El PSOE pierde 1,3 millones de votos, y AP ni roza el 'techo' de Fraga
JOAQUIN PRIETO El PSOE pierde el 15% de sus votos con relaci¨®n a las elecciones legislativas de 1986, y Alianza Popular no roza siquiera el famoso techo de Manuel Fraga. El Centro Democr¨¢tico y Social se consolida como un partido bisagra, capaz de erigirse en el ¨¢rbitro de la situaci¨®n, si bien queda lejos de convertirse en alternativa de poder. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) contin¨²a retrocediendo, mientras las opciones de Garaikoetxea y Herri Batasuna (HB) prosiguen sus respectivos intentos de consolidaci¨®n. ?stas ser¨ªan, en apretado resumen, algunas de las claves pol¨ªticas del 104 en Espa?a.
Tras los comicios del pasado mi¨¦rcoles, casi todos los partidos se proclaman triunfadores. Sin embargo, el fr¨ªo an¨¢lisis de las cifras demuestra que no todos pueden cantar victoria. As¨ª, el partido socialista sigue siendo la fuerza mayoritaria y hegem¨®nica en el conjunto de Espa?a, pero su deslizamiento hacia abajo alcanza ya cierta velocidad.Si se relacionan los resultados de las elecciones legislativas de 1986 con las europeas del mi¨¦rcoles pasado -que admiten una comparaci¨®n nacional m¨¢s clara que con las municipales y auton¨®micas-, se observa que el PSOE ha perdido 1,3 millones de votos en menos de un a?o. Adem¨¢s, la lista al Parlamento Europeo, encabezada por Fernando Mor¨¢n, ha aguantado mejor el tir¨®n que el conjunto delas listas municipales. Frente a los 8,9 millone s de votos del 22 de junio de 1986, el PSOE ha conseguido 7,6 millones en las europeas del mi¨¦rcoles pasado.
Los socialistas tienen, en conjunto, 2.600 concejales menos que en 1983. Pero estos resultados adquieren mayor relevancia pol¨ªtica, porque implican la p¨¦rdida de la mayor¨ªa absoluta en 21 de las 27 capitales de provincia en las que dispon¨ªa de ella. S¨®lo mejoran claramente su situaci¨®n en La Coru?a. El voto de castigo se extiende a las 11 comunidades aut¨®nomas gobernadas hasta ahora por los socialistas. El PSOE salva la mayor¨ªa en tres de ellas (Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia) y experimenta retrocesos especialmente acentuados en Madrid, la Comunidad, Valenciana, Castilla y Le¨®n y Asturias. Alianza Popular tambi¨¦n pierde respaldo en relaci¨®n con 1986, y le ocurre lo mismo que al PSOE: la lista europea, encabezada por Fraga, ha aguantado la tendencia al descenso mejor que las candidaturas municipales. Aun as¨ª, la candidatura europea de AP ha registrado 787.000 sufragios menos que la de Coalici¨®n Popular el 22, de junio de 1986.
Eterno segund¨®n
Este partido retrocede tambi¨¦n en todas, las comunidades aut¨®nomas -con excepci¨®n de Baleares-, y las p¨¦rdidas son es pectaculares en Canarias y en Navarra. Por tanto, AP contin¨²a siendo la segunda fuerza pol¨ªtica de Espa?a; el famoso techo de Fraga no llega a ser rozado por sus sucesores; pueden incrementar su poder municipal y auton¨®mico en funci¨®n de posibles pactos, y han demostrado que los antiguos aliados -PDP, PL quitaban o a?ad¨ªan muy poco a la fuerza electoral de AP.
El Centro Democr¨¢tico y Social se afianza como la tercera fuerza pol¨ªtica de Espa?a, pero tampoco pasa de ah¨ª. Su gran avance reside en que carec¨ªa pr¨¢cticamente de poder municipal y auton¨®mico, mientras que ahora accede al reparto de la tarta. Desde un punto de vista estrictamente pol¨ªtico, el CDS no llega a la cualidad de alternativa de poder, pero s¨ª consolida un espacio capaz de funcionar como partido bisagra, a semejanza de otros peque?os partidos europeos (liberales o centristas), que son capaces de completar las mayor¨ªas que les faltan a las grandes fuerzas situadas a su derecha o a su izquierda.
En funci¨®n de ello, el CDS es el ¨¢rbitro de: los posibles pactos en algunos municipios, y sobre todo en las comunidades de Ma drid, AsturiaS, Arag¨®n, La Rioja y quiz¨¢ Canarias; pero el partido de Su¨¢rez apenas se despega de los resultados logrados en 1986. Ha tenido 146.000 votos m¨¢s que el a?o pasado, lo cual no le permite, alcanzar los dos millones de sufragios en toda Espa?a.
Izquierda Unida crece algo, pero tampoco despega. A diferencia de lo, sucedido con otros partidos, IU ha tenido m¨¢s votos en las elecciones municipales que en las europeas. Esta ¨²ltima lista, comparada con las legislativas de 1986, supone que IU tiene 79.000 votos m¨¢s y queda situada en torno al mill¨®n de votos.
A IU le sucede algo parecido al CDS, s¨®lo que su situaci¨®n en el espectro ideol¨®gico -menos centrada que el CDS- hace que su capacidad de completar mayor¨ªas sea menor. Izquierda Unida puede ser el ¨¢rbitro de la Comunidad Valenciana o Asturias, y tambi¨¦n de los ayuntamientos de Barcelona o Sevilla. A cambio necesita el apoyo de otro partido -el socialista, probablemente- para la alcald¨ªa de C¨®rdoba, la ¨²nica de las capitales de provincia que los comunistas conservaban como oro en pa?o desde las primeras elecciones locales, y en la que ahora se ha evaporado la mayor¨ªa absoluta.
Tal y como afirmaba su principal candidato, Txema Montero, Herri Batasuna ha obtenido un respaldo nada despreciable fuera de Euskadi. Esta circunstancia se observa perfectamente con los siguientes datos: HB ha obtenido 238.632 votos en las municipales (es decir, en las candidaturas votadas s¨®lo en Euskadi), y sin embargo su lista europea ha logrado 363.015 votos.
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