El vicecanciller austriaco no cree que Pishkov invite a Waldheim a Mosc¨²
El primer ministro sovi¨¦tico, Nicolai Rislikov, lleg¨® ayer a Viena en una visita oficial a la que se otorga gran importancia pol¨ªtica debido a la tensi¨®n existente entre Austria y Estados Unidos desde la elecci¨®n de Kurt Waldheim como jefe de Estado austr¨ªaco. El vicecanciller y ministro de Exteriores austriaco, Alois Mock, declar¨® que no cre¨ªa que Rishkov fuera portador de una invitaci¨®n para que Waldheim visite la URSS. Especulaciones en ese sentido hab¨ªan circulado durante la jornada de ayer en la capital austriaca.El primer ministro sovi¨¦tico acude a Austria con una amplia delegaci¨®n de seis ministros y m¨¢s de 60 expertos y dedicar¨¢ sus cuatro d¨ªas de estancia en el pa¨ªs sobre todo a tratar la cooperaci¨®n econ¨®mica austrosovi¨¦tica. Pero el car¨¢cter pol¨ªtico de esta visita durante la cual Rishkov se entrevistar¨¢ y almorzar¨¢ con el presidente austriaco es evidente, dado que Waldheim tiene vetada la entrada en Estados Unidos, y otros pa¨ªses occidentales evitan sus contactos con el m¨¢ximo, representante del Estado austriaco.
La URSS ha mantenido un mutismo absoluto durante la campa?a de ataques contra Waldheim por su controvertido pasado en la II Guerra Mundial, y s¨®lo lo interrumpi¨® para atacar a los "c¨ªrculos sionistas" por sus injerencias en la elecci¨®n del jefe del Estado de un pa¨ªs soberano. El Gobierno sovi¨¦tico fue uno de los Primeros en felicitar a Waldheim por su elecci¨®n en junio de 1986.
La visita de Rishkov responde a una invitaci¨®n del canciller austriaco, Franz Vranitzky, que, tras su reciente viaje a Washington, ha querido hacer una clara demostraci¨®n del equilibrio, base de la neutralidad austriaca, que debe regir las relaciones de Austria con ambas superpotencias. Austria tiene un modelo pol¨ªtico econ¨®mico y social netamente occidental, pero en su pol¨ªtica exterior es siempre muy celosa de su neutralidad y absoluta paridad en las relaciones con los dos bloques militares.
En la actual situaci¨®n, en la que no pueden esperarse a corto plazo visitas a Viena de jefes de Estado o Gobierno de los otros tres pa¨ªses firmantes del acuerdo de Estado que restituy¨® la soberan¨ªa a Austria en 1955 (Estados Unidos, Reino Unido y Francia), la URSS quiere demostrar que las relaciones austrosovi¨¦ticas son estables y no dependen de humores o simpat¨ªas hacia una sola persona. La campa?a antiWaldheim ha despertado entre la poblaci¨®n austriaca sentimientos antiamericanos que Mosc¨² querr¨ªa l¨®gicamente ver convertidos en simpat¨ªa hacia la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
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