que el d¨¦ficit se dispare a partir de julio
La evoluci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico en el primer semestre del a?o no plantea problemas para los responsables del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, aunque las nubes se ennegrecen en la perspectiva de la segunda mitad del a?o; cuando el crecimiento de los ingresos del Estado reduzca sus ritmos de aumento y empiecen a vencer las fuertes emisiones de pagar¨¦s del Tesoro, que en parte seguir¨¢n presionando al alza en los tipos de inter¨¦s. El d¨¦ficit p¨²blico hasta el mes de abril, ¨²ltimo dato conocido, se sit¨²a en 472.000 millones de pesetas, el 1,7% menos que en igual per¨ªodo de 1986.El mantenimiento del d¨¦ficit p¨²blico dentro de las previsiones iniciales del Gobierno se ha logrado gracias a un incremento muy fuerte en los ingresos, superior al 20% en los cuatro primeros meses del a?o, cuando el objetivo de la Administraci¨®n era que crecieran el 12,3% a lo largo de 1987, y a pesar de que tambi¨¦n los gastos han aumentado en este per¨ªodo muy por encima de lo presupuestado. Los gastos del Estado han crecido casi el 18% entre los meses de enero y abril, cuando deb¨ªan hacerlo muy poco por encima de la tasa de inflaci¨®n prevista.
Este desfase entre los objetivos aprobados en la ley de Presupuestos Generales del Estado para 1987 y la realidad de lo que viene ocurriendo es lo que preocupa en algunos sectores de la Administraci¨®n, que consideran que el segundo semestre del a?o no presentar¨¢ un perfil tan positivo como el actual. As¨ª se se?ala que la inercia del ritmo de gastos p¨²blicos ser¨¢ muy dif¨ªcil de frenar, en el caso de que se intentara llevar a cabo, mientras que las perspectivas de ingresos no son tan buenas como en el primer semestre.
Por una parte, los fuertes incrementos de ingresos en comparaci¨®n con el mismo per¨ªodo del a?o anterior se deben, entre otras cosas, a que se part¨ªa de bases relativamente menores en 1986, como la introducci¨®n del IVA. Las fuertes tasas de crecimiento del consumo interior alcanzadas en el segundo semestre de 1986,que han continuado en lo que va de a?o, arrojaron recaudaciones crecientes del IVA por estar directamente relacionados estos dos hechos. Pero los intentos de la Administraci¨®n por moderar el consumo en los pr¨®ximos meses llevar¨¢n aparejadas, si se consigue, menores recaudaciones.
Fiscalidad del petr¨®leo
Junto a ello, en 1986 los ingresos del Estado crecieron de manera significativa gracias a que la reducci¨®n en origen del precio del petr¨®leo, por la ca¨ªda del precio del barril y la depreciaci¨®n del d¨®lar, no se tradujo en reducciones en el precio de los derivados del petr¨®leo, sino que una parte importante fue absorbida por el Estado a trav¨¦s de una mayor fiscalidad de los derivados del crudo. La fiscalidad de los carburantes aument¨® un 64% en 1986.Estos mayores ingresos se han mantenido durante los primeros meses de 1987 porque el petr¨®leo adquirido entonces lo fue a precios bajos. Pero en los pr¨®ximos meses las compras de crudos se materializar¨¢n a los precios actuales, bastante m¨¢s elevados que entonces, lo que obligar¨¢ a subir los precios finales para mantener los ingresos fiscales o bien a aceptar una reducci¨®n de ¨¦stos para mantener los precios al consumo. En todo caso, los mayores ingresos se dan por imposibles.
Junto a todos estos problemas del d¨¦ficit de este a?o, el segundo semestre de 1987 plantea otros problemas derivados de la financiaci¨®n del d¨¦ficit de a?os anteriores. A partir del mes de julio, y hasta diciembre, vencen un total de casi tres billones de pesetas en pagar¨¦s del Tesoro, que tendr¨¢n que ser renovados en una parte por las entidades financieras, para cubrir el coeficiente monetario, y el resto por el p¨²blico, que demandar¨¢ tipos de inter¨¦s m¨¢s altos.
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