Yuppies, arribistas y gente
La joven y bell¨ªsima escritora Carmen de Posadas ha publicado un libro con t¨ªtulo parecido al de esta cr¨®nica, m¨¢s o menos, donde deslinda con sagacidad femenina las diversa taifas que integran en Madrid lo que ella, con palabra de siempre, llama "arribistas" o arrivistas, que de ambas formas se ha escrito toda la vida: dime la verdad, maestro L¨¢zaro. Uno piensa que el yuppy madrile?o es un ejecutivo que compra futuro, seguridad, un hombre de dinero que compra m¨¢s dinero y, a fuerza de practicar la elegancia social del regalo, viste igual que todos los dem¨¢s yuppies, de modo que ya s¨®lo es un uniforme civil con portaf¨®lios. En la presentaci¨®n, Uss¨ªa, Zarraluqui, Vallejo N¨¢gera, Luis Miguel Do mingu¨ªn, Vizca¨ªno Casas, Emilio Romero, Carmen Rigalt, Escolar, los Azpiazu, ?ngel Antonio Herrera y m¨¢s. En cuanto a uno mismo, empiezo diciendo que todos somo unos arribistas, "porque de otro modo no estar¨ªamos aqu¨ª". Y hago la defensa del arribista, que mueve el mundo y cambia la sociedad. Distingamos entre el yuppy austero, con una como cierta antipat¨ªa de almid¨®n, y el golfo de oro dela jet/set, el marbell¨ª anacre¨®ntico que, en oposici¨®n al yuppy come del presente, generalmente no tiene un duro, y vive como aconsejaba t¨ªo Oscar muy por encima de sus rentas. Aunque luego se suicide. En cuanto a la movida, yo le advierto a la bella Carmen, delicadamente, que es una cosa municipal y no cabe mezclarla con lo anterior. Emilio Romero viene a darme la raz¨®n: "Como ha dicho Umbral, la movida es municipal, y yo a?ado que espesa". A Emilio, seguramente, no le gusta la movida madrile?a, por lo que pueda tener de coro de ¨¢nimas con porro del socialismo. A m¨ª s¨ª que me gusta. Sabina, bardo de la movida acaba de dedicarme un soneto en Sal y Pimienta que me ha conmovido, y que ser¨ªa perfecto si uno de los endecas¨ªlabos no se le quedase en eneas¨ªlabo Yuppies, movida, jet. A Carmen se le nota que donde m¨¢s le mueve es entre los yuppies y la jet. Son aldeas planetarias del planetario madrile?o que plantean la fluidez actual denuestra vida y que la autora del libro, como digo, resume castizamente como arribistas. A lo mejor es que ella ha estado siempre arriba y por eso ve venir a los arribistas. Pero la t¨ªa es hermos¨ªsima, como una Preysler mejor y m¨¢s joven y con menos educaci¨®n sentimental. ?Yuppies, jets, troncos? Expresiones m¨²ltiples de un jaleo de clases que est¨¢ resultando muy fecundo para Madrid. Exactamente, los madriles.
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