La falta de reconocimiento internacional oficial del f¨²tbol sala, gran obst¨¢culo para su independencia
La falta de reconocimiento internacional del f¨²tbol sala como deporte independiente por parte de los m¨¢ximos organismos deportivos mundiales es su gran obst¨¢culo en la feroz lucha que mantiene desde hace a?os por separarse del f¨²tbol. El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) envi¨® recientemente una circular a los comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales que han admitido el f¨²tbol sala como miembro para advertirles que s¨®lo deben aceptar una "asociaci¨®n que controle todo el f¨²tbol". Dicha recomendaci¨®n, no obstante, hecha a instancias de la FIFA, pasa por una clara contradicci¨®n con la Carta Ol¨ªmpica.
La nueva presi¨®n de la FIFA, sin embargo, ha podido tomar cuerpo, pese a la implantaci¨®n evidente del f¨²tbol sala en el mundo y al ¨¦xito del II Campeonato Mundial celebrado en octubre de 1985 en Espa?a, porque la Federaci¨®n Internacional del F¨²tbol Sala (FIFUSA), con sede en Brasil, no es reconocida por el COI y ni siquiera se encuentra entre los deportes que esperan entrar alg¨²n d¨ªa en el programa ol¨ªmpico. No pertenece a¨²n a la Asociaci¨®n General de Federaciones Internacionales de Deportes (AGFIS), primer escal¨®n para ser alguien oficialmente, y s¨®lo est¨¢ en tr¨¢mite su posible admisi¨®n. Es una modalidad practicada ya en 40 pa¨ªses, pero si no consigue tener m¨¢s entidad a alto nivel, todo se quedar¨¢ en fuegos de artificio.
Batallas parciales
La tremenda guerra que mantiene el f¨²tbol sala por separarse del f¨²tbol desde hace cinco a?os se reduce, por el momento, a batallas parciales, m¨¢s o menos virulentas o sonadas, como ha sucedido en Espa?a, pero que no sirven m¨¢s que para mantener viva una peque?a lucha del gran frente. El f¨²tbol sala espa?ol, con una gran vehemencia, ha conseguido el justo reconocimiento como deporte independiente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, tras ganar su contencioso jur¨ªdico y ser inscrito en el registro de asociaciones deportivas. El Consejo Superior de Deportes (CSD), sin embargo, como es tr¨¢mite obligado de la Administraci¨®n, tiene presentado un recurso en el Tribunal Supremo contra su inscripci¨®n y, en realidad, no quisiera ganarlo para tratar de evitar otra guerra.Pero que el f¨²tbol sala haya ganado la batalla espa?ola, aun con recurso pendiente, no significa apenas nada todav¨ªa. El f¨²tbol sala es un deporte distinto del f¨²tbol, pero del que se ha desgajado a todos los efectos. Es distinto tanto en reglamento, como en t¨¢ctica, t¨¦cnica o estrategia, aunque no tanto como sus responsables tratan de decir al compararlo, de forma grotesca y s¨®lo justificable para seguir jugando la baza de la independencia, con el baloncesto, por ejemplo, u otros deportes de sala. Se juega con los pies, fundamentalmente, y eso no lo olvida, sobre todo, la Federaci¨®n Internacional de F¨²tbol Asociaci¨®n (FIFA), que teme perder una variante muy practicada ya en el mundo y que le puede reportar ping¨¹es beneficios. Incluso se ha inventado un suced¨¢neo, el f¨²tbol a cinco, para entorpecer su independencia hasta el fin.
Este hecho, el inter¨¦s de la FIFA, es diferencial respecto a otras separaciones de deportes similares en la historia. En el hockey, por ejemplo, no hubo problemas para que fueran surgiendo las distintas variantes. Pero la FIFA es una de las federaciones internacionales con mayor peso espec¨ªfico en el deporte mundial y, curiosamente, Joao Havelange, presidente de la FIFA, fue tambi¨¦n el primer presidente de la FIFUSA, fundada en 1971, por lo que ya conoce de sobra su evoluci¨®n.
Ganar tiempo
El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol (COE) tambi¨¦n admiti¨® el f¨²tbol sala, al estar reconocido por el CSD, pues todas las federaciones nacionales tienen cabida en el COE (el f¨²tbol sala tambi¨¦n est¨¢ en los comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales, CON, de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Costa Rica y Australia). Pero el COE, al recibir recientemente una circular del COI (a indicaci¨®n o presi¨®n de la FIFA) sobre la "representatividad ¨²nica del f¨²tbol", ha pasado el caso a la comisi¨®n jur¨ªdica para que ¨¦sta realice el correspondiente informe. S¨®lo ha querido ganar tiempo hasta que se aclare la situaci¨®n al m¨¢ximo nivel, pues incluso podr¨ªa producirse una nueva contradicci¨®n entre la jurisdicci¨®n ordinaria espa?ola y la deportiva internacional.Al margen de la moralidad y de los intereses, al ¨²nico punto legal deportivo que puede acogerse el f¨²tbol sala ahora, e incluso su presidente, Antonio Alberca, se ha dirigido a Samaranch en este sentido, es a la contradicci¨®n de la Carta Ol¨ªmpica respecto al reconocimiento de deportes en los CON. En la norma 24, el punto 6 dice: "Deber¨¢n formar parte de un CON federaciones nacionales, o representantes de federaciones que ejerzan su autoridad sobre un deporte no incluido en el programa ol¨ªmpico, grupos polideportivos y organizaciones que tengan relaci¨®n con el deporte". Seg¨²n ello, el f¨²tbol sala entr¨® en el COE con todo el derecho. Pero el COI, en su carta a los CON, se refiere al punto anterior, el 5: "Un CON no acoger¨¢ en su seno como miembro m¨¢s de una federaci¨®n nacional por cada deporte, y la federaci¨®n acogida deber¨¢ estar afiliada a la correspondiente federaci¨®n internacional reconocida por el COI".
Fuertes enemigos
El f¨²tbol sala, muy practicado ya en el mundo, parece tener todo el derecho a ser independiente y a ser reconocido al m¨¢ximo nivel, mucho m¨¢s que otras modalidades irrelevantes. Pero lucha contra un enemigo demasiado fuerte. Para defender su postura, Januario d'Alessio, presidente de la FIFUSA, tiene la intenci¨®n de visitar al presidente del COI pr¨®ximamente, llevando como introductor de embajadores al antiguo vicepresidente del COI Silvio de Magalhaes Padilla, muy amigo suyo. Pero Joao Havelange, presidente de la FIFA, no necesita precisamente introductor alguno ante Samaranch desde hace muchos a?os.
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