CNT y Televisi¨®n
Sigo con inter¨¦s la serie que TVE emite sobre la, guerra civil espa?ola, a pesar de su horario intempestivo, buscado, por aquello del borr¨®n y cuenta nueva, para que no lo vea nadie, acaso alg¨²n viejo nost¨¢lgico.En esta serie, que miente por omisi¨®n (algo m¨¢s objetiva es la brit¨¢nica de Granada TV), como tambi¨¦n en su propio peri¨®dico, se ignora totalmente la aportaci¨®n de la CNT y los anarquistas a nuestra guerra civil.
La CNT, al estallar la guerra, contaba con m¨¢s de un mill¨®n de afiliados (el partido comunista ten¨ªa 1.500), y me gustar¨ªa saber los que tienen en este momento la UGT y CCOO, con una poblaci¨®n laboral que debe de ser m¨¢s del doble que la de entonces.
En la mencionada serie, cuando se trat¨® de los primeros d¨ªas de Madrid, parece que a la sierra fue el Ej¨¦rcito regular. Pues no, los primeros en llegar a la sierra fueron los de la CNT, mientras que los comunistas hac¨ªan la instrucci¨®n en el cuartel del V Regimiento de Francos Rodr¨ªguez. Eso s¨ª, cuando al final fueron al frente iban correctamente uniformados. Todo ello a pesar de que las pocas armas que reparti¨® el Gobierno fue en las agrupaciones socialistas. Los anarquistas las obtuvieron asaltando las armer¨ªas y combatiendo en los cuarteles.
El Campesino y L¨ªster llegaron despu¨¦s para apoyar algo que ni el propio Gobierno pod¨ªa creer y para llevarse los laureles.
Las colectividades, a las que alude de pasada, diciendo que fueron obra de los sindicatos (en esto tienen raz¨®n), pero omite decir "de los sindicatos de la CNT", y en contra de la opini¨®n de los ministros republicanos y socialistas.
Algunas colectividades, como las del Alto Arag¨®n, fueron apoyadas por los milicianos confederales de Durruti. Despu¨¦s, en los pueblos, los campesinos de UGT, que no sus dirigentes , se fueron integrando en ellas. Y no ser¨ªan tan malas cuando prestigiosos escritores han escrito ensayos sobre ellas y algunos pa¨ªses las han imitado; por ejemplo, Israel.
Esta historia, que parece redactada por miembros de honor del PCE, no pone demasiado ¨¦nfasis en aclarar debidamente que la ayuda rusa nos cost¨® todo el oro del Banco de Espa?a, que no era poco.
Se?ores de EL PA?S, con la misma objetividad con que se apartan ahora de las consignas del Gobierno (no s¨¦ si por objetividad o por no quedarse sin lectores), traten otros temas. Un ejemplo m¨¢s: el congreso de intelectuales de Valencia. Parece que s¨®lo haya habido fachas y comunistas.-
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