Los montantes compensatorios y la construcci¨®n de Europa

El fracaso de la reciente cumbre de los ministros de Agricultura de la Comunidad Europea, que no han podido fijar un criterio com¨²n sobre la tasa para las grasas de origen vegetal o para establecer los precios de los productos agrarios de la presente campa?a, ponen el acento de actualidad en el problema que plantea el autor de este art¨ªculo, quien, a trav¨¦s del an¨¢lisis de los montantes compensatorios monetarios, defiende la idea de que en muchas ocasiones lo que se enmascara con el t¨¦rmino cuestiones t¨¦cnicas suele encubrir aspectos pol¨ªticos de mayor o menor dimensi¨®n.

Es indudable que la aparente neutralidad de las t¨¦cnicas puede tener incluso sus aspectos positivos, dado que facilitan la utilizaci¨®n de eufemismos, que consiguen evitar que las discrepancias pol¨ªticas impidan avanzar, al tener que utilizar planteamientos demasiado desnudos que l¨®gicamente propician m¨¢s los enfrentamientos directos. La t¨¦cnica, sea del tipo que sea, no solamente es menos brusca, al menos aparentemente, sino que adem¨¢s no deja de ser indispensable para la concreci¨®n pr¨¢ctica de las decisiones pol¨ªticas.Todo esto es absolutamente evidente y llega al culmen de la perfecci¨®n en el ¨¢mbito de la Comunidad Europea.

Razones

Los posicionamientos hist¨®ricos, pol¨ªticos y nacionales han sido tan encontrados que s¨®lo el instinto colectivo de mantenernos en la cresta de los pa¨ªses desarrollados y la decisi¨®n fr¨ªa de la necesidad de competir de igual a igual con los grandes pa¨ªses del mundo nos permite seguir unidos y avanzar en la cohesi¨®n. Todo ello y, por qu¨¦ negarlo, gracias tambi¨¦n al entramado indisoluble que hace de cemento y que ha generado la perversa tecnoestructura de la comisi¨®n de la que nos, hemos dotado todos los pa¨ªses miembros, y no de modo inconsciente, en Bruselas.

S¨®lo a ese conjunto heterog¨¦neo y al mismo tiempo uniforme que forman los hombres de la Comisi¨®n del Mercado Com¨²n se le podr¨ªan ocurrir los mecanismos tan enrevesados y a veces laber¨ªntico-arbitristas que son, y ese es quiz¨¢ su gran m¨¦rito, el apelmazador que nos une como hermanos siameses a 12 e inseparables. En ocasiones excepcionales, la tapadera tecnocr¨¢tica de la olla comunitaria no es capaz de soportar la presi¨®n interna y los resoplidos pol¨ªticos pueden ser detectados por el ciudadano, que tiene la oportunidad de comprobar que conceptos tan esot¨¦ricos como los Montantes Compensatorios Monetarios (MCM) estaban sirviendo de elusivos a los problemas profundos que restan todav¨ªa de insolidaridad entre los europeos.

Los MCM fueron inventados para corregir las diferencias monetarias que se hab¨ªan producido en la Comunidad con respecto a la referencia com¨²n del ECU, y todo ello referido esencialmente a la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n y sus consecuencias sobre los intercambios entre los pa¨ªses de la Comunidad.

En definitiva, cuando un pa¨ªs (normalmente m¨¢s rico) revalorizaba su moneda, para evitar que su competitividad descendiera con respecto a otros vecinos europeos, le correg¨ªan los precios agrarios al alza y se le daba una subvenci¨®n a sus ventas al exterior. Exactamente lo contrario suced¨ªa con los pa¨ªses que devaluaban.

S¨®lo dos pa¨ªses han ido acumulando MCM positivos y los otros 10 los hemos ido acumulando negativos, con casos exagerados como los del Reino Unido y Grecia, con niveles de hasta el 35%.

El mercado ¨²nico

La comisi¨®n que representa los intereses globales de la Comunidad Europea, con muy buen criterio, estima que estos montantes deben desaparecer antes de 1992, si queremos que sea una realidad la aut¨¦ntica competencia y el mercado ¨²nico europeo en correspondencia con la aplicaci¨®n del Acta ?nica propuesta por el presidente Delors.

Y aqu¨ª es donde ese problema t¨¦cnico del modus operandi, c¨®mo lo hacemos, a qu¨¦ ritmo, etc¨¦tera, se convierte en un debate en profundidad sobre lo que queremos que sea Europa.

Si de verdad deseamos que un agricultor de Extremadura o del Alentejo tienda a tener unos ingresos tan dignos como el del Palatinado o los del que vive detr¨¢s de los polders, deber¨ªamos ir tomando las decisiones que conduzcan hasta esa meta. Y esta es la gran cuesti¨®n en la que Espa?a l¨®gicamente apuesta por la Europa de verdad, y de ah¨ª que nuestra presencia equilibradora y renovadora en el Consejo de Ministros de Agricultura se presenta en una l¨ªnea avanzada urgiendo y exigiendo la necesidad de acuerdos en las cuestiones agrimonetarias. A ser posible, evitando grandes perjuicios a los pa¨ªses con moneda fuerte, pero con la firme decisi¨®n de que nadie, y menos nuestros agricultores, carguen con las consecuencias de la incapacidad para avanzar o del mantenimiento del actual status.

En cualquier caso, estamos convencidos de que el resultado, con mayor o menor avance, va a redundar en un beneficio claro y justo tanto para nuestros agricultores como para nuestra balanza comercial agroalimentaria.

es presidente del Fondo de Ordenaci¨®n y Regulaci¨®n de Producciones y Precios Agrarios (FORPPA).