Un jeque arrebata el poder a su hermano en el emirato ¨¢rabe de Sharja
, Un jeque aprovecha la ausencia de su hermano para tomar el poder en un min¨²sculo y rico emirato del golfo P¨¦rsico. Se divulga un falso comunicado en el que el gobernante depuesto anuncia su abdicaci¨®n. Los emiratos vecinos descubren el pastel y declaran nula la operaci¨®n. El derrocado regresa a la regi¨®n e intenta recuperar su puesto. Esta historia tragic¨®mica, en la que por el momento no se ha derramado una gota de sangre, ocurre estos d¨ªas en Sharja, uno de los siete pa¨ªses miembros de los Emiratos ?rabes Unidos.
Sharja tiene 2.590 kil¨®metros cuadrados, y la mayor¨ªa de sus 100.000 habitantes son extranjeros: ¨¢rabes, paquistan¨ªes e indios, que realizan la pr¨¢ctica totalidad de los trabajos, salvo dirigir los negocios y empu?ar las armas. De esas dos ¨²ltimas misiones se encargan los habitantes originales del emirato. ?stos son unos beduinos que hasta hace nada ten¨ªan como ¨²nicas riquezas sus camellos, viejas dagas y fusiles, algunas alfombras para dormir y orar y la magn¨ªfica libertad del habitante del desierto.El pasado mi¨¦rcoles, un comunicado anunci¨® al mundo que el jeque Sult¨¢n ben Mohamed al Qasimil hab¨ªa abdicado en favor de su hermano mayor, Abdel Aziz. El jeque Sult¨¢n, dec¨ªa el comunicado, se confesaba impotente para remediar la crisis financiera y la corrupci¨®n administrativa que minan Sharja, y prefer¨ªa continuar en la universidad brit¨¢nica de Exeter su tesis doctoral sobre la historia del Golfo.
Sharja, en efecto, atraviesa una ¨¦poca de vacas flacas. Las rentas procedentes del petr¨®leo, que elevaron a los viejos moradores a la categor¨ªa de multimillonarios, han disminuido sensiblemente en los ¨²ltimos a?os. El agotamiento de varios pozos ha reducido a la mitad la producci¨®n, unos 10.000 barriles diarios en la actualidad. De inmediato, el vecino ernirato de Dubai denunci¨® que lo que ocurr¨ªa en Sharja era un golpe de Estado palaciego. Seg¨²n su versi¨®n, el jeque Abdel Aziz hab¨ªa aprovechado la ausencia de su hermano Sult¨¢n para inventarse una falsa dimisi¨®n y arrebatarle el poder. Dubai, la segunda fuerza de los Emiratos ?mbes Unidos, a los que pertenece Sharja, reiter¨® que el jeque Sult¨¢n segu¨ªa siendo el emir (pr¨ªncipe) leg¨ªtimo.
El jeque Sult¨¢n, de unos 40 a?os, estaba, en efecto, en el Reino Unido, desde hac¨ªa una semana, ocupado en sus trabajos universitarios. Sult¨¢n, de oscura biograf¨ªa, accedi¨® al emirato en 1972, tras el asesinato de su hermano Jaled. Las muertes violentas son un suceso normal en las familias gobernantes de los pueblos beduinos de la pen¨ªnsula ar¨¢biga.
Cuando Dubai desenmascar¨® su juego, el nuevo hombre fuerte de Sharja, el autoproclamado emir Abdel Aziz, cerr¨® el aeropuerto y orden¨® que la guardia de palacio se apostara en los lugares estrat¨¦gicos. Pareci¨® confirmar entonces la versi¨®n de Dubai al afirmar que un consejo familiar hab¨ªa depuesto a su hermano y le hab¨ªa nombrado sucesor. En la noche del mi¨¦rcoles al jueves, una reuni¨®n urgente del Consejo Supremo de gobernadores de los Eni¨ªratos ?rabes Unidos declar¨® nula la maniobra de Abdel Aziz, a la que no asisti¨® Sharja.
El depuesto jeque Sult¨¢n estaba en la ma?ana de ayer en Duba¨ª, adonde hab¨ªa regresado a toda velocidad desde Londres. Las noticias sobre la crisis son muy confusas. Sult¨¢n pretende hacer valer sus derechos, mientras su hermano Abdel Aziz insiste en la legitimidad de su nombramiento.
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