Paternidad

No quisiera entrar a juzgar el caso, recientemente publicado en su peri¨®dico, en el que el juez titular del Juzgado de Familia n¨²mero 17 de Barcelona otorga la custodia de la hija de cuatro a?os a su padre, ya que no conozco en profundidad los condicionantes del mismo.S¨ª quisiera, sin embargo, resaltar el hecho apuntado por el se?or Aranega, padre de la criatura en cuesti¨®n, de la reivindicaci¨®n de la paternidad. ?l ha tenido la fortuna de que se haya tenido en cuenta a la hora de adoptar unas medidas, la prueba documental, la testifical y el informe psicol¨®gico. Otros no hemos tenido tanta suerte, y no s¨®lo no se ha querido o¨ªr a los testigos, sino que, adem¨¢s, la prueba psicol¨®gica se ha celebrado con posterioridad a la emisi¨®n de las medidas provisionales e incluso de la sentencia, para luego desaparecer el

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correspondiente informe de los autos, como por arte de magia, sin haber sido notificado a la parte que lo solicit¨®, pero s¨ª habi¨¦ndolo sido a la parte demandada.

En un pa¨ªs en el que se supone que existe constitucionalmente la igualdad de sexos, no se puede consentir que el art¨ªculo 159 del C¨®digo Civil diga: "Si los padres viven separados y no decidieren de com¨²n acuerdo, los hijos e hijas menores de siete a?os quedar¨¢n al cuidado de la madre, salvo que el juez, por motivos especiales, proveyere de otro modo", mientras el 66 del mismo c¨®digo dice triunfalistamente: "El marido y la mujer son iguales en derechos y deberes". No soy jurista, pero s¨®lo s¨¦ que, en tres a?os, ¨²nicamente he podido ver a mi hija, que cuenta con cuatro a?os en la actualidad, un d¨ªa durante hora y media en la calle, y gracias a la mediaci¨®n de la asistente social del juzgado.- Francisco Javier Gordo.