La quintaesencia del bur¨®crata
El contralmirante John Poindexter, de 50 a?os, es la quintaesencia del bur¨®crata y, a diferencia de su subordinado Oliver North, no es un personaje carism¨¢tico. Este oficial de la Marina al que Ronald Reagan, posiblemente sin, tener en cuenta el principio de Peter (una persona competente va siendo promocionada hasta llegar a un puesto para el que resulta incompetente), convirti¨® en enero de 1986 en su consejero de Seguridad Nacional no alcanzar¨¢ ya su aut¨¦ntico sue?o, ser jefe de Operaciones Navales. El Irangate ha bloqueado su ascenso a almirante. De hecho ha perdido una estrella y ha sido degradado de vicealmirante a contralmirante, y corre el peligro de sufrir un proceso penal.Inexpresivo, su figura s¨®lo se anima cuando enciende su pipa, su ¨²nica pasi¨®n conocida junto con la devoci¨®n por Bach y por los ordenadores. Da la impresi¨®n de que Poindexter naci¨® ya mayor. "Nunca fue un chico peque?o. No era travieso. Se tomaba ya la vida en serio y siempre quer¨ªa hacer algo constructivo", ha explicado su madre.
Calvo, solemne, preciso en su forma de hablar y respetuoso, Poindexter parece un peque?o buda escondido tras unas gafas bifocales. Introvertido, reh¨²ye las relaciones sociales. No hay miedo de que sus declaraciones provoquen una oleada de poindexterman¨ªa.
Casado con una sacerdotisa de la Iglesia Episcopaliana, Poindexter tiene cinco hijos. Primero de una clase de 900 en la Academia Naval de Annapolis en 1958, este tecn¨®crata ocup¨® varios empleos en la Marina. Tras un a?o en el mar, consigui¨® una beca y una excedencia. Se doctor¨® como f¨ªsico nuclear por el Instituto Tecnol¨®gico de California.
En 1981, al comienzo de la presidencia de Reagan, comenz¨® a trabajar en el Consejo Nacional de Seguridad, ascendiendo hasta convertirse en el n¨²mero dos de Robert McFarlane, al que finalmente sustituy¨®. Desayunaba, com¨ªa y cenaba en su oficina, rehu¨ªa normalmente el cara a cara y se comunicaba con sus subordinados a trav¨¦s de mensajes electr¨®nicos.
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