El problema alem¨¢n
LA VISITA del presidente de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA), Richard von Weizs?cker, a la URSS tiene como objetivo superar las tensiones germano-sovi¨¦ticas, que contrastan con la mayor fluidez en los contactos entre capitales europeas del Este y del Oeste. El canciller Koffl es uno de los pocos jefes de Gobierno de nuestro continente. que a¨²n no ha conversado con Gorbachov.Este esfuerzo por mejorar las relaciones que realiza una personalidad die gran prestigio como Weizs?cker, a pesar de sus escasos poderes constitucionales, se ubica en,el marco de la situaci¨®n especial que Alemania Occidental desempe?a en Europa. Es el ¨²nico pa¨ªs europeo que result¨® dividido como consecuencia de la II Guerra Mundial, divisi¨®n que tanto la URSS como Francia, el Reino Unido o EE UU consideraron necesaria para la seguridad de Europa. En la actitud de la RFA ante esa cuesti¨®n hay cierta ambig¨¹edad: por los acuerdos de Helsinki y diversos tratados reconoce las fronteras actuales; pero no ha renunciado, ni en su Constituci¨®n, al objetivo de la unidad alemana. Esta ambig¨¹edad ha estado en el trasfondo de las fases de tensi¨®n entre Mosc¨² y Bonn.
Es importante para la RFA valorar las repercusiones que puede tener, en el plano europeo, el nuevo curso que Gorbachov ha iniciado en la pol¨ªtica de la URSS. Este tema preocupa a la opini¨®n de Alemania Occidental, en la que parece predominar una actitud m¨¢s bien optimista. Pero el canciller Kohl, con la escasez de flexibilidad que le caracteriza, se ha colocado a contracorriente. Ya su larga resistencia a la retirada de Europa de las armas nucleares de alcance medio -la famosa opci¨®n cero- disgust¨® a sectores de su mismo partido. Y sus palabras comparando las cualidades de Gorbachov con las del dirigente nazi Goebbels no s¨®lo han sido causa de la tensi¨®n con la URSS, sino que han sentado mal en amplios c¨ªrculos pol¨ªticos de Bonn. Tanto el presidente Weizs?cker como el ministro de Exteriores, Genscher, que le acompa?a en Mosc¨², han adoptado actitudes m¨¢s abiertas ante las nuevas tendencias sovi¨¦ticas.
En la recepci¨®n dada a Weizs?cker por los sovi¨¦ticos se ha reflejado un claro deseo de mejorar los contactos. Para los miembros europeos de la OTAN, no es posible avanzar seriamente hacia nuevas metas de seguridad, reducci¨®n de armamentos, distensi¨®n y cooperaci¨®n si Bonn no se incorpora aeste proceso. El anuncio de un viaje de Gorbachov a la RFA en los pr¨®ximos meses indica que la URSS desea inaugurar otra ¨¦poca de relaciones. Ha habido incluso, en las palabras de Gorbachov, al lado de las tesis tradicionales sobre el respeto de las fronteras, un matiz nuevo que puede ser significativo. Dijo que no era propenso a "teorizar" sobre el concepto de naci¨®n alemana; lo importante hoy es la existencia de "dos Estados alemanes", y "lo que habr¨¢ dentro de 100 a?os lo decidir¨¢ la historia". No es una trivialidad o perogrullada, porque en la RDA se ha defendido como teor¨ªa oficial que existen dos naciones.
No hay nada en las palabras del l¨ªder sovi¨¦tico que pueda justificar las aprensiones de ciertos medios occidentales, que en seguida ven el fantasma de un nuevo Rapallo, cuyos t¨¦rminos modernos ser¨ªan: neutralidad de toda Alemania a cambio de unidad alemana. Gorbachov no cambia la prioridad absoluta que la URSS ha dado siempre a la inmutabilidad de los resultados de la II Guerra Mundial. A la vez, al negarse a repetir una teor¨ªa tan absurda como la de dos naciones alemanas y al dejar el futuro en manos de la historia, no cierra ninguna posibididad. El debate sobre la divisi¨®n de Alemania, antes o despu¨¦s, tendr¨¢ que tomar plaza en los medios internacionales, y los intelectuales, los pol¨ªticos, los l¨ªderes de opini¨®n, no se podr¨¢n hurtar a ¨¦l como constantemente vienen haciendo en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Por lo dem¨¢s, una mejor¨ªa de las relaciones entre el Este y el Oeste, si se concretan pasos de desarme, dar¨¢ mayor densidad a la intercomunicaci¨®n entre los dos Estados alemanes. Proceso que podr¨¢ avanzar quiz¨¢ con formas originales hoy imprevisibles.
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