Un 'manual' del Acta ?nica
El Acta ?nica es en realidad una actualizaci¨®n de los textos de base de la Comunidad Europea. Esta revisi¨®n constitucional europea, muy modesta en opini¨®n del Parlamento Europeo, contiene, no obstante, algunos elementos nuevos de los que deben sacar partido los doce.A partir de ahora, la Comunidad dispone efectivamente de una base jur¨ªdica fortalecida, con el fin de hacer progresar a escala europea sus pol¨ªticas en materia de investigaci¨®n y medio ambiente, de realizar su gran mercado interior, a m¨¢s tardar en 1992, y de lograr una mayor armonizaci¨®n de las diplomacias de sus 12 Estados miembros.
Desgraciadamente, la puesta en pr¨¢ctica del nuevo dispositivo se sit¨²a en un ambiente de crisis presupuestaria sin par en la historia de la Comunidad Europea: el d¨¦ficit para 1987 amenaza con ascender a 6.000, millones de ECU (unos de 850.000 millones de pesetas) si no se toman inmediatamente las medidas necesarias para llegar a controlar los gastos agr¨ªcolas.
A este respecto, la responsabilidad del Consejo Europeo es tanto mayor cuanto que son sus deliberaciones las que puede salvar a la Comunidad de la quiebra financiera y, simult¨¢neamente, dar impulso a una serie de acciones vitales para Europa.
Invitaci¨®n al Consejo
El Parlamento Europeo invit¨® claramente al Consejo a que articule su actividad en funci¨®n de los cuatro cap¨ªtulos siguientes, recogidos en parte en el Acta ?nica:
1. Prioridad al mercado interior, con una subsiguiente estrategia de crecimiento econ¨®mico concertado, un fortalecimiento del sistema monetario europeo y el desarollo sistem¨¢tico de las pol¨ªticas que repercutan en la competitividad europea: investigaci¨®n y tecnolog¨ªa, energ¨ªa e infraestructura de transporte.
Aduciendo las pruebas correspondientes, el Parlamento Europeo reitera a los Estados miembros que los retrasos que van acumulando en el desmantelamiento de los obst¨¢culos impuestos a los intercambios intracomunitarios y en la realizaci¨®n de pol¨ªticas comunes les resultan mucho m¨¢s caros que lo que representa el conjunto del presupuesto europeo, con motivo del cual se confrontan. Es lo que se llama el coste de la no Europa, que oscila entre 40.000 y 50.000 millones de ECU cada a?o, mientras que el presupuesto de la Comunidad Europea ascend¨ªa a 35.000 millones de: ECU en 1986.
2. Una cohesi¨®n econ¨®mica y social, irrealizable sin una mayor solidaridad de la Comunidad Europea frente a sus Estados y ciudadanos menos favorecidos. Ello supone un fondo regional y un fondo social mejor dotados, una mayor convergencia de los sistemas de seguridad social y de formaci¨®n profesional y un compromiso activo por parte de las asociaciones de empresarios y de trabajadores en lo referente a la orientaci¨®n de la econom¨ªa comunitaria.
3. La reforma de los mecanismos de la PAC se ha convertido en una absoluta necesidad. No se trata de menoscabar los objetivos de una agricultura europea fuerte que ofrezca al consumidor unos productos en suficiente cantidad a unos precios razonables, y al agricultor un nivel de vida digno. Lo que est¨¢ en tela de juicio es la explotaci¨®n abusiva del m¨¦todo de sostenimiento de los precios agr¨ªcolas. En lo que se refiere a las finanzas de la Comunidad Europea y al equilibrio de los mercados mundiales, ese m¨¦todo conduce a unos excedentes desastrosos.
Sin salir de un marco estrictamente comunitario, conviene evolucionar progresivamente hacia un sistema de ayuda directa a la renta del agricultor.
Aumentar el presupuesto
4. El cap¨ªtulo presupuestario es evidentemente el que m¨¢s dificultades presenta. A este respecto, el Parlamento Europeo pide a los Gobiernos, puesto que han atribuido a la Comunidad Europea nuevas responsabilidades -particularmente en materia de investigaci¨®n y medio ambiente-, que tambi¨¦n se muestren dispuestos a conceder a la Comunidad los medios necesarios para ejercer las funciones correspondientes a, su responsabilidad. Por este motivo, el Parlamento sugiere, al igual que la Comisi¨®n, que se eleve el tope presupuestario europeo al 1,4% del PIB hasta 1992. Evidentemente, el Parlamento exige que se ofrezcan todas las garant¨ªas al contribuyente europeo acerca de la debida utilizaci¨®n de los recursos europeos.
Adem¨¢s, en este ¨¢mbito las referencias del Parlamento son excelentes: siempre ha ejercido con buen juicio las competencias presupuestarias que le corresponden, y la crisis presupuestaria actual es consecuencia de gastos sobre los que no le incumbe decir la ¨²ltima palabra; a saber: los gastos del Fondo Europeo de Orientaci¨®n y Garant¨ªa Agr¨ªcola (FEOGA).
Un esp¨ªritu de transigencia constructiva y una verdadera solidaridad constituyen las condiciones en las que mejor funciona la Comunidad Europea. Concretamente, ello significa que los Estados miembros m¨¢s pr¨®speros, partidarios de que se establezca en cuanto sea posible un gran mercado interior, tienen la obligaci¨®n de asistir a los Estados menos favorecidos con el fin de crear las condiciones necesarias para permitir que todos se beneficien de un espacio econ¨®mico ampliado.
Por otra parte, los Estados menos favorecidos, que son los benficiarios de los principales fondos estructurales, deben evitar cualquier atraso intencionado de las medidas encaminadas a crear el gran mercado.
Finalmente, los que rechazan todo aumento de los recursos mientras no se hayan modificado totalmente los mecanismos de la PAC, deben tener presente que su intransigencia provocar¨¢ inevitablemente la de los Estados que se benefician actualmente de esta Pol¨ªtica.
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