Odio a la Iglesia
Don Fernando Savater tiene el derecho -es un derecho triste pero es un derecho- de odiar a la Iglesia cat¨®lica. ?l[ lo manifiesta siempre, con ocasi¨®n o sin ella. Esta ¨²ltima ocasi¨®n es el art¨ªculo publicado en este peri¨®dico el pasado d¨ªa 28 de mayo-.La Iglesia cat¨®lica, en su mensaje religioso y en sus personas, est¨¢ sujeta a cr¨ªticas; lo ha estado desde su nacimiento. Saulo de Tarso iba a Damasco para encarcelar a los perversos cristianos, que consideraba enemigos de la religi¨®n de Mois¨¦s y del Antiguo Testamento. Esto ocurr¨ªa poco despu¨¦s de la muerte de Jes¨²s, y desde entonces han sido constantes las cr¨ªticas y las condenaciones del crist¨ªanismo.
Es verdad que tambi¨¦n los cristianos han denostado otras desviaciones y otras religiones; las guerras religiosas han sido terribles, y todav¨ªa contin¨²an si¨¦ndolo, terribles como todas las guerras, pero no tan infames como las de prepotencia pol¨ªtica o lucha de mercados. Todo esto forma parte del misterio de la historia del hombre en la Tierra, el misterio de la iniquidad y de la muerte; pero lo que es tambi¨¦n terrible es banalizar ese misterio, que es lo que hace don Fernando Savater en el art¨ªculo de referencia.
El Papa de la Iglesia cat¨®lica, el actual o cualquier otro, es para los cat¨®licos el vicario de Cristo en la Tierra; es decir, el vicario del hijo de Dios, que tom¨® carne en las entra?as de la Virgen Mar¨ªa, se hizo hombre y dio su sangre en la cruz por la redenci¨®n y salvaci¨®n de todos los hombres. Esta fe, entre cat¨®licos y cristianos de otras denominaciones, la comparte m¨¢s de la cuarta parte de la humanidad. Tomar a broma, banalizar la figura del Papa, parece algo incompatible con el ejercicio de una tarea intelectual que merezca ese nombre.
El papa Wojtyla, que es un campe¨®n del ecurrienismo, que ha visitado por primera vez una sinagoga, que ha llamado a los j efes de todas las religiones vigentes en el mundo a rezar en As¨ªs por la paz, podr¨¢ "ser criticado, como puede serlo todo ser humano. Porque el Papa es s¨®lo un ser humano entre los seres humanos, por altisima que sea su misi¨®n, que tendr¨¢ un d¨ªa que dar cuenta de ella, como todos los cristianos, porque el ¨²nico hombre exento, aunque igual a todos los hombres -salvo en el pecadoha sido Jesucristo.
La Iglesia puede ser odiada, como la odia Fernando Savater, y aunque los cristianos no podemos -si somos leales a nuestra fe- odiar a los odiadores, s¨ª podemos sentir, por nuestra filiaci¨®n, las ofensas que se hacen al que se llama el Santo Padre bajo el t¨ªtulo del poema m¨¢s bello sobre el amor humano y divino que se haya escrito nunca-
Embajador de Espa?a.
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