Mediterr¨¢neo
Quiz¨¢ sea la ¨²nica noticia no electoral que le ha llegado al cronista en estos d¨ªas fren¨¦ticos: "Espa?a cubrir¨ªa misiones en el Mediterr¨¢neo en caso de emergencia". El modo potencial, sabiamente utilizado aqu¨ª por el titulado, no hace sino indulgenciar el hecho de que estamos en guerra. En guerra potencial, claro. Esto, s¨ª, puede ser la guerra, m¨¢s madera. Presidente Gonz¨¢lez est¨¢ defendiendo con rigor hist¨®rico la opci¨®n Supercero (que debiera llamarse Infracero). FG es el adelantado de la desmilitarizaci¨®n del tiempo. Est¨¢ negociando siempre al borde del abismo, y no s¨¦ si los analistas han reparado en sus extra?as dotes de estadista internacional. Desconcierta al enemigo, e incluso, lo que tiene m¨¢s m¨¦rito, al amigo. Pero lo cierto es que ma?ana mismo, despu¨¦s del cafelito, podemos o tenemos que salir para el Mediterr¨¢neo a darle vara a alguien (que en seguida nos la devolver¨ªa). En tanto, ceno con Ram¨®n Areces, que sigue fomentando su altruista Fundaci¨®n. La revista Poes¨ªa publica 39 cartas de Dal¨ª a Garc¨ªa Lorca. Gonz¨¢lez escribe a Reagan y Gorbachov, a mano, con su buena letra de abogado de provincias, apoyando la opci¨®n cerolcero ya se ha dicho. Cien mil firmas piden un circo estable para Madrid, como lo fue el Price Se dir¨ªa, pues, que los eventos consuetudinarios siguen aconteciendo pac¨ªficamente en la r¨²a socialista y guerramachadiana. La otra tarde he estado en el circo, que me llev¨® el doctor Sober¨®n, y he comprendido que contemplar "la peligrosa simetr¨ªa" del tigre es ya tan emocionante como contemplar a Borges, que lo dijo Y la no menos peligrosa simetr¨ªa de la equilibrista semidesnuda. Despu¨¦s del circo, Lola Flores, que expone sus cuadros, que son como el na?f delo na?f, un na?f que no se sabe tal. Todo lo contrario de la gran Mar¨ªa Antonia Dans. Gitanas de faralae custodiadas por la Guardia Civil. Y c¨®mo le sale a este pueblo su "vividura" profunda, aunque se crea de derechas. Ahora resulta que somos la Guardia Civil del Mediterr¨¢neo, y eso lo est¨¢ negociando Felipe con un pulso de hombre internacional que no debi¨¦ramos alterarle con asuntos como el chal¨¦ de Bert¨ªn Osborne, que por fin se tira, a ver. Oneto ha contado minuciosamente, casi proustianamente, el d¨ªa en que Bot¨ªn le puso a Su¨¢rez un pie encima de la mesa. Es como cuando Krusechev puso un zapato encima de la ONU. A Felipe nadie le ha puesto los pies encima de la mesa. Incluso est¨¢ poniendo ¨¦l los pies de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez -tan correcto- encima de las mesas de Reagan y Gorbachov. Lo que no evita que venga la nueva moda de "El Corte Ingl¨¦s", los maillots escotados, los tonos metalizados, los contrastes en blanco y negro, los estampados enigm¨¢ticos, como el que llevaba la otra noche Tessa Baviera, cuando cen¨¦ con ella. Vienen las rayas y los cuadros, las combinaciones de azul y verde, el algod¨®n lycra el¨¢stico. El personal vive feliz dentro de estas cosas, y apenas se entera de que somos un pa¨ªs disponible para la orden de despegue. El Mediterr¨¢neo ya no es el mar de los cl¨¢sicos, sino el mar de los muertos. S¨®lo un hombre, en la Moncloa, juega al billar con esa posibilidad.Que las ni?as milagrosas de estos d¨ªas (andan muchas) recen por ¨¦l.
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