El Papa da 'luz verde' a las relaciones Varsovia-Vaticano
Juan Pablo II dio ayer luz verde a las relaciones diplom¨¢ticas oficiales entre el Vaticano y Varsovia al dirigirse al episcopado de Polonia, que forman 97 prelados (tres de ellos, cardenales), poco antes de finalizar su tercer viaje oficial como Papa a su pa¨ªs natal. El Pont¨ªfice se entrevist¨® nuevamente con el jefe del Estado polaco, general Wojciech Jaruzelski en una sala del aeropuerto de Varsovia, poco antes de iniciar su regreso a Roma.
Antes de su encuentro con los obispos, el Papa hab¨ªa rezado ante la tumba del sacerdote Jerzy Popieluszko (asesinado por funcionarios del Ministerio del Interior en 1984) y clausurado ante un mill¨®n de personas el congreso eucar¨ªstico nacional, ocasi¨®n que aprovech¨® para pedir una nueva evangelizaci¨®n de Polonia y de la Europa cristiana.Tras revelar a los obispos que las autoridades polacas han avanzado la propuesta de abrir relaciones diplom¨¢ticas con la Santa Sede, el Papa dijo a los obispos que no s¨®lo es normal que el Gobierno de un pa¨ªs con mayor¨ªa cat¨®lica casi absoluta mantenga relaciones diplom¨¢ticas con Roma, sino que lo extra?o ser¨ªa lo contrario.
El problema, sin embargo, dijo el Papa, es que tal objetivo no es f¨¢cil de conseguir "en esta tierra polaca sometida a lo largo de la historia a diversos desaf¨ªos que le han acarreado grandeza y gloria pero tambi¨¦n pruebas de humillaciones". Y a?adi¨® que el mayor desaf¨ªo que ha tenido que afrontar su patria ha sido el del .marxismo dial¨¦ctico, que califica a la religi¨®n de factor alienante". Con tono solemne dijo a los obispos: "Nosotros conocemos muy bien este desaf¨ªo. Yo mismo lo he conocido en esta tierra y la Iglesia lo est¨¢ experimentando en diversos pa¨ªses del mundo". Y a?adi¨® que este desaf¨ªo "destructivo" podr¨ªa hoy convertirse, parad¨®jicamente, en un desaf¨ªo "creativo".
Dentro de la creatividad positiva de dicho desaf¨ªo bajo su pontificado, el Papa polaco quiere encuadrar la reapertura de relaciones diplom¨¢ticas con Polonia. El Papa ha distinguido sutilmente que no se trata de relaciones "interestatales" es decir, entre el Gobierno polaco y el Vaticano, sino entre aqu¨¦l y la "sede apost¨®lica", y, por tanto, dijo, tambi¨¦n con los obispos.
Ante el temor de que ante esta nueva iniciativa de Roma los obispos polacos puedan dividirse, Juan Pablo II se adelant¨® a pedirles "una colaboraci¨®n responsable y colegiada de todo el episcopal Si acaso, les dijo, el problema es c¨®mo hacer "cre¨ªble" esta decisi¨®n "ante la naci¨®n, la Iglesia y toda la sociedad internacional". Para que no pueda aparecer como un gesto meramente pol¨ªtico, el Papa insisti¨® en que pertenece a la misi¨®n "evang¨¦lica y pastoral" de la Iglesia al defender "la subjetividad de una naci¨®n" en relaci¨®n con "las garant¨ªas de los derechos de las personas que la componen". En esta misi¨®n de la Iglesia se engloban, seg¨²n el Papa, "los problemas de la sociedad incluso en el campo pol¨ªtico, con la exclusi¨®n de todo tipo de discriminaci¨®n". Aqu¨ª Juan Pablo II hizo una importante afirmaci¨®n de su concepci¨®n sociopol¨ªtica: "La soberan¨ªa del Estado corresponde a una exigencia de orden ¨¦tico s¨®lo cuando es la expresi¨®n de la soberan¨ªa de la naci¨®n en dicho Estado, es decir, cuando la sociedad constituye dentro de tal Estado el aut¨¦ntico responsable y art¨ªfice del bien com¨²n".
Ahora que es p¨²blico el deseo de Juan Pablo II de entablar de nuevo relaciones diplom¨¢ticas con Polonia puede entenderse mejor su actitud m¨¢s bien dura de estos d¨ªas, sobre todo por lo que se refiere a la inesperada defensa del disuelto sindicato Solidaridad y la importancia que ha dado en su visita a la tumba de Popieluszko. Juan Pablo II ha demostrado a los ojos de todos que sigue siendo el gran l¨ªder de su pa¨ªs natal, una especie de rey polaco que no tiene el poder temporal, pero s¨ª la autoridad moral del pueblo, que lo ha seguido a riadas, a veces en oraci¨®n, otras con manifiesta exaltaci¨®n patri¨®tica. Algunos obispos han llegado a preocuparse de lo que puede suceder ahora tras las banderillas que de nuevo ha puesto el Papa a una sociedad que parec¨ªa resignada y desencantada.
En su ¨²ltimo discurso, en el aeropuerto de Varsovia, Juan Pablo II pidi¨® a los polacos que respeten "el derecho a la verdad, el derecho a la libertad, el derecho a la justicia y el derecho al amor".
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