Muchos ciudadanos no saben para qu¨¦ sirven las comunidades aut¨®nomas

Fuera de las regiones con tradici¨®n nacionalista -que, junto con Andaluc¨ªa, no est¨¢n afectadas por las elecciones del d¨ªa 10-, los ciudadanos perciben las autonom¨ªas como organismos imprecisos. Pocos saben d¨®nde empieza y d¨®nde termina la responsabilidad de las comunidades, seg¨²n encuestas del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) y de empresas privadas a las que ha tenido acceso este peri¨®dico. Una minor¨ªa de Castilla y Le¨®n quiere desmontar las instituciones auton¨®micas.

El primer elemento decisivo es la falta de informaci¨®n. Muchas personas saben "poco o nada" acerca de la actividad de sus Gobiernos regionales, seg¨²n los sondeos realizados por el CIS en 1986. As¨ª lo expresan 6 de cada 10 murcianos, 8 de cada 10 madrile?os y 7 de cada 10 habitantes de la Comunidad Valenciana, de Arag¨®n o de Castilla y Le¨®n.Lo m¨¢s identificable en cada autonom¨ªa suele ser la persona del presidente regional. All¨ª donde act¨²an l¨ªderes populistas o de cierto prestigio como gestores existe una referencia concreta de la comunidad aut¨®noma; pero donde falla el liderazgo, las autonom¨ªas no son populares.

?ste es el caso de Cantabria, cuya diputaci¨®n regional aparece mal valorada en las encuestas. La profunda crisis del centro-derecha, que ha gobernado esta regi¨®n, se ha sumado a la falta de carisma del presidente, ?ngel D¨ªaz de Entresotos. Los c¨¢ntabros no est¨¢n conformes con el desarrollo de su comunidad aut¨®noma; el 38% ve en el Gobierno central la responsabilidad de los males que aquejan a Cantabria, pero es mayor la proporci¨®n (48%) de los que consideran culpable al Gobierno regional, seg¨²n una encuesta muy reciente del Instituto Abaco e Isabel Bergareche.

La ausencia de liderazgo tambi¨¦n es, un problema considerable en Castilla y Le¨®n. La mayor¨ªa socialista, en el poder durante esta legislatura, ha cambiado tres veces de dirigente principal. La dimisi¨®n de Demetrio Madrid, que se produjo tras la apertura de diligencias judiciales contra ¨¦l, dio paso a Constantino Nalda como nuevo presidente; y ahora el partido socialista ha colocado a un tercer hombre, Juan Jos¨¦ Laborda, como candidato a la presidencia.

La falta de un l¨ªder definido entre los socialistas se corresponde con la misma situaci¨®n en otras fuerzas. Rodolfo Mart¨ªn Villa es el pol¨ªtico m¨¢s conocido en, Castilla y Le¨®n, pero no concurre a las elecciones, despu¨¦s de que las encuestas arrojaran bajos porcentajes de intenci¨®n de voto hacia el Partido Dem¨®crata Popular (PDP), con el que iba a presentarse. El Centro Democr¨¢tico y Social (CDS) ha decidido jugar, precisamente, la carta del pol¨ªtico desconocido: es el caso de su candidato, Carlos S¨¢nchez Reyes.

A¨²n hay m¨¢s sobre Castilla y Le¨®n: un 15% de los ciudadanos quiere que la autonom¨ªa sea suprimida y otro 6% desea que sea reducida, seg¨²n un sondeo realizado por el CDS. Se observa, por tanto, una fuerte minor¨ªa en contra del mantenimiento de Castilla y Le¨®n tal como est¨¢ configurada. Dicha minor¨ªa se localiza principalmente en Le¨®n y est¨¢ sostenida por un l¨ªder local, Juan Morano, alcalde de la capital.

En el extremo contrario se encuentra Castilla-La Mancha, una de las regiones aparentemente m¨¢s consolidadas entre las que acuden a las elecciones del pr¨®ximo d¨ªa 10 (no se dispone de sondeos acerca de Baleares y Canarias).

Parece que el tir¨®n populista del presidente regional, Jos¨¦ Bono, ha contribuido a que los habitantes de Castilla-La Mancha identifiquen la regi¨®n. Bono ha sido visto personalmente por uno de cada cuatro castellano-manchegos.

Un caso interesante es el de Asturias. Seg¨²n la Sociedad de Estudios Econ¨®micos e Industriales (Sadei), los ciudadanos no conocen su autonom¨ªa. Sin embargo, existe un sentimiento regionalista: la gran mayor¨ªa prefiere que los asuntos de Asturias sean decididos por el Gobierno aut¨®nomo en vez de por el Gobierno central (62% frente a un 8%, respectivamente).

Caso muy particular es el de Madrid, que alberga las instituciones del Estado y en el que uno de cada dos habitantes ha nacido fuera de la regi¨®n. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta del CIS, el 22% cree que la situaci¨®n de la comunidad ha mejorado, el 32% opina que sigue igual y el 34% considera que ha empeorado. Seis de cada diez personas creen que la pol¨ªtica del Gobierno regional ha sido favorable.

Niveles altos de insatisfacci¨®n por la marcha de la autonom¨ªa aparecen en las encuestas sobre Arag¨®n y la Comunidad Valenciana, entre otras.

Los principales problemas

Todos los sondeos se?alan el paro laboral como el problema considerado m¨¢s grave por los ciudadanos de todas y cada una de las autonom¨ªas. Los siguientes problemas se reparten entre la carest¨ªa de vida, la inseguridad ciudadana y la delincuencia y la reestructuraci¨®n industrial. Muy pocas de estas cuestiones pueden ser resueltas con las transferencias recibidas por las comunidades que acuden a elecciones el pr¨®ximo d¨ªa 10.

Estos problemas preocupan mucho m¨¢s a los ciudadanos que la tensi¨®n entre centralismo y comunidades aut¨®nomas. Seg¨²n las encuestas realizadas por el CIS, s¨®lo algunas minor¨ªas consideran que las limitaciones a la capacidad auton¨®mica constituyen un problema grave. Cuando la cuesti¨®n se formula de otro modo -?qu¨¦ tipo de Estado prefiere?-, el 51% de los asturianos, por ejemplo, se pronuncia por la autonom¨ªa y el 19% est¨¢ a favor del centralismo, seg¨²n un sondeo de Sadei.