CEDA
Hace meses que circula por el mercado de la politicolog¨ªa espa?ola el fantasma de la CEDA, que trat¨® de meter a la II Rep¨²blica en la vereda que llevaba al latifundio de siempre. Ahora, a la vista de que el progresivo deterioro pol¨ªtico del PSOE no se corresponde con el crecimiento suficiente de una alternativa, se piensa que es necesario confederar centros y derechas para conseguir una mayor¨ªa natural en condiciones de luchar por la hegemon¨ªa. La relaci¨®n de fuerzas establecida en ayuntamientos y Gobiernos auton¨®micos favorece la progresi¨®n del deterioro socialista y se esperan, tanto como se desean, elecciones generales anticipadas.La derecha carece de l¨ªderes y de un partido concreto en condiciones de ganar esa batalla. Dispone de una amplia minor¨ªa estancada y de una colecci¨®n completa de dioses (quemados y menores. A medida que va comprendiendo y asumiendo el destino de su insuficiencia, adquiere la conciencia de que no puede seguir jugando al Todo o la Nada, juego desacreditado por la posmodernidad. Cuando la derecha espa?ola sea definitivamente posmoderna, comprender¨¢ que necesita ceder hegemon¨ªa para conseguirla y as¨ª como la Democracia Cristiana italiana le regal¨® a Bettino Craxi la estatura de un estadista, la derecha espa?ola ya se plantea regal¨¢rsela a Su¨¢rez.
Desde una lucidez muchas veces demostrada, Jordi Pujol ya ha dado el visto bueno al candidato y, m¨¢s el¨ªpticamente, a la operaci¨®n. Ahora s¨®lo resta concertar a los poderes f¨¢cticos que echaron a Su¨¢rez para que lo repesquen, a la manera como N¨²?ez trata de repescar a Schuster. Su¨¢rez y Schuster tienen vidas paralelas y adem¨¢s los dos son centrocampistas. A cambio de ponerse chapela, barretina y palio, Su¨¢rez pedir¨¢ que le permitan llevar la derecha al centro y, si se comprueba que puede ganar al PSOE, le van a conceder hasta lo de la mili en tres meses. Tiempo al tiempo. Hern¨¢ndez Mancha trata de evitar lo irremediable cantando canciones de Conchita Piquer y de Carlos Puebla. Pero el centro no es ¨¦l.
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