El final feliz de un vuelo dirigido
En 1959, Elia Kazan dirigi¨® a Paul Newman y a Geraldine Page en la obra teatral del dra maturgo norteamericano Tennessee Williams Dulce p¨¢jaro de juventud. Dos a?os m¨¢s tarde, la industria cinematogr¨¢fica aprovech¨® el ¨¦xito obtenido por la obra en los escenarios para llevarla a la pantalla, con los mismos protagonistas.Realiz¨® el filme Richard Brooks, quied no era ajeno al mundo de Tennessee Williams pues, tambi¨¦n con Paul Newman, y con Elizabeth Taylor, ya hab¨ªa adaptado previamente La gala sobre el tejado de zinc, o sobre el tejado de zinc caliente, como se prefiera.
Para llevar a Tennessee Williams al cine hay que ser muy lince. No debe uno tomarse muy en serio los folletines desaforados y s¨ª, en cambio, saber hacer uso de sus desmesuras para potenciar otros ¨¢ngulos de la figura.
Presi¨®n de la productora
El mismo Kazan obsequi¨® al respetable con una excelente versi¨®n de Williams en Baby Doll. Y Huston, con La noche de la iguana, con Ava Gardner y Richard Burton. Por lo que respecta a Brooks, le sali¨® mejor la gata que el p¨¢jaro dulce. El p¨¢jaro, muy fiel, vuela como las palomas mensajeras por el rumbo previsto, sin salirse de la ruta esc¨¦nica. S¨®lo al llegar a destino, ah¨ª donde las pusil¨¢nimes v¨¦rtebras del creador no hallan otra soluci¨®n vi ble que la castraci¨®n, s¨®lo ah¨ª donde, presionado por la Metro Goldwyn-Mayer, debe embellecer el recorrido y poner el final feliz en un torturante y escabroso marco que desconoce la felicidad. Bit¨¢cora de vuelo al margen, a Dulce p¨¢jaro de juventud quedan tres o cuatro aromas que nunca fallan cuando merodean Tennessee. En el universo alcoh¨®lico de una veterana actriz en decadencia (Page) se introdu un joven sin escr¨²pulos con a biciones como actor (Newman). ?ste se convierte en gigol¨® de vieja estrella.Desde luego, da gusto contemplar a esa recientemente fallecida gran actriz, Geraldin Page, fumando hach¨ªs y duch¨¢dose en vodka, intentando recordar -o acaso olvidar- que d¨ªa fue Alexandra del Lago. O vociferante Ed Begley, tortuosa composici¨®n que le vali¨® un Oscar al mejor actor secundario el viento viciado del Sur.
Ese Williams puro est¨¢ en pel¨ªcula con todos sus despr¨®sitos, sus sobreactuaciones y enfermizas obsesiones. Quien no est¨¢, l¨¢stima, es el creador de psicoan¨¢lisis, Sigmund Freu para hacernos una s¨ªntesis de este enfebrecido universo.
Dulce p¨¢jaro de juventad se emite hoy por TVE-2 a las 22.15.
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