Maria Magnani Noya
Una mujer al frente de la alcald¨ªa de Tur¨ªn
Viuda, sin hijos, trabajadora incansable, amante de la ¨®pera y poseedora de un fino sentido del humor, Maria Magnani Noya, socialista, es la nueva alcaldesa de Tur¨ªn. Por primera vez una mujer ocupa el gobierno de la Casa Roja de esta gran ciudad industrial, plagada de emigrantes y condicionada por el imperio automovil¨ªstico de Fiat. Hasta ahora, los 13 alcaldes que hab¨ªan gobernado Tur¨ªn han sido varones.
Tur¨ªn se hab¨ªa caracterizado en los ¨²ltimos tiempos por el largo mandato, de 10 a?os, del casi legendario comunista Diego Novelli, una especie de Enrique Tierno Galv¨¢n por la gran popularidad de que gozaba y por su fuerte sentido de la moralidad.Ahora quien polariza la atenci¨®n de Tur¨ªn es esta Maria Magnani Noya, una mujer conocida sobre todo porque en los tiempos duros de la batalla del divorcio primero y la del aborto despu¨¦s estuvo siempre en la primera fila de la lucha en favor de ambas leyes.
La nueva alcaldesa es, junto con la democristiana Elda Pucci en Palermo, la primera mujer que llega a la alcald¨ªa de una ciudad mayor de un mill¨®n de habitantes.
Maria Magnani Noya ama el teatro y la danza cl¨¢sica, a partes iguales. Una de las cosas que m¨¢s le gustan en el mundo son los viajes, y tambi¨¦n salir a comer y a cenar a los restaurantes de su ciudad. En su aspecto externo, la nueva primera autoridad municipal turinesa es una mujer elegante pero sin afectaci¨®n. Sus amigos y quienes la conocen de cerca aseguran que posee una cualidad muy importante para un pol¨ªtico: el saber estar bien con todos.
Su mayor ventaja es la de que es hija de la ciudad que la ha elegido ya diputada en el Parlamento y hab¨ªa sido dos veces subsecretaria en el Gobierno. En cualquier caso, ha declarado que piensa que "ser alcaldesa es la m¨¢xima aspiraci¨®n de un verdadero pol¨ªtico".
Para Maria Magnani lo ha sido ciertamente, y se siente euf¨®rica. Su gobierno municipal est¨¢ formado por democristianos, socialistas, republicanos, socialdem¨®cratas y liberales. Y por vez primera en el Ayuntamiento turin¨¦s, el equipo gobernante cuenta con el apoyo de los verdes, aunque sea desde fuera del consejo.
L¨®gicamente, los comunistas, que se quedan en la oposici¨®n, no han estado de acuerdo con la soluci¨®n a una crisis que duraba m¨¢s de dos meses. Pero han querido igualmente dar una demostraci¨®n de elegancia envi¨¢ndole, "por ser la primera mujer alcalde", un ramo de rosas a su despacho. Rojas, naturalmente.
?Su programa? Ha empezado dando un alfilerazo a Fiat, recordando que dicho imperio del autom¨®vil es "una parte importante del desarrollo de la ciudad, pero s¨®lo una parte". Su empe?o -ha a?adido- es el de conjugar las dos almas de Tur¨ªn: su proyecci¨®n tecnol¨®gica y del futuro y su conservadurismo del pasado. La nueva alcaldesa quiere hacer de la burguesa ciudad el centro m¨¢s "provincial" e "italiano" del pa¨ªs.
Una ciudad de 'endemoniados'
Ha enumerado con coraje los males producidos a la antigua capital de los Saboya por el terrorismo y por la reconversi¨®n industrial: indiferencia, miedo, aislamiento, desocupaci¨®n, emigraci¨®n como fuga y angustia juvenil.Tur¨ªn es, en efecto, no s¨®lo una gran ciudad industrial, sino tambi¨¦n el centro de mayor magia del pa¨ªs, donde se celebra una misa negra cada d¨ªa y donde el mismo arzobispo Ballestrero, ex presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ha tenido que cuadruplicar ¨²ltimamente el n¨²mero de sus exorcistas, ya que tambi¨¦n ha aumentado considerablemente el n¨²mero de los endemoniados o, cuando menos, del n¨²mero de fieles que piden los exorcismos de la Iglesia.
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