Reagan comienza a ver el final del t¨²nel del 'lrangate'
FRANCISCO G. BASTERRA, La Casa Blanca, satisfecha de que John Poindexter haya confirmado que Reagan no es un mentiroso, comienza a ver el final del t¨²nel del Irangate. El presidente ya ha sacado las primeras consecuencias del esc¨¢ndalo y negociar¨¢ con el Congreso nuevas f¨®rmulas para mantenerlo mejor informado de las operaciones clandestinas. El Parlamento no fue informado de la venta de armas a Ir¨¢n que desencaden¨® la peor crisis de esta Administraci¨®n. La Casa Blanca ha concluido que debe haber una reevaluaci¨®n de la relaci¨®n entre el Congreso y la presidencia sobre las cuestiones de informaci¨®n secreta.
Descartado el peligro de una prueba concluyente que le implique directamente, Ronald Reagan planea hablar al pa¨ªs por televisi¨®n, en las pr¨®ximas semanas, para anunciar que en los 18 meses que le quedan de presidencia cambiar¨¢ su forma de actuar y tomar¨¢ personalmente las decisiones importantes de pol¨ªtica exterior. "Estamos satisfechos del testimonio de Poindexter, pero se han suscitado serios problemas que deben ser resueltos", dijo ayer el portavoz presidencial. "Son cuestiones que m¨¢s adelante tendr¨¢n que ser afrontadas por Reagan".La remota posibilidad de un procesamiento del presidente ha desaparecido con la declaraci¨®n de Poindexter, que dijo que no inform¨® a Reagan del desv¨ªo de fondos procedentes de la venta de armas a Ir¨¢n para la contra nicarag¨¹ense. Pero el testimonio de su ex consejero de Seguridad Nacional demuestra que el presidente elegido por los norteamericanos abandon¨® la direcci¨®n de la pol¨ªtica exterior en funcionarios de segundo rango, sin tener en cuenta las recomendaciones de sus secretarios de Estado y de Defensa, a los que recomend¨® que no informaran al Congreso.
Poindexter ha dejado claro que en dos asuntos claves Reagan estuvo al margen. No recuerda haber firmado la primera orden presidencial que autoriz¨® la venta de armas a Jomeini en un innegable intercambio por rehenes. Posteriormente, su principal asesor destruy¨® la prueba para protegerle. En el caso de Nicaragua, tambi¨¦n para cubrir a Reagan y no abrumarle con detalles, aprob¨® por su cuenta la pol¨ªtica de desv¨ªo de fondos que se revelar¨ªa luego catastr¨®fica.
Nunca se sabr¨¢ si Reagan sab¨ªa o no, porque s¨®lo se tiene la palabra de Poindexter, que dijo ayer que no existe ning¨²n documento que pruebe que ¨¦l tom¨® la decisi¨®n del desv¨ªo contra la del presidente. Habr¨¢ que esperar a ver si esto despeja el escepticismo de la opini¨®n p¨²blica, que mayoritariamente entiende a¨²n que su presidente est¨¢ ocultando cosas. Poindexter ha podido ahondar esta impresi¨®n al documentar que la operaci¨®n secreta iran¨ª fue un abierto intercambio de armas por rehenes, algo que Reagan ha negado repetidamemte al pueblo americano.
En su segundo d¨ªa de testimonio p¨²blico, el ex consejero de Seguridad Nacional se mostr¨® menos seguro y tuvo lagunas de memoria. Pero confirm¨® que inform¨® al presidente, en t¨¦rminos generales, de que hab¨ªa en marcha una operaci¨®n de la Casa Blanca para ayudar a los rebeldes antisandinistas.
Olvidos
Dijo no recordar que le contara los detalles. Tambi¨¦n dijo que Reagan estaba convencido de que la ley que prohib¨ªa ayuda oficial militar de EE UU a la contra no se aplicaba al Consejo de Seguridad Nacional. "El presidente no es hombre de detalles", explic¨® el contralmirante Poindexter, "para ¨¦l s¨®lo era importante la supervivencia de los rebeldes. Yo no le contaba los detalles de qui¨¦n hac¨ªa qu¨¦. Le bastaba con saber que la resistencia sobreviv¨ªa. Sab¨ªa que hab¨ªa ayuda de un tercer pa¨ªs y que exist¨ªa tambi¨¦n apoyo privado de ciudadanos norteamericanos".
[El juicio por perjurio contra Michael Deaver, ex colaborador y amigo personal de Reagan, fue suspendido ayer por segunda vez, al declarar el juez que su autoridad ha sido socavada por una disputa sobre el m¨¦todo de selecci¨®n del jurado, informa Efe.]
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